Rodríguez Zapatero, nuevo 'mediador' entre Latinoamérica y China: Sus otros vínculos
El expresidente del Gobierno PSOE es parte del Grupo Puebla, agrupación de izquierdas con nexos en el país asiático
Desde que dejó de gobernar España en el año 2011, José Luis Rodríguez Zapatero no se ha alejado mucho del plano político. Realiza conferencias, ejerce como mediador en diferentes países —cabe destacar su presencia en América Latina, más concretamente en Venezuela— y sigue opinando sobre las políticas que el PSOE de Pedro Sánchez lleva a cabo. Un ejemplo fueron sus palabras sobre el conflicto del Sáhara y la “propuesta de autonomía” que comentó Sánchez el pasado año y que él afirmó que ya fue propuesta por su gobierno en el año 2007.
No obstante, Zapatero no solo centra sus esfuerzos en España. Tal y como ha informado el diario El Confidencial, el expresidente del gobierno español habría viajado este otoño hasta en dos ocasiones a China, invitado por el Partido Comunista. El motivo no es otro que ejercer como “mediador” entre este partido y la izquierda latinoamericana.
Según afirma el mencionado medio, Zapatero se considera gran conocedor de América Latina. De hecho, forma parte del Grupo de Puebla, fundado en 2019 y que aglutina a diferentes políticos de izquierdas de América Latina y la península Ibérica. Zapatero lleva desde 2020 ejerciendo de nexo entre el mencionado grupo y China. Según confesó en una videoconferencia, consideraba importante “que la izquierda latinoamericana (…) haga un diálogo con China para recuperar un orden multilateral”. “Tenemos que hacer que Cina y ojalá la UE —muchos trabajamos en esa dirección— pongan a EEUU en una situación imposible”, dijo a continuación Zapatero, según el medio ya citado.
Zapatero, que ha asegurado leer libros sobre China para comprender mejor al país, también tendría relaciones con los asiáticos debido al think tank Gate Center, del que es presidente del consejo asesor. Gate Center no solo tiene una web en chino, sino que también ha sido respaldada por el país asiático.
Antes de conocerse estas relaciones de Zapatero en China, era conocida su historia con Venezuela, una que se remonta a su etapa en el Gobierno.
La historia de Zapatero con Venezuela
En 2004, cuando José Luis Rodríguez Zapatero llegó al poder, Chávez había “radicalizado” su revolución después de su deposición y posterior retorno en el año 2002. Para entonces, muchos países democráticos comenzaron a recelar del líder bolivariano, entre ellos, España, que bajo el mando de José María Aznar casi rompió por completo las relaciones diplomáticas con Venezuela. Pero el socialista decidió dar a Hugo Chávez una “segunda oportunidad” reestableciendo algunos de los lazos que existían entre España y el país caribeño.
Durante parte de su mandato mantuvo a Raúl Morodo como su representante diplomático en el país de Nicolás Maduro, aunque en el año 2020 Zapatero negó mantener “una especial relación” con Morodo o tener conocimiento siquiera de sus supuestas actividades delictivas; unas que lo han llevado a ser investigado por la Audiencia Nacional.
Morodo habría sido una ficha clave para establecer una gran relación entre Zapatero y Chávez, relación que se extendería después de finalizar su gobierno y que se mantiene a día de hoy con Nicolás Maduro.
No obstante, la historia pública del político español con Venezuela apareció en el año 2016. Ese año, el parlamento venezolano pasó al control de la coalición de partidos Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que aglutinaba a toda la oposición. Dos meses antes, en las penúltimas elecciones celebradas en Venezuela, entonces sí reconocidas como “libres” por la comunidad internacional, el frente antichavista logró una aplastante victoria, consiguiendo dos tercios del parlamento.
La periodista venezolana María Sanz explicaba que después de que la oposición asumiera el mando el 5 de enero de 2016, el chavismo comenzó a maniobrar para desconocer los resultados electorales. “Realmente el problema llegó unos días después de las elecciones, el gobierno obligó a dimitir a todo el Tribunal Supremo y el parlamento que mantenían controlado eligió nuevos magistrados”, explicaba la periodista a elcierredigital.com. Un proceso desconocido por la Europa y la OEA.
