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Dos hombres en un estadio con asientos morados y blancos, uno de ellos señalando hacia adelante.
INVESTIGACIÓN

Los ‘pelotazos’ de Carlos Suarez, el empresario que vende el Valladolid a Ronaldo

Carlos Suárez Sureda ha sido presidente del Real Valladolid durante diecisiete años y ahora lo vende por 30 millones.

En los últimos días la ciudad pucelana ha estado en el punto de mira internacional por la compra del Real Valladolid Club de Fútbol por parte del ex jugador del Real Madrid Ronaldo Nazario. Alrededor de cien periodistas acudieron a la cita anunciada por el club y el Ayuntamiento de Valladolid, gobernado por el socialista Óscar Puente, para formalizar la nueva adquisición del brasileño y presentar el nuevo proyecto.

Carlos Suárez Sureda, ahora ex presidente del club blanquivioleta, ha sido el artífice de la operación en un momento en el que la deuda del equipo de fútbol llegaba a los 25 millones de euros. Tras un año de negociaciones con diferentes empresarios para la compra del club, como el empresario azteca Ernesto Tijanero, Suárez ha vendido el 51% de sus acciones al exfutbolista brasileño por una cantidad que ronda los 30 millones de euros, reservándose un 7,1% y continuando con el cargo de primer ejecutivo.

Conflictos en el consejo de administración

El exvicepresidente y empresario bodeguero  José Moro, que dimitió de su puesto el pasado 21 de junio, y el otro vicepresidente,  José Luis Losada, todavía en el cargo, no se han mostrado conformes con la venta del club y esta situación podría suponer un problema para la entidad deportiva. Moro llegó en septiembre de 2017 como vicepresidente primero y dimitió nueve meses más tarde. Las relaciones con el presidente del Real Valladolid, Carlos Suárez, se deterioraron mucho durante la temporada y acabaron derivando en un enfrentamiento comercial y personal. Tanto es así, que el real Valladolid ha decidido no renovar la publicidad de la empresa de José Moro, Bodegas Emilio Moro. Junto con el otro vicepresidente, José Luis Losada, Moro reclamó el pasado mes de julio el15% de las acciones del club como contraprestación al préstamo personal de 1,5 millones de euros que ambos le hicieron a Suárez durante la temporada pasada. Carlos Suárez entiende que devolvió el préstamo con todas las garantías y a tiempo, por lo que no debe ceder el 15% del accionariado.

En el caso de no llegar a un acuerdo se abrirá un proceso judicial, que podría poner en peligro la venta del club ante el riesgo de que en un futuro ese 15% pase a otras manos y rompa la mayoría accionarial del nuevo comprador.

Del baloncesto profesional a los negocios

Carlos Suárez Sureda, nacido en León el 13 de abril de 1968, siempre fue un gran aficionado al deporte. Desde su juventud, practicó uno de los deportes reyes en Estados Unidos, el baloncesto. Jugó en las categorías inferiores del Barcelona, del Joventut de Badalona y del R.C.D. Espanyol, así como del Real Madrid. Se consagraría como deportista profesional en el Caixa Orense y terminaría su carrera en el Obradoiro,  equipo de la ciudad de Santiago de Compostela.

Pero Suárez Sureda tenía vocación empresarial y así lo demostró con el tiempo. Comenzó su andadura empresarial como apoderado del antiguo Banco Gallego en el año 1998, que en 2013 compró el Banco Santander. Más tarde, en el año 2000, formaría parte de la empresa dedicada al comercio exterior, Ibesa, siendo director general financiero y consejero vocal de la entidad. Con la experiencia adquirida, en 2003 daría su último salto al mercado empresarial antes de deparar en el Valladolid y formó parte de la empresa Long Model S.L., siendo el administrador único de la sociedad dedicada al mundo de la peluquería y la esteticien.

Llegada y adquisición del Valladolid

Su llegada al Real Valladolid ocurrió el diez de mayo del año 2001 y la situación no podía ser peor. Los empleados llevaban meses sin cobrar y existía riesgo de que el equipo desapareciese, situación dramática provocada por el anterior dueño, Ignacio Lewin, que realizó una gestión deplorable. Suárez Sureda fue designado presidente por los accionistas, que no tenían demasiado interés en el club que compraron. El objetivo era lograr la subsistencia del club, que consiguió más adelante. De esta forma, el ex baloncestista se introdujo de lleno en la gestión del equipo pucelano, llegando a ser el presidente que más tiempo ostentó el cargo en la historia del club.

En el año 2011, Suárez se hizo con la mayoría accionarial por el precio de algo más de tres millones de euros, adquiriendo así el 58,1% de las acciones del Real Valladolid. Negocio redondo si se compara con la cantidad por la que ha vendido su mayoría a Ronaldo Nazario, por lo que los anteriores dueños perdieron dinero. Suárez compró las acciones a las tres empresas con un mayor paquete empresarial en el club: Carteras e Inversiones Somosaguas (20%), Blancos S.L. (19,06%) y a Alda Beta S.L. (19,03 %). El ex jugador de baloncesto invirtió prácticamente todo su patrimonio y reconoció en su día que los anteriores dueños perdieron una parte de la inversión que hicieron.

Concurso de acreedores

En el mismo año que se hizo con la mayoría accionarial de la entidad deportiva vallisoletana, Carlos Suárez se vio arrinconado por la deuda y sometió al club a concurso de acreedores del cual el Real Valladolid no saldría hasta el año 2014. En ese periodo de tres años, el club pucelano llegó a acumular una deuda de 72 millones de euros y hasta 400 acreedores entre restaurantes, tiendas, empleados, clubes como el Real Madrid y el Barcelona, directivos, exentrenadores, jugadores e incluso dos funerarias. Ante esta situación, el jugador argentino José Óscar Flores Bringas, más conocido como el ‘Turu Flores’, presentó una demanda al club en la que pidió que la Justicia no aprobara judicialmente el convenio al que se adhirieron mayoritariamente los acreedores ordinarios. La justicia desestimó la demanda y dio el visto bueno al convenio de pagos a los acreedores.

La de Carlos Suárez Sureda es una vida atípica en el mundo de los negocios. Su pasión por el deporte le llevó a embarcarse en una aventura que, de momento, le ha supuesto 17 años de su vida y de la que, con la última operación ejecutada, parece querer despegarse paulatinamente, quizá por el desgaste producido.

➡️ Investigación

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