Logo El Cierre Digital
Logotipo de "El Cierre Digital" con un diseño de ojo y cerradura en el fondo.
INVESTIGACIÓN

Los problemas que acechan a la familia Zaplana: enfermedades y graves delitos penales

En el informe avisa de que su salud puede derivar en una infección "grave" con "riesgo vital" en los próximos tres meses

El doctor Sanz, en el informe elaborado tras la última revisión de su paciente en el hospital este martes, advierte también de que "un retraso de horas en su diagnóstico y tratamiento adecuado comprometería seriamente su vida". Guillermo Sanz, jefe de Sección de Hematología Clínica y de la Unidad de Trasplante Hematopoyético del hospital público de La Fe, en Valencia, es el mismo médico que ha tratado a Zaplana desde la operación de trasplante en 2015. En su informe clínico, el doctor Sanz solicita "que se tomen las medidas necesarias para garantizar el acceso urgente del paciente a este centro en caso de precisarlo, así como de aquellas destinadas a evitar un mayor deterioro que comprometa el éxito del trasplante".

Por su parte, el abogado de Zaplana ha remitido el informe a la juez del Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia, reiterando su  petición de que se le deje en libertad o se le permita estar en arresto domiciliario, "adoptándose todas las medidas de incomunicación que Su Señoría crea convenientes". La familia de Zaplana ha declarado que "ya tendrá ocasión de defenderse de las acusaciones que se presenten contra él, pero aún no ha sido juzgado y ahora por razones puramente humanitarias, debería estar en un lugar que no ponga en peligro su vida. Es un derecho que asiste a cualquier ciudadano o ciudadana de nuestro país".

Otros informes coinciden con el diagnóstico

El informe del hospital de La Fe coincide en el riesgo sobre la vida de Zaplana por hallarse en prisión con otro informe de la  Clínica Médico Forense de Valencia, dependiente del Ministerio de Justicia, del 30 de mayo pasado, que afirmaba que “la permanencia del paciente en prisión, a pesar del tratamiento dispensado en ella, pone en grave riesgo la vida del paciente, por lo que se recomienda su salida de un lugar de las características de una cárcel”.

Además, otro solicitado por la familia de Zaplana al doctor Guillermo García-Manero, jefe de Sección de Leucemia del Hospital Anderson Cancer Center de Houston, en el que éste afirmaba el pasado día 16: “si el paciente recae, la tasa de mortalidad es cercana al 100%, dado que no hay tratamientos de rescate para estos pacientes”. El doctor afirma que “la permanencia del paciente en prisión, a pesar del tratamiento dispensado en ella, pone en grave riesgo la vida del paciente, por lo que se recomienda médicamente su salida de un lugar de las características de una cárcel”.

Eduardo Zaplana se encuentra  en la cárcel de Picassent desde finales del mes de mayo, cuando la titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia acordó para él prisión provisional, comunicada y sin fianza en el marco de la 'Operación Erial', por la que fue detenido por presuntos delitos de blanqueo de capitales, malversación y prevaricación.

El ex ministro popular fue ingresado en distintas ocasiones en el Hospital La Fe de Valencia, donde ha sido tratado de diversas complicaciones derivadas de la inmunosupresión a la que está sometido. Por este motivo ha sido ya tratado de un rechazo localizado en el estómago, de una neumonía vírica en diciembre de 2016, de una trombosis venosa profunda en enero de 2017 y una bronquiolitis aguda en marzo de 2018. 

La enfermedad de Rosa Barceló y la muerte de su padre

Rosa María Barceló Martorell (61 años), es la esposa del ex portavoz del PP desde hace ya 37 años. Una mujer que ha visto como en los últimos meses se ha derrumbado buena parte de los pocos soportes que todavía la mantenían en pie. Un calvario judicial y policial al que se une también su complicada situación médica. Rosa María Barceló fue diagnosticada hace unos meses de una enfermedad de leucemia, la misma que padece su marido. Un año tremendamente difícil para una mujer que se ha enfrentado a pruebas muy duras durante toda su vida. La última, tener a su marido en prisión incondicional sin fianza. De nada sirvió que el ex presidente de la Generalitat Valenciana y ex ministro de Trabajo de José María Aznar tenga un muy delicado estado de salud.