Los nuevos magistrados “exprés”, entre ellos, miembros del partido oficialista, fueron usados por Maduro para eliminar todas las leyes aprobadas por el parlamento. Además, durante el primer mes, suspendieron a todos los diputados representantes de la región indígena de Amazonas, opositores a Maduro. La guerra entre el parlamento, el único poder que no controlaba Maduro y el resto del Estado y la creciente escasez de alimentos, medicinas y servicios básicos disparó la conflictividad social. Las protestas espontáneas, las batidas de grupos armados favorables al régimen y los enfrentamientos en los alrededores de la sede parlamentaria eran diarios.
Rodríguez Zapatero, “mediador” entre el chavismo y la oposición
En medio de la crispación y el ambiente casi guerracivilista, Rodríguez Zapatero apareció sorpresivamente en Caracas, tras reunirse con Nicolás Maduro y presentándose como mediador entre el chavismo y la oposición. Su tarea número uno fue buscar la celebración de un referéndum revocatorio, un proceso constitucional instaurado por el difunto Hugo Chávez que permitía revocar al presidente durante la mitad de su mandato.
Fracasó en esta primera mediación, pero volvió a intentarlo en 2017, durante las mayores protestas registradas en el país desde la muerte de Chávez. Organizaciones sociales cifran en hasta cuatro millones de personas los manifestantes por todo el territorio nacional. Después de 3.000 detenciones y 150 muertos, el mundo veía cómo el chavismo podía finalmente caer. Zapatero volvió a presidir unas largas y tediosas negociaciones que se alargaron hasta que las manifestaciones se redujeron y finalmente desaparecieron.
En el año 2018, Maduro propuso otra negociación, para entonces ya Zapatero contaba con el rechazo de buena parte del país que lo consideraba una figura totalmente parcializada a Nicolás Maduro. “El sentimiento generalizado en todos los estratos sociales ha sido el mismo, Zapatero y los diálogos solo han servido para dar oxígeno al gobierno cada vez que está contra las cuerdas”, aseguraba Sanz.
Finalmente, en noviembre del 2018, el parlamento venezolano con el voto dividido de la oposición, censuró la figura del expresidente español. Incluso, algunos partidos llegaron a pedir que Zapatero fuera declarado "persona non grata" y, por tanto, su entrada quedaría prohibida al país.
Para la periodista María Sanz todo estaba claro: “todo fue un engaño, una mentira, un fraude. Zapatero mintió y buscó perpetuar la dictadura desde el día uno y los líderes democráticos no fueron lo suficientemente inteligentes para verlo”.
Las presuntas minas de oro de Zapatero
Zapatero ha sido acusado por la oposición de “salvar a Maduro”. Esta situación hace que los más críticos lo señalen como beneficiario de negocios turbios en el país y en acuerdo con el chavismo.
En marzo de 2020, la exsenadora colombiana, Piedad Córdoba aseguró en una entrevista al portal digital Las 2 orillas, que Zapatero había sido beneficiado con una mina de extracción de oro en Venezuela.
A las palabras de Córdoba se unían las del exjefe de los servicios de Inteligencia Militar del chavismo, Hugo ‘el Pollo’ Carvajal, que fue encarcelado en España y extraditado a Estados Unidos por sus presuntas relaciones con el narcotráfico.
La antigua mano derecha del chavismo declaró ante la Audiencia Nacional que estaba realizando gestiones con "colegas" de Caracas para recabar los documentos que acreditarían la acusación de que Zapatero tendría presuntamente en propiedad una mina de oro en Venezuela, al tiempo que adelantaba que aportaría otras pruebas que implican al exdirigente del PSOE en operaciones de corrupción en su país. Zapatero consideró esta acusación de “surrealista”.
Zapatero y el caso de Raúl Morodo
Por otra parte, Raúl Morodo, el exembajador de Zapatero en Caracas, está siendo investigado junto a su familia por la Audiencia Nacional, que abrió el pasado mes de mayo juicio oral.
El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz pidió librar una Comisión Rogatoria a EEUU para hacer un seguimiento a los 4,5 millones de euros que el exembajador recibió del régimen chavista entre 2004 y 2007. Según los investigadores, el dinero procedía de la petrolera estatal venezolana PDVSA y habría beneficiado no solo al embajador, sino también al vicepresidente del extinto Hugo Chávez. Debido a esto, la Fiscalía solicita una pena de tres años y seis meses de cárcel para Morodo más una multa de casi 380.000 euros por un presunto delito contra la Hacienda Pública.
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