Los dueños de Limak, la constructora del Camp Nou, bajo sospecha
La compañía es conocida en Turquía como una de las integrantes de la “banda de las cinco”
Estos últimos años han parecido marcar la agenda de remodelaciones de los estadios de fútbol más emblemáticos de España. La carrera comenzó con las obras del Santiago Bernabéu —unas que, como ya contamos desde elcierredigital.com, traerán mejoras para el Real Madrid, pero también parecen acarrear problemas para los vecinos de la zona— y ahora siguen con la renovación del Camp Nou del Barça. Mientras que el Real Madrid escogió a la empresa FCC —con sede en España, requisito exigido por el equipo—, el Barça ha elegido a la turca Limak Holdings para su nuevo Espai Barça.
La elección del club blaugrana no ha estado exenta de polémica desde el inicio. Y es que, según apuntan medios turcos, Limak Holdings es una de las constructoras de la denominada “banda de las cinco”. Este nombre es el que en Turquía se ha dado a las cinco compañías constructoras encargadas de la mayoría de las obras públicas bajo el gobierno de Recep Tayyip Erdoğan, del partido AKP.
Estas empresas son Cengiz Holding, Kalyon Grup, Makyol Grup, Kolin Holding y Limak Holding, la encargada de la remodelación del Camp Nou. Las cinco compañías, según clamaba el miembro de la oposición Kemal Kılıçdaroğlu —del partido republicano CHP—, “fueron recompensadas con trabajos por valor de 203.000 millones de dólares en los últimos 18 años. Se llevaron su dinero a Inglaterra, a paraísos fiscales. Os prometo que vamos a devolver todo el dinero a la nación”. Así recogía sus palabras, pronunciadas en agosto del pasado año, el diario Turkish Minute.
El cambio de legislación favorable a la “banda de las cinco”
El periodista turco especializado en economía Bahadir Özgür —del periódico BirGün—, explicaba, según recogía El periódico de España, que cuando Erdoğan llegó al poder en el año 2003, cambió la legislación turca para la adjudicación de concursos públicos, lo que permitió que las empresas de la “banda de las cinco” se llevaran la mayoría de obras.
“Antes, la legislación turca estaba basada en la de la Unión Europea: un concurso era abierto al público, ganaba la oferta que adecuaba un mejor precio a las condiciones establecidas. Cualquiera podía presentarse”, explicaba. Sin embargo, tal y como continuaba, "Erdoğan esto no lo aceptó. Cambió la ley para añadir una excepción a la norma: en caso de desastre natural, riesgo para la población, pandemia, guerra, atentado, etc., el Estado ya no está obligado a crear un concurso público sino que, alegando la necesidad de empezar unas obras rápidas, puede adjudicar esta obra a dedo”.
A pesar de que este tipo de adjudicación sería una excepción, según afirmaba el periodista, durante muchos años “todos los grandes proyectos de Turquía” se están haciendo “en base a esto, mucho antes de la pandemia”.
Limak Holding, concretamente, ha construido en los últimos años un estadio en la población de Mersin, Turquía, con capacidad para albergar a 25.000 aficionados; el puente suspendido más alto del mundo, 1915 Çanakkale, sobre el mar de Mármara, que separa la parte turca europea de la asiática; y el aeropuerto de Estambul, con un valor de 22.000 millones de euros y cuya adjudicación fue investigada por posible corrupción. Esta investigación implicaba al Gobierno de Erdoğan, pero nunca fue probada.
El “lavado de cara” de Limak Holding
De hecho, la polémica construcción del aeropuerto de Estambul —inaugurado en el año 2018— fue una de las informaciones que los medios de comunicación sacaron a relucir sobre la compañía al presidente del FC Barcelona, Joan Laporta. Esta polémica se centra, sobre todo, en la presunta muerte de 200 trabajadores en la construcción del aeropuerto que fue denunciada por los sindicatos turcos. El gobierno de Erdoğan lo negó y Laporta afirmó en la rueda de prensa que otorgó el 9 de febrero que esa información no la conocía.
El motivo por el que, a pesar de las polémicas, la obra ha sido adjudicada a Limak Holding fue, según fuentes cercanas a las negociaciones, “la estrecha relación financiera que existe entre la constructora y el banco de inversión Goldman Sachs”, encargado de conseguir los 1.500 millones de financiación del nuevo Espai Barça, o lo que es lo mismo, para la transformación de todas las instalaciones que el FC Barcelona tiene en el barrio de Les Corts, en Barcelona, y el Estadi Johan Cruyff, en la Ciudad Deportiva Joan Gamper de Sant Joan Despí.
Otra causa que ha dado el triunfo a Limak es su compromiso, bajo garantías, de realizar las obras en 18 meses frente a los 36 meses que aseguraban los aspirantes españoles. Para ello, emplearán logística ensamblando fuera y trayendo el nuevo estadio a trozos a Barcelona. El objetivo del club es poder comenzar a jugar en el nuevo estadio el 29 de noviembre de 2024, pese a que la obra tardará un año más en completarse del todo.
El último motivo para su triunfo va de la mano de lo económico. Limak ajusta el precio a un máximo de 900 millones mientras que los otros proyectos superaban los 1.000.
Para Limak esta obra supondrá una forma de posicionarse en el mercado de la construcción de Europa Occidental. Una gran inversión que le traerá reconocimiento y que, según apuntan algunas fuentes, podría servir como un “lavado de cara” para todas las polémicas relacionadas con su pertenencia a la “banda de las cinco”.
La evolución de Limak Holdings
La presidenta de Limak Holdings es Ebru Özdemir, licenciada en ingeniería civil y una importante figura empresarial en Turquía. Özdemir trató de situar a Limak como una de las patrocinadoras de la cumbre de Davos, que reunió a líderes empresariales, financieros y políticos mundiales en la semana del 16 de enero en la ciudad de Davos. Además, como fiel defensora de los derechos de las mujeres, aspira a desarrollar desde la fundación Limak las carreras profesionales de las mujeres turcas en ingeniería y ciencia.
Limak Holdings se fundó en 1976 por dos ingenieros de Ankara, Sezai Bacaksiz y Nihat Özdemir, padre de la actual presidenta. Actualmente la compañía cuenta con 53.000 empleados y, según los últimos datos, tuvo unas ventas de 4.500 millones de dólares en 2019. La constructora turca estudió en 2011 salir a bolsa, pero dio un paso atrás en medio de la crisis económica y la devaluación de la lira, moneda local.
Según el ranking emitido por Engineering News-Record, Limak ocupa la posición 50 entre las constructoras mundiales. Las siete primeras empresas son chinas. En octava posición se encuentra la francesa Vinci, que retiró su interés por presentarse a la reconstrucción del Camp Nou, y en décima posición se encuentra la constructora española ACS, controlada por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez.
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