Se suspende el juicio a Jaime Botín por el Picasso debido a las vacaciones del fiscal
El fiscal César Estirado solicitó aplazar el juicio de Jaime Botín por el Picasso, ahora previsto para noviembre.
El exbanquero, de 83 años, no hizo declaraciones a la Prensa a su salida del juzgado. A principios de noviembre se retomará el juicio, según ha establecido la jueza Elena Raquel González Bayón: el expresidente de Bankinter está acusado de sacar la obra de España dentro de un yate con la intención de venderla, pese a no tener la autorización pertinente, y se enfrenta a cuatro años de cárcel y una multa de 100 millones de euros.
La magistrada explicó que la suspensión fue solicitada por la Fiscalía y que se debe a “cuestiones procesales y de agenda”. En otra ocasión, la defensa también había pedido el aplazamiento, ya que ambas partes estaban negociando en busca de un acuerdo. Sin embargo, el lunes los letrados de Botín requirieron la celebración de la audiencia, sabiendo que el fiscal asignado, César Estirado, está de vacaciones.
Con la suspensión, en todo caso, el litigio se estirará al menos hasta los siete años, ya que todo comenzó el 5 de diciembre de 2012, cuando Botín autorizó “de su puño y letra” —según un escrito del fiscal— a la casa de subastas Christie’s Iberica a pedir una autorización al Ministerio de Cultura para exportar el picasso y venderlo en una puja en Londres unos meses más tarde.
El 28 de diciembre del mismo año, el ministerio de Cultura respondió con una negativa, que fue confirmada en 2015 por la Audiencia Nacional, ante el recurso del banquero. La justicia daba temporalmente la razón a la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español, que sentenció por unanimidad que no existía “una obra semejante en territorio español” y que era “una de las pocas realizadas por su autor dentro del periodo de Gósol”.
El fiscal, en su escrito de acusación, cree que Jaime Botín, "pese a ser plenamente consciente de la total y patente prohibición administrativa expresa", mantuvo su idea original: subió el cuadro al velero Adix, atracado en Valencia, y dio "instrucciones a su capitán para que ocultara a las autoridades la presencia de la obra en el barco". En junio de 2015 la Guardia Civil inspeccionó el yate, solicitó una declaraciones de los bienes a bordo y el capitán omitió Cabeza de una mujer joven, según el ministerio público.
En avión hasta Ginebra
En julio, el barco navegó hasta Calvi, en Córcega (Francia): desde allí, el fiscal sostiene que Botín tenía contratado un vuelo privado para trasladar la obra hasta Ginebra, en Suiza, tanto que el capitán había embalado el cuadro y lo tenía preparado para su siguiente viaje. Así lo localizaron los servicios aduaneros franceses, que inspeccionaron el velero en el que se incautaron del picasso, que fue trasladado a España y se encuentra desde entonces en los almacenes del Museo Reina Sofía. Del juicio depende su incorporación al patrimonio nacional, aunque la Abogacia del Estado quiere más: pidió que incluso el velero Adix sea declarado de titularidad pública.
"Es mi cuadro, no de España. No es patrimonio nacional y puedo hacer lo que quiera con él", aseguraba el exbanquero en una entrevista con The New York Times, en 2015. El expresidente de Bankinter adquirió la obra en Londres en 1977 y su defensa, que cuenta con el juez del 11 M, Javier Gómez Bermúdez, afirmó que el cuadro "fue pintado en el extranjero, se compró en el extranjero y allí ha tenido siempre su domicilio permanente. Por tanto, no ha podido ser exportado ni lícita ni ilícitamente".
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