Manuel Cerdán: 'El asesinato de Carrero Blanco benefició al búnker franquista'
El comunicador publica 'Carrero: 50 años de un magnicidio maldito' donde narra el último en España.
El reconocido periodista de investigación Manuel Cerdán busca las huellas del "hombre invisible" que ayudó a ETA a ejecutar al presidente español Luis Carrero Blanco, que estaba llamado a ser el delfín de Francisco Franco. Así lo hace en su último libro 'Carrero: 50 años de un magnicidio maldito'.
Ahora, Cerdán detalla minuciosamente en esta obra, editada por Plaza&Janés, cómo la banda terrorista ETA, con ayuda externa, acabó con el que fuera presidente del Gobierno durante la dictadura de Francisco Franco, que puso punto final a su vida con aquella famosa frase de que "no había mal que por bien no fuera". Estas palabras del dictador y general Franco a la par de aquel atentado provocaron un golpe definitivo en el tablero político español a finales de 1973 e, indudablemente, el asesinato de Carrero condicionó la Transición.
Hablamos con su autor, Manuel Cerdán Alenda:
-¿Qué le ha llevado a investigar este caso?
Me apasiona. Hace diez años escribí un libro sobre el tema y ahora he querido ampliarlo. De alguna forma, a un periodista como yo, con más de cuarenta años de profesión, lo que le atrae es lo que otros intentan ocultar.
Del atentado de Carrero Blanco me parece muy significativo, tal y como refleja el sumario y mis propias investigaciones, que un comando de ETA se moviese de forma impune por Madrid en tiempos de dictadura.
Luego, ni a jueces ni policía, salvo honradas excepciones, pareció interesarles el tema. Esto me ha servido de acicate a la hora de abordar este atentado perpetrado por Argala y, de paso, perseguir al 'hombre invisible' que le ayudó a conseguir la información sobre el día a día del almirante.
-¿Qué representaba a finales de 1973 la figura de Luis Carrero Blanco?
Hay una pregunta que queda flotando. ¿A quién benefició su muerte? La respuesta es que a 'todos'. Desde amplios sectores del propio Régimen franquista reticentes al cambio, aliados españoles proclives al cambio que sin embargo no sintonizaban con él (los Estados Unidos), hasta los enemigos más vehementes de la dictadura (ETA).
Hay que recordar que los 'azules' (o el búnker) no le perdonaban que formase Gobiernos plagados de tecnócratas o que hubiese apoyado la designación de Juan Carlos de Borbón como heredero de Franco.
Al sector más involucionista del Régimen le agradó su eliminación Él estaba enfrentado a los más radicales del franquismo, que creían que jugarían un papel más importante del que el destino les deparó
A todos les causó sorpresa que la persona que tenía que velar por su seguridad, el ministro de la Gobernación Carlos Arias Navarro, fuese designado como su sustituto por Franco, que en su tradicional mensaje televisivo navideño emitido el 24 de diciembre de ese año dijo aquello tan recordado de "no hay mal que por bien no venga".
En algunos sectores se vendió como que Carrero representaba al búnker ante Estados Unidos, que quería evitar un 'Franco II' para no tener que depender de un mando único que comprometiese intereses bélicos y comerciales, valga la redundancia
El almirante Carrero Blanco no era centrista: era un personaje salido de la Guerra Civil que defendía los principios del Movimiento franquista. Eso sí, dentro de aquella gama de colores había elementos totalmente inmovilistas que no querían ni ver en pintura a Juan Carlos de Borbón como sustituto del dictador.
Y en este sector no veían con buenos ojos la sintonía entre Carrero y tecnócratas, que fueron los que contribuyeron a 'crear' la clase media desde finales de los años cincuenta.
-En el imaginario colectivo se ha fijado la imagen de que la oposición al unísono celebró el atentado al grito de la canción "Carrero voló", pero a amplios sectores del PCE les desagradó el atentado de un preboste fascista porque creían que podría alterar el retorno de la democracia
Eso pensaban los oficialistas 'carrillistas'. Los autores del atentado no se relacionaron con miembros del PCE a su llegada a Madrid, en principio para secuestrar al entonces ministro Carrero Blanco.
En la 'zona 0 del franquismo se encuentran con estalinistas ligados a la URSS como el matrimonio compuesto por Alfonso Sastre y Eva Forest, que antaño representaban al sector más izquierdista del PCE y ya se habían distanciado sentimentalmente e ideológicamente del partido.
Los miembros de ETA se sirvieron de ambos para 'construir' una infraestructura que les sirviera para perpetrar el atentado de la calle Correo. Eva Forest alquiló el piso desde el que Argala y Wilson diseñaron el atentado contra Carrero.
¿No hay dudas sobre la ejecución del atentado?
Ninguna: Estados Unidos no pone el explosivo, lo pone ETA. Los norteamericanos simplemente se beneficiaron de al acción. La escasa sintonía entre EEUU y Carrero se evidencia en documentos desclasificados por el Gobierno americano.
Algo parecido pasó en Chile: Estados Unidos promovió derrocar a Salvador Allende y colocar a un personaje fascista y nada demócrata como Augusto Pinochet. En España también movieron sus hilos, en este caso para encuadrar al país en la OTAN y la UE, amén de salvaguardar sus intereses comerciales y estratégicos en plena Guerra Fría.
Hay que tener en cuenta que la Guerra Fría no había terminado y España era pieza clave en el tablero para contener al marxismo en Occidente.
Una pregunta tonta, ¿por qué ETA quería matar a Carrero Blanco? Por tener un gran trofeo de caza, porque creían que era un tapón del Régimen...
Yo creo que simplemente porque matar a Carrero era más fácil que a Franco. Para hacer el libro he recuperado documentación de la banda, ejemplares de revistas que se editaban en Francia como Zutik... y tenían interés contra el almirante.
Los miembros de ETA no son yihadistas, los primeros ni se inmolan con un chaleco con explosivos ni ponen una bomba sin un plan de fuga. La primera intención de la banda fue secuestrarlo en la iglesia de los Jesuitas de la calle Serrano para canjearlo por presos suyos.
Pero en el verano del 73 nombran a Carrero presidente y este hecho provoca que aumenten su seguridad, no lo suficiente pero sí lo debido para que ETA entierre el plan del secuestro.
|
ETA mató al sustituto de Franco y posteriormente quiso matar al entonces príncipe Juan Carlos, pero no lo lograron. El magnicidio contra Carrero sigue la estela de otros asesinatos de primeros ministros españoles como Prim, Canalejas, Dato y Cánovas, ya que ETA pareció seguir la teoría anarquista de la propaganda por el hecho.
Manuel Cerdán
Manuel Cerdán Alenda nació en Aspe (Alicante) en 1954. Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, se inició en el periodismo en 1974 en el diario Información de Alicante. Después formó parte de las redacciones de Personas, Interviú y Cambio 16.Fue autor de la serie de TVE Vietnam, país del sur y coautor de la serie sobre la Transición, Crónica de una generación.
Ha colaborado en Tele 5, TVE, RNE y El Confidencial.com, entre otros medios. Fue redactor jefe de investigación de El Mundo, director de la revista Interviú y de los programas Objetivo y Dossier TM, en Telemadrid. Sus trabajos han marcado en más de una ocasión el compás de la actualidad política: GAL, fondos reservados, la fuga de Roldán, escuchas y papeles del CSID, los 'papeles de Laos', caso Zabalza, la corrupción en Marbella...
Ha sido profesor en las universidades San Pablo-CEU, Rey Juan Carlos y Camilo José Cela. Actualmente colabora en varios programas de televisión y es presidente de la productora Taifas Comunicación, que realiza programas para varias cadenas de televisión. Ha publicado con gran éxito en Plaza & Janés los libros Lobo, un topo en las entrañas de ETA, del que es coautor; Paesa. El espía de las mil caras; Matar a Carrero: la conspiración, y una novela, El informe Jano.
Ha obtenido, entre otros, los premios León Felipe, Club Internacional de Prensa, Lumbreras y ARI 2006 al Periodista del año.
Más noticias: