Peleas de perros y gallos crecen en España: más bandas usan animales para apuestas.
En Murcia, detienen a 182 personas y confiscan más de 100.000 euros en operación contra peleas ilegales.
La Policía Nacional ha llevado a cabo en Murcia una operación contra las peleas ilegales de animales, en este caso de gallos. Es la última que se destapa, ya que en España es una práctica habitual junto a la de perros, aunque ambas están prohibidas por Ley.
Hasta 182 personas han sido detenidas como presuntos autores de un delito de maltrato animal cuando participaban en el Campeonato Nacional de Peleas de Gallos, un nombre rimbombante pero completamente ilegal. Además, a tres de estos arrestados se les ha imputado los presuntos delitos de actuar contra la salud pública, usurpación de identidad y reclamación judicial.
Los agentes también encontraron 103 gallos, de los cuales seis ya estaban muertos, en una gallera (recinto destinado a peleas de gallos) situada en un paraje ubicado en la localidad murciana de Sangonera La Verde donde el propietario había establecido el cuartel general. Las peleas de gallos siempre han existido en nuestro país, aunque se han incrementado con la llegada de personas de otros lugares donde son tradición, en México, Cuba, Filipina, China o Tailandia, donde son legales .
Peleas de perros
Las peleas de perros pueden tener otro tipo de práctica. "Depende de hasta donde quieras llegar en ellas", afirman varios expertos. "Además tiene mucho tirón en determinadas zonas del territorio español entre los apostadores". En concreto, la ciudad de Valencia tiene cuatro barrios donde se crían, venden y organizan peleas de perros potencialmente peligrosos: Malilla, Fuente de San Luis, Natzaret y el Cabanyal, como así señala el medio Levante-EMV.
Una figura clave en el mundo de las peleas de perros es Ángel Ortega, un hombre que se ganaba la vida montando circuitos de peleas de perros clandestinas por toda España. Conocido como ‘El Maestro’, es el rostro más famoso de una red internacional que mueve millones de euros cada año.
Esta organización tenía en 2017 al menos 230 perros de diferentes razas adiestrados para matar y que compiten en torneos regionales por la Península Ibérica. Los ganadores se clasifican para el campeonato nacional y los que sobreviven en las batallas finales pasan a participar en un torneo mundial que los lleva de viaje hasta China o Tailandia.
Todo un entramado bien estructurado que acabó derrocado en febrero de 2017 cuando el Grupo de Medioambiente de la Policía Nacional desmontó la banda organizada de Ángel Ortega.
Gallos de pelea
El caso de Murcia no ha sido el único relacionado con peleas de gallos. El pasado mes de noviembre, los Mossos d’Esquadra desmantelaron una finca dedicada a la cría de gallos de pelea en Sant Joan de Mollet (Girona).
En aquella operación los agentes encontraron en el interior 211 aves, la mayoría mutiladas, con las crestas, las barbillas y los espolones cortados.
‘’Les cortan la cresta y los espolones porque se pueden hacer daño cuando pelean, y así duran más’’, señalan desde los Mossos. En España las peleas de gallos están prohibidas. Las multas para aquellos que celebren una pelea de este tipo llegan hasta los 20.000 euros.
Las zonas donde más se celebran en España son por todo el Levante (con Valencia, Castellón y y Murcia a la cabeza) y también en las Islas Baleares. Unas peleas que siguen siendo legales en una veintena de países. En muchas regiones se consideran todavía como un espectáculo tradicional o incluso como un “deporte”. A veces, se equipa a los gallos con espolones metálicos o se les suministran drogas para incrementar su agresividad y resistencia.
En España, la regulación sobre peleas de gallos es competencia de las comunidades autónomas y su práctica está perseguida penalmente. El Código Penal español contempla desde 2015 penas de prisión para los responsables de actividades ilegales de peleas de animales como perros y gallos. Durante los últimos años se han llevado a cabo en diversas zonas de España más de una veintena de actuaciones policiales contra actividades ilegales de peleas de gallos, en concreto contra el gallo combatiente español.
Así, por ejemplo, en marzo de 2012, agentes de la Policía Nacional desmantelaron en Marbella una gallera ilegal (recinto para la pelea de gallos) situada en un edificio donado a la ciudad por el Rey Fahd de Arabia Saudí para alojar a personas necesitadas y, de forma paralela, detuvieron en Callosa de Segura (Alicante) a 46 personas que participaban en peleas ilegales de gallos.
También en 2016, los Mossos d’Esquadra intervinieron en Terrassa 20 gallos de pelea con evidentes heridas en cuerpo y cabeza. Según informó en su día la policía catalana, “los animales, que mostraban un pésimo estado, fueron localizados en un huerto de Terrassa”. También el mismo cuerpo de policía de Catalunya detuvo a principios de octubre de 2015 en Gavà a dos hombres de 41 y 50 años acusados de utilizar para peleas ilegales a 60 gallos de su propiedad.
También en Cantabria, en la localidad de Santiago de Cartes, la Guardia Civil procedió a la detención de once personas de nacionalidad española (uno menor, de 16 años de edad), siendo interceptados en las inmediaciones cuando salieron corriendo. En los días posteriores se realizaron otras seis detenciones, una de ellas natural de la República Dominicana, y se recuperaron en una pequeña finca 27 gallos.
En todas estas peleas ilegales la palabra dada es la clave fundamental. Es el fundamento de las apuestas ilícitas. Unas apuestas que oscilan entre los 50 euros y los 1.500 euros, como media habitual. “Aunque estas cantidades pueden ascender según vaya la pelea”, afirma un jugador a elcierredigital.com. Así, en esta última operación de Murcia la policía se ha incautado de más de 100.000 euros en dinero procedente de apuestas clandestinas.
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