Rosa nació en Benidorm (Alicante) en 1957, es hija de Dolores Martorell Llorca y de Miguel Barceló Pérez, un importante constructor hotelero propietario de enormes superficies de suelo en Benidorm antes del boom turístico y que fue senador por Alicante por el PP durante 22 años, desde julio de 1986 hasta el año 2008, cuando cedió su puesto de Senador en la Cámara Alta a su nieto Agustín Almodóbar Barceló.

Cabe recordar que Eduardo Zaplana se quedó muy jovenhuérfano de padre y madre y que con tan sólo 16 años se enamoró de Rosa Barceló. Miguel Barceló lo adoptó como a un hijo, y pronto se convirtió en su asistente. “Don Miguel”, como le conocían en Benidorm, se dio pronto cuenta de las dotes de su yerno para la política. Y no descansó hasta conseguir colocarlo de presidente del PP de Alicante (1990), donde Zaplana comenzó a desarrollar su ingenio como político.

Para Rosa y para Eduardo Zaplana, el ex senador Barceló fue algo más que un padre. Por eso su muerte el pasado 12 de marzo de 2018, a los 94 años, ha sido también otro gran varapalo para la familia. Otro drama más que añadir.

El golpe más duro: la muerte de su hijo

Del matrimonio nacieron tres hijos, que constituyen la gran debilidad de la pareja: Rosa, 36 años, que es licenciada en Derecho y entró en el Cuerpo Superior de Administradores Civiles y trabaja en Gabinetes Estratégicos en Madrid, María, de 32, que estudió Derecho y Empresariales en ICADE. Y Eduardo, el pequeño, que falleció con solo 22 años el 2 de agosto de 2011 a causa de una enfermedad rara bautizada como de Síndrome de Lowe, que causa alteraciones físicas y psíquicas en distinto grado.

Rosa se despidió de su hijo en una carta emotiva publicada en el diario El Mundo. En ella agradecía “a toda la gente que nos habéis apoyado en estos días tan difíciles para nosotros" a la vez que contaba la experiencia que supuso la vida de “Edu” y los momentos, duros y también muy buenos, que compartió con los que le rodeaban. Rosa Barceló recordó como su hijo "estuvo su primer mes y medio de vida dormido, sin despertar, sin succionar como lo hubiera hecho otro bebé". La carta termina diciendo que "nos va a dejar un vacío enorme a todos los que le hemos conocido de cerca, pero sé que desde donde esté nos va a ayudar. ¡Adiós a mi bebé!". Rosa sigue a día de hoy recordando a su hijo “Edu”, en un nuevo momento muy difícil para la familia Zaplana que tiene que convivir con enfermedades y graves delitos penales que les acechan.

Nadie duda en los cenáculos de la capital de España que, desde muy joven, Eduardo Zaplana siempre ha estado respaldado por la figura de su mujer, Rosa Barceló. Una mujer, dicen sus amigos, “capaz de aguantar carros y carretas, impregnada siempre por el patriarca don Miguel”. Una vida, la de la familia Zaplana-Barcelo, cambiante y en ebullición permanente, donde los rumores han sido moneda de cada día, y hasta ahora siempre habían salido indemnes a todos ellos. Dicen sus amigos que Rosa Barceló, siempre elegante, “es una gran maestra y profesional de ese arte de salir de todas las vicisitudes, al menos hasta ahora, apoyada en sus creencias católicas”. Dicen que Rosa es una mujer que siempre ha estado en un segundo plano. “Una mujer de espíritu cósmico, capaz de aguantar carros y carretas”, afirman. Una vida, la de la familia Zaplana-Barcelo, cambiante y en ebullición permanente.

➡️ Investigación

Más noticias: