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Dos mujeres caminando por la calle, una de ellas ayudando a la otra mientras ambas llevan abrigos gruesos y bolsas.
INVESTIGACIÓN

Los Ruiz-Mateos vuelven a casa por Navidad: Se reunen con Teresa Rivero

Teresa Rivero, de 85 años, se recupera favorablemente de su reciente operación de fractura de cadera.

Los seis hijos varones del empresario jerezano José María Ruiz Mateos han regresado a casa por Navidad.  Zoilo, José María, Pablo, Álvaro, Francisco Javier y Alfonso salieron todos hace unos días con un permiso penitenciario de la cárcel de Aranjuez, donde cumplen una condena de dos años y medio de prisión por estafa en la venta de unos hoteles en Mallorca y Canarias. 

Tras confirmar el Tribunal Supremo la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Baleares por la estafa cometida a finales de 2008 en la compra de dos establecimientos hoteleros de la cadena Beverly (uno en Mallorca y otro en San Bartolomé de Tirajana, en Gran Canaria), todos los hijos varones ingresaron en esta cárcel madrileña, donde se encuentran ubicados en el tranquilo módulo de respeto, como publicó elcierredigital.com.

Tras su salida, los seis hijos se han reunido con Teresa Rivero, matriarca del clan Ruiz Mateos, que hace un mes fue operada con éxito de una fractura en su cadera, cuando se cayó en casa de su hija Almudena. Esta vivienda está situada en la localidad madrileña de Boadilla del Monte, donde está residiendo desde el verano y donde ahora se recupera favorablemente tras ser intervenida de urgencia en el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda.

Almudena Ruiz Mateos es la quinta de los hijos de esta familia numerosa. Ella es enfermera y está casada con el empresario y economista Alberto Wicke. La matriarca Teresa Rivero vive desde hace unos meses con ella, cuando se trasladó desde Cádiz a Madrid para estar con su hija.

Un grupo de personas posando para una foto familiar en una sala, algunas de ellas están de pie y otras sentadas, incluyendo un perro en primer plano.
Teresa Rivero y su familia. | ElCierreDigital

La matriarca del clan Ruiz Mateos tiene 85 años y la caída y rotura de cadera le llegó tras conocer que el Tribunal Supremo confirmaba una sentencia de la Audiencia Provincial del Madrid, en la que se condenaba en firme a Teresa Rivero a siete años de prisión, y al club franjirrojo del Rayo Vallecano, por cuatro delitos contra la Hacienda Pública en relación al IVA y al Impuesto de Sociedades de la entidad deportiva durante los años 2009 y 2010, al considerar que en ambos ejercicios y por dichos impuestos, defraudaron un total de 8,4 millones de euros.

Tras visitar a su madre, los seis hijos varones han celebrado la Navidad con sus familias en sus respectivas casas, alguna de ellas bajo la lupa de la Justicia. 

Las casas de los Ruiz Mateos

Cuando los acreedores de Nueva Rumasa comenzaron a aparecer en escena se produjo una subasta de algunos bienes e inmuebles de la familia Ruiz-Mateos para hacer frente a las millonarias deudas ocasionadas. Así, la casa del segundo hijo varón de la saga, José María, fue subastada hace un año.

Casualmente, o no, fueron Patricia Ruiz Mateos y su marido, Joaquín Bohórquez, conocido familiarmente como "Quincho", quienes se quedaron con el inmueble a mitad del precio de salida, 1.600.000 euros. La casa, situada en Aravaca, salió a subasta en el mes de marzo de 2019 y tiene 320 metros cuadrados, repartidos en dos plantas, además de un doble sótano.

El embargo fue ejecutado por Alguer Inversiones como reclamación de una deuda de 600.000 euros contra Caserna Peninsular, propiedad de José María hijo y su esposa, Cristina Figueroa. Según fuentes familiares,  Quincho no deseaba ver a sus sobrinos sin  hogar y por eso compró la casa para que José María Ruiz-Mateos Rivero y su familia puedan seguir viviendo allí.

