Rebrotes de COVID-19 afectan al fútbol español y Fuerteventura
Ocho casos en el Fuenlabrada y 87 en Fuerteventura, antes libre de COVID-19.
La última jornada de la Segunda División se jugó ayer entre protestas de varios clubes tras conocerse que el Deportivo de la Coruña-Fuenlabrada se suspendía porque seis jugadores del Fuenlabrada habían dado positivo en COVID-19 al igual que otros dos miembros del staff. El médico del club y un jugador, con síntomas, se quedaron en Madrid, mientras que el resto de la expedición viajó a Coruña para jugar frente al Deportivo.
La noticia cayó como una bomba durante la tarde de este lunes 20 de julio porque la jornada ya estaba en marcha, ya que se estaba jugando un Las Palmas-Extremadura en el que ninguno de los dos equipos se jugaba nada importante. El resto de los partidos programados para las 21:00 horas se jugaron al y como estaban programados bajo la amenaza de dar el partido por perdido a quien se negase a jugar con la excepción del Deportivo de la Coruña-Fuenlabrada, sobre el que se está buscando una solución, a pesar de que el Fuenlabrada sí tenía 11 jugadores disponibles.
El equipo madrileño buscaba la clasificación para el playoff de ascenso, mientras que los gallegos se juegan el descenso a Segunda B. A los madrileños les vale ahora con sumar un empate en Riazor para meterse en esa fase de ascenso a Primera División después de disputar su primer año en la segunda categoría del fútbol español. Los fuenlabreños habían vencido el jueves por 3-1 al Elche y el fin de semana pasado vencieron al Cádiz en el Carranza evitando el alirón por el ascenso que se produciría al día siguiente.
Para algunos equipos como el Albacete que se jugaba su descenso ante el Cádiz esto podía suponer una adulteración de la competición o el Rayo Vallecano que se jugaba su pase a la promoción de ascenso. En el primer caso el Albacete ganó y evitó el descenso y el Rayo Vallecano también, aunque no pudo meterse en el grupo de play offs.
Nuevo rebrote en Fuerteventura
El pasado viernes llegaba a Fuerteventura un grupo de 61 inmigrantes procedentes del norte de África. Tras arribar en el puerto del Gran Tarajal, fueron trasladados al recinto portuario de Puerto del Rosario donde las autoridades sanitarias canarias procedieron a comprobar, a través de test PCR, si estaban o no contagiados por COVID-19. Las pruebas desvelaron la existencia de 47 positivos. Entre los llegados, se pudo constatar la presencia de doce mujeres, de las cuáles una de ellas estaba embarazada, así como de un bebé. La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha informado de que los migrantes no suponen un riesgo epidemiológico y ha procedido a su aislamiento.
Estos nuevos contagiados se suman a los cuarenta, 37 de ellos inmigrantes, casos que ya existían en la isla desde hace un mes. A raíz de esta nueva llegada de inmigrantes en patera, Blas Trujillo, consejero de Sanidad, ha alertado al Ministerio de Sanidad de la necesidad de convocar una reunión bilateral para tratar la problemática generada con el fenómeno migratorio en relación con la pandemia. El consejero pretende solicitar al gobierno una diferenciación en la estadística nacional para los brotes que provengan de embarcaciones de este tipo, en tanto que considera que tienen particularidades propias y una forma de gestión individualizada del resto de contagios comunitarios.
Asimismo, Blas Trujillo se ha postulado a favor del incremento de tests en puertos y aeropuertos, tanto en el lugar de destino como en el de origen. Estas pruebas únicamente tendrían lugar en enclaves en contacto con localizaciones donde la situación epidemiológica no es estable, como es el caso de naciones como México, Brasil o Estados Unidos. En este sentido, existe un proyecto piloto que ya ha sido presentado por Canarias ante el Ministerio de Sanidad para ser probado en la península. Del mismo modo, el consejero ha incidido en la petición que esta semana han trasladado las Regiones Ultraperiféricas (RUP) a la Comisión Europea, en virtud de la cual se solicita el establecimiento de mecanismos especiales para territorios especialmente vulnerables.
La preocupación que suscita la llegada de inmigrantes contagiados por Covid-19 a Fuerteventura no es nueva. Elcierredigital.com ya informó hace unas semanas de cómo una patera de 37 personas de procedencia subsahariana alcanzaba las costas canarias. Todos los integrantes de la embarcación dieron positivo en los test posteriores.
Además, otros dos guardias civiles que habían llegado a la isla desde Baeza también estaban infectados. De este modo, puede concluirse que la práctica totalidad de los casos de coronavirus en Fuerteventura proceden de fuera del archipiélago, un hecho que es si cabe más evidente teniendo en cuenta que otro de los focos principales se originó a partir de una fiesta familiar de un hombre que llegó a territorio canario desde México.
La isla ha pasado de ser un territorio libre de virus a verse gravemente afectada por la pandemia. El principal damnificado quizás sea el sector turístico, corazón de la economía de Fuerteventura, que se encuentra actualmente paralizado. El cómputo general de casos en la isla majorera asciende hasta los 143, de entre los que 77 continúan activos. De ellos, 69 son inmigrantes. La buena noticia llega con los decesos, puesto que, hasta la fecha, no se han contabilizado fallecimientos por la pandemia.
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