El 'acecho' de la Oficina de Conflicto de Intereses aborta el fichaje de Pepiño Blanco
Alberto Garzón se despedirá de la vida pública en la próxima Asamblea de Izquierda Unida.
Atónitos. Así se encuentran en Izquierda Unida después de conocer que su excoordinador federal de la formación, Alberto Garzón, acordó su incorporación al lobby Acento que lideran Pepe Blanco y Alfonso Alonso como director de Prospectiva GeoPolítica.
Fuentes cercanas al exministro de Consumo explican a Elcierredigital.com que Garzón les contó que sus labores dedicadas al asunto internacional "no tenían relación alguna con su labor pretérita en el Gobierno de España", en el que permaneció hasta hace menos de tres meses.
Garzón ha renunciado finalmente a su fichaje tras la indignación que reinó en amplios sectores de IU, que cuenta con chats que se llenaron de mensajes críticos que tildaban la incorporación, entre otros calificativos, como "vergonzosa puerta giratoria".
Otro asunto que atemorizaba al exministro de Consumo es la Oficina de Conflicto de Intereses que previsiblemente hubiese tumbado su incorporación.
Del 15M al contratista de la Asociación Española de Empresarios de Salones de Juegos
Alberto Garzón fue el único diputado con aire al 15M que entró en el Congreso tras las elecciones generales de 2011 en las que arrasó Mariano Rajoy, "disfrutón" de no contar como rivales a fuerzas que supieran encauzar la indignación popular del momento (tal y como sucedió a partir de 2014 con Podemos).
Garzón, logroñés de cuna criado en Málaga, era un economista que se había hecho viral por sus intervenciones anticapitalistas en el programa de TVE '59 segundos' y había firmado con Vicenç Navarro y Juan Torres López un exitoso ensayo que radiografiaba las salvajes medidas antisociales tomadas desde la Unión Europea tras la crisis de 2008, 'Hay alternativas'.
La fama de falta de valentía que ha arrastrado en los últimos tiempos en el espacio de Unidas Podemos contrasta con su intrépida decisión de 2015 de echarse Izquierda Unida a la espalda para liderarla en las generales.
Garzón salvó la representación del partido al obtener dos diputados y al año siguiente tomó sus mandos para salvaguardar tanto su viabilidad política, situación que consiguió firmando con Pablo Iglesias el 'pacto de los botellines' que alumbró Unidas Podemos en las generales de 2016, como su horizonte económico, tras rebajar su deuda.
Su relación con Iglesias acabó peor que mal ya que el exvicepresidente le acusa de una triple traición: Garzón intentó torpedear la intentona de Podemos de repetir las elecciones generales de 2019 (gracias a lo cual Garzón entró en el Consejo de Ministros), de realizar un irregular borrador legislativo comprensivo con el lobby del Juego (que fue tumbado por Iglesias, que le forzó a fijarse en la regulación italiana) y abrazarse a Sumar tras la pelea morada con Yolanda Díaz, llegando a apoyar la realización de la cumbre madrileña de la OTAN, contra la que nació IU.
Desde Podemos ahora le recuerdan que uno de los contratistas de Acento es la Asociación Española de Empresarios de Salones de Juegos y Recreativos (ANESAR).
Garzón se echa atrás
"No quiero que mi decisión personal perjudique a mis antiguos compañeros y compañeras de militancia en su necesaria misión de lograr el mejor resultado posible en las futuras convocatorias electorales. Siempre he antepuesto el interés colectivo sobre el interés personal y considero que debe seguir siendo así", dice Garzón.
Y añade: "Pienso que la izquierda tiene que reflexionar sobre cómo trata a los hombres y a las mujeres que dedican su tiempo, energía y su vida, lo más preciado que tenemos, a los proyectos colectivos. Si algo he aprendido de la política es que es una trituradora de personas. La izquierda en la que yo creo no debería de reproducir esas prácticas que expulsan a más gente de la que integran".
En relación a los dardos recibidos, dice que su modelo de izquierda no es "prejuiciosa e inquisitorial, donde lo importante no es el lucimiento personal en términos de pureza izquierdista, sino tener más influencia en todos los espacios posibles".
Tras insinuar que se pasa al lobby para ocupar espacios en favor de IU, cuando en realidad sus jefes pretenden que IU se ponga en favor de los intereses de sus clientes, añade: "Seguiré pensando que es una buena noticia que haya personas de izquierdas desempeñando su trabajo en espacios de análisis, reflexión o prospección sobre el futuro complejo del planeta".
"Duele que tras tantos años dejándome la salud por un proyecto colectivo, y empleando tantas horas en agotadoras disputas internas, sienta que las dinámicas tóxicas que nunca compartí me persigan incluso ahora que estoy fuera de la política formal", explica.
Pepe Blanco reconoce que la intención de Acento es "reducir la distancia entre lo público y lo privado y asesorar a la gente para que interprete bien el momento en el que estamos, para que pueda tener un enfoque positivo para las acciones que pueda emprender en un mundo en el que abundan todos los procesos regulatorios. En ese ámbito desarrollamos nuestro trabajo".
Explica el exministro que "la CEOE es un lobby, defiende los intereses de sus empresas ante las administraciones. Por tanto, el lobby ejerce desde siempre. Otras democracias y la UE lo han ido asimilando y regulando. En España hubo un proyecto de ley, pero con la disolución de las Cortes quedó parado. Pero sí hay un amplio consenso político en que es un sector que debe ser regulado, entre otras cosas por la dimensión que ha alcanzado. Además, yo siempre tengo una máxima: no hagas en privado lo que no se pueda hacer en público".
Alberto Garzón, azote del juego
El extinto Ministerio de Consumo se volcó en frenar la epidemia del juego en España. La cartera liderada por Alberto Garzón reguló la publicidad de las apuestas y juegos de azar en el verano de 2021 con la intención de evitar que famosos siguieran ejerciendo de anunciantes.
La prohibición de bonos de bienvenida, anunciarse en camisetas de fútbol o la imposibilidad de emitir publicidad del juego en horarios centrales de televisión y radio fueron otras de las medidas estrella de Garzón, que tras amagar con una regulación débil acabó adaptando el texto que regía desde 2019 en Italia.
¿Qué es Acento?
La consultora política Acento se ha convertido en líder en el mercado lobista español con apenas cuatro años de vida. Esta empresa con sede en la Castellana, y oficinas en Barcelona y Bruselas, ha descabalgado en este mercado a la histórica LLYC (antigua Llorente y Cuenca).
Acento Public Affairs nació en 2019 de la mano de dos socialistas, José (Pepiño) Blanco y Antonio Hernando, que tras ser íntimos de Pedro Sánchez se quedaron fuera de la vida política por haber apoyado a Susana Díaz en las primarias de 2016 mientras el otro componente de los 'Blanco boys', Óscar López, obtenía la presidencia de Paradores pese a haber ejercido de mano derecha de Patxi López en el mismo proceso.
La decisión de Sánchez de relevar a Iván Redondo por Óscar López como jefe de Gabinete, en el verano de 2020, facilitó la recomposición de los 'Blanco boys', ya que el propio 'Pepiño' Blanco había fichado unas semanas antes como consejero de Enagás por cuota gubernamental y Hernando se incorporaría como adjunto de López en La Moncloa en octubre de 2021.
La reconciliación entre Sánchez y Hernando obligó a este último a dejar Acento, que para entonces ya buscaba diversificar ingresos al incorporar como presidente al exministro de Sanidad y exlíder del PP vasco, Alfonso Alonso.
Blanco, CEO de Acento, y su nuevo socio, Alonso, han incorporado en los últimos años a un sinfín de expolíticos: Valeriano Gómez (exministro con José Luis Rodríguez Zapatero), Elena Valenciano (exvicesecretaria general del PSOE), Guillermo Martínez (exportavoz del Gobierno asturiano con el PSOE), Miquel Gamisans (ex director general de Comunicación de la Generalitat con ERC), Marco Candela (exdiputado madrileño de Podemos), José María Lassalle (exsecretario de Cultura con el PP), Elena Pisonero (exsecretaria de Sanidad con el Gobierno de José María Aznar) y Rubén Moreno (exsecretario de Sanidad y Consumo con Mariano Rajoy).
Otros fichajes han creado quebraderos de cabeza en la consultora. Es el caso de Esteban González Guitart, hijo de Esteban González Pons y ahora en el centro del huracán tras destaparse que ejerció, con apenas 25 años, como representante de la Gazprom que anteriormente había sido criticada por su padre por estar controlada de forma férrea por el presidente ruso Vladímir Putin.
Acento, que en 2020 creció al ejercer de intermediario entre empresas y fondos europeos, también fichó al ex secretario de Estado del Deporte Albert Soler, que tuvo que dimitir este 2023 tras ser imputado por el 'caso Negreira'.
Beneficios récord para Acento
La intención de influir en los políticos es norma de uso en Washington o Bruselas, pero en España y otros países europeos se advierte como síntoma de sospecha (y es por ello que ni siquiera está regulado).
"Yo no voy a trabajar para tratar de que se retire el impuesto a la banca o a las energéticas porque el Gobierno considera que son estratégicos y sería un suicidio como consultora, además de que a título personal, estoy a favor, pero como lobby sí que tenemos toda la legitimidad a tratar de influir en materia fiscal y buscar una regulación que se ajuste a los intereses de nuestros clientes", asegura Blanco.
Acento facturó 6,2 millones de euros en 2022 (lo que supuso un crecimiento de 1,8 respecto al ejercicio anterior), obtuvo un beneficio de 1,5 millones (53% más que en 2021) y casi duplicó su plantilla (que pasó de 15 a 28 empleados).
El Gobierno de Marruecos para salvaguardar sus intereses ante la Unión Europea, Huawei para intentar amortiguar el veto de Telefónica y LaLiga, temerosa de la Superliga, son algunos de los clientes reconocidos por esta compañía.
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