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Josu Jon Imaz, CEO de Repsol.
INVESTIGACIÓN

Repsol busca hacerse fuerte en el Reino Unido pese a las denuncias por 'ecopostureo'

La gasista española ya ha sufrido el veto por el órgano autorregulador publicitario británico de dos de sus anuncios

El Partido Laborista recuperará hoy el poder en Reino Unido tras 14 años en la oposición. La formación progresista situará previsiblemente a Keir Starmer en Downing Street e  intentará ejecutar un ambicioso plan fiscal para elevar los impuestos a las energéticas. 

Conscientes de ello están en Repsol, que pese a lo cual tienen intención de crecer en el Reino Unido mediante una fusión con la británica Neo Energy, que explora y produce hidrocarburos en el Mar del Norte. 

Con esta absorción, Repsol pasaría de producir alrededor de 600.000 barriles de petróleo diarios a 700.000 de la mano de Neo Energy, que es una empresa independiente de energía de ciclo completo en la plataforma continental del Reino Unido. 

La compañía explica que combina "la creación de valor de la futura cuenca del Mar del Norte con nuestro compromiso de ser una empresa responsable y eficiente" y opera "una base de activos de alta calidad con un margen significativo".

Repsol ya cuenta con una filial en el Reino Unido, Repsol UK, que tiene sede en Aberdeen (Escocia). Esta es una compañía de exploración y producción de petróleo y gas que opera en el Mar del Norte. "Nuestros activos incluyen yacimientos petrolíferos en producción, importantes nuevos desarrollos y una serie de activos que han cesado su producción o están próximos a su desmantelamiento", asegura la gasista. 

La compañía española dirigida por  Josu Jon Imaz intentará mejorar su reputación en el Reino Unido después de que el órgano autorregulador publicitario Advertising Standards Authority le vetase dos anuncios por 'ecopostureo', lo que abrió la puerta a la denuncia de Iberdrola (y al apoyo implícito de La Moncloa a la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán). 

El organismo que denunció sus anuncios, Adfree Cities, aseguró que Repsol había actuado "ignorando la advertencia directa de ASA de no engañar al público sobre sus credenciales ambientales tras la prohibición de su anuncio el pasado junio". 

"Este tipo de greenwashing está retrasando la transición energética, pues consumidores e inversores reciben la falsa impresión de que Repsol está dando prioridad a su producción de energía de bajo carbono, cuando los intereses de negocio de la empresa residen todavía abrumadoramente en la producción de combustibles fósiles que continúa expandiendo detrás de los anuncios", añadieron. 

Adfree Cities aseguró que "las empresas contaminantes están recibiendo una presión creciente de la sociedad y de algunos accionistas para mejorar su comportamiento, pero las firmas no quieren cambiar esas actividades de negocio tan lucrativas. Es más fácil seguir gastando dinero en anunciarse como verdes mientras sus negocios continúan contaminando". 

Denuncia en España por ecopostureo

El veto a dos anuncios en el Reino Unido puso en acción a Iberdrola, que denunció a Repsol por "competencia desleal" al señalar en publicidad que son "líderes en transición energética" cuando el 99,4% de sus ingresos procede de recursos no renovables. Teresa Ribera pareció felicitarse por ello y en un desayuno informativo se mostró rotunda: "La autoridad de publicidad de Reino Unido consideró que lo que hacía era greenwashing".

Imaz mostró su enfado por la denuncia:  "No nos va a distraer la demanda de Iberdrola que no está acostumbrada a competir en un mercado abierto, sino a funcionar en un entorno regulado como es el del mercado eléctrico, cuyas normas salen publicadas en el BOE". 

Josu Jon Imaz.
Josu Jon Imaz. | Repsol

"Quieren limitar la competencia y el crecimiento de un operador como Repsol, emergente en el sector eléctrico. Parece que lo que realmente les preocupa es que nuestros clientes se beneficien de los servicios, de productos, y descuentos y accedan a una oferta multienergía que satisface cualquier necesidad en el hogar y en el transporte", añadió. 

Imaz se molestó de la sorprendente pinza conformada por Iberdrola y la ministra Teresa Ribera, a la que Imaz apuntó en público: "¿La ministra quiere cerrar las refinerías? Generan 28.000 empleos directos, indirectos e inducidos. ¿Es lo que queremos para nuestra sociedad y nuestros jóvenes? Repsol tiene una apuesta clara por los combustibles renovables. Una apuesta por reducir las emisiones en el transporte sin que la factura la pague la sociedad y sin que se cargue esta factura sobre las personas con menos recursos de la sociedad". 

El presidente de Repsol dice que quiere contribuir a realizar una transición ecológica en la que "el ciudadano no se vea obligado a cambiar de coche o a financiar con sus impuestos subvenciones que no están consiguiendo el objetivo, que es reducir las emisiones de CO2". 

Es evidente que la denuncia supone un grave golpe contra la empresa, que en los últimos tiempos quiere hacer inaudible las denuncias por realizar ecopostureo. "En los primeros meses del año, Repsol ha dado pasos decisivos para profundizar en la descarbonización de sus negocios. Destaca el inicio de la producción a gran escala de combustibles renovables en su nueva planta de Cartagena", señalan. 

La empresa también recuerda que a finales de este pasado mes de marzo Repsol alcanzó una alianza estratégica con Bunge para incrementar el suministro de materias primas para producir combustibles renovables tras haber adquirido el 40% del desarrollador de plantas de biogás Genia Bionergy y el 100% del promotor de energías renovables estadounidense ConnectGen. 

Greenpeace abre fuego 

La todavía vicepresidenta tercera y titular del Ministerio de Transición Ecológica, Teresa Ribera, está molesta porque Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, aseguró en el foro de Davos que "descarbonizar no significa electrificar".

Imaz mostró sus cartas poco después en la Junta de Accionistas de Repsol: "¿Dicen que son sostenibles, sociales y éticos pidiendo que dejemos de producir petróleo y gas? ¿Cómo va a llenar este mundo sus necesidades de energía?". El directivo apuntó que si dejaran de producir se generaría una mayor dependencia energética en Europa:  "¿Es ético reforzar a Putin de esta manera?".

Una activista de Greenpeace les pidió en la Junta que dejen de vender gas y petróleo "para alcanzar un futuro habitable" e Imaz aparcó su tono habitual y levantó la voz al acusarles de hacer de lobby en favor de las eléctricas. 

"Ustedes son los responsables, personas movidas por el dogma y la ideología, de que el consumo de carbón esté subiendo (. . .) Y esto no es en absoluto ético: me parece que nuestra apuesta tiene que ser seguir produciendo petróleo y gas", añadió. 

Imaz les acusó de estar "hipotecando el futuro para las siguientes generaciones. No me digan de bosques de Indonesia (...)  Saben que esta compañía utiliza como materia prima o bien residuos o, en su caso, seguimos las políticas marcadas por la UE que indica la trazabilidad de las materias primas".

Desde Repsol aseguran que los dardos que reciben desde compañías como Iberdrola están motivados por su éxito comercializando contratos de luz. Y es por ello que les han contestado: "La competencia quiere limitar el crecimiento de un operador como Repsol, emergente en el sector eléctrico. Parece que lo que realmente les preocupa es que nuestros clientes se beneficien de los servicios, de los productos y de los descuentos y accedan a una oferta multienergía que satisface cualquier necesidad en el hogar y en el transporte"

Pepe Bogas, presidente de Endesa, les había enviado un recado previo: "Es cierto que todos están deseando usar los canales de promoción, así que lo que estamos tratando de hacer son acciones específicas  para retener a nuestros usuarios y mantener nuestra cartera de 6,9 millones de clientes liberalizados"

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