Este inmueble se suma a otros, como el conocido chalé de El Buzo, en el Puerto de Santa María (Cádiz), la única propiedad emblemática que les quedó de la expropiación de la vieja Rumasa, que fue a manos de Bankpyme para avalar otra de las propiedades inmobiliarias de José María Ruiz-Mateos hijo.

O también el famoso cuartel general de la familia, situado en la calle Alondra de la urbanización madrileña de Somosaguas, que fue subastado por 1,8 millones de euros y cuyo propietario sigue permaneciendo en el anonimato.

La matriarca de un clan

La jerezana María Teresa Rivero y Sánchez Romate nació en 1932 en Jerez de la Frontera, en el seno de una familia acomodada. Su padre era abogado y ella es la menor de ocho hermanos. En 1958 se casaba con José María Ruiz-Mateos Jiménez de Tejada, nacido el 11 de abril de 1931 en Rota, Cádiz, durante la II República, marqués de Olivara, marqués de Montemayor y marqués de Campo Nublo.

Aún se recuerda por Jerez la anécdota acaecida en 1958 cuando se realizó la primera operación empresarial de la vieja Rumasa. Por entonces, Ruiz Mateos, que acababa de comenzar su viaje de novios, hizo regresar a su reciente mujer Teresa Rivero para firmar un contrato con los ingleses de Harvey y pasar a ser los suministradores en España de estas bodegas británicas.

Trece son los hijos que tuvo el matrimonio, seis varones y siete chicas: Socorro, Zoilo, Begoña, Patricia, Almudena, Rocío, José María, Paloma, Alfonso, Pablo, Francisco Javier, Nuria y Álvaro. Desde que se casara con el empresario tuvo un niño por año y cuatro abortos. La mayor, Socorro, falleció hace unos años a causa de una enfermedad.

La casi totalidad de sus descendientes, a medida que iban terminando sus carreras universitarias, entraron a trabajar con su padre en la expansión de la Nueva Rumasa, el nuevo holding que fueron amasando paso a paso y que llegó a tener bajo su control más de 100 empresas en casi todos los sectores de la vida económica española.

Personas sentadas en las gradas de un estadio, con una mujer mayor levantando la mano y expresando emoción.
Teresa Rivero asistiendo a un partido del Rayo Vallecano. | ElCierreDigital

Fue tras la expropiación de Rumasa por el Gobierno socialista en 1983, cuando los Ruiz-Mateos vivieron sus peores años. Con el paso del tiempo, el empresario comenzó a delegar en sus hijos y Teresa Rivero tomó un papel mucho más activo precisamente gracias al Rayo Vallecano. 

Una vida difícil para Teresa Rivero

Los últimos años no han sido fáciles para la viuda del creador de Rumasa. Por eso Teresa Rivero decidió volver las pasadas Navidades de 2019 a su tierra, Cádiz. Lo hizo después de que el elcierredigital.com publicara que las deudas del clan familiar le iban a obligar a dejar la casa en Aravaca (Madrid), propiedad de su hijo Alfonso, donde residió durante varios años. 

La jerezana se trasladó por entonces a vivir al Puerto de Santamaría donde los dueños de Nueva Rumasa tienen aún propiedades. En concreto, en un chalet de la lujosa y conocida urbanización Vistahermosa. Este complejo de viviendas fue creado por Eduardo y Felipe Osborne en un terreno heredado de su padre, Roberto Osborne, fundador junto a su hermano Tomás de las conocidas empresas Cruz del Campo y Conservas del Sur.   

Una mujer mayor caminando por la calle con expresión seria, con un coche negro estacionado detrás de ella.
Teresa Rivero. | ElCierreDigital

Hoy, Teresa Rivero vive una situación bastante dramática, una época muy alejada de los años de unidad en la familia. A la muerte del empresario, en 2015, la expresidenta del Rayo vio cómo se desató una guerra entre sus hijos e hijas y cómo los problemas judiciales de Nueva Rumasa llevaban a sus descendientes varones a prisión.

Un destino que ahora ella podría compartir también, aunque por lo avanzado de su edad y su complicado estado de salud, difícilmente esté más que unas horas ingresada en la cárcel, si es que llega a ir.

➡️ Investigación

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