
Laurent Freixe, el CEO de Nestlé con problemas con la Justicia: Sus frentes abiertos
Tras perder en el Supremo por el cártel de la leche en España, el CEO de Nestlé es señalado por sus relaciones laborales
Laurent Freixe, consejero delegado de Nestlé desde septiembre de 2024, enfrenta el inicio de su mandato rodeado de escándalos. A las controversias sanitarias que arrastra la compañía y los rumores sobre supuestas relaciones dentro del entorno laboral del directivo, se suma ahora otro golpe. El Tribunal Supremo ha inadmitido el recurso presentado por Nestlé contra la multa de 6,86 millones de euros impuesta por su participación en el conocido como 'cártel de la leche'.
La resolución mantiene firme la sanción que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) impuso en 2015 a varias compañías lácteas. Concretamente por intercambiar información sensible para alterar el precio que se les pagaba a los ganaderos.
Nestlé sostiene que existen aún recursos pendientes que podrían anular la resolución completa de Competencia. Aunque este revés judicial agrava la situación de una empresa que ya viene acumulando pérdidas de confianza, caídas en bolsa y cuestionamientos internos.

En paralelo, la figura del CEO permanece en el centro de comentarios informales por la supuesta existencia de relaciones personales con empleadas del entorno laboral. También por presuntos ascensos asociados a vínculos personales.
Estos rumores no han sido confirmados por la compañía ni respaldados por documentos públicos. Pero vuelven a colocar en el foco de atención a una de las figuras más veteranas del gigante alimentario suizo, precisamente en un momento de crisis reputacional y reestructuración interna.
Esta especulación ha cobrado fuerza en círculos del sector. Especialmente tras conocerse que una persona de la supuesta esfera íntima de Freixe habría abandonado Nestlé de manera repentina. Esto tras más de dos décadas vinculada al grupo.
Algunas voces interpretan este movimiento como una maniobra preventiva ante un posible conflicto de interés. Aunque la empresa no ha emitido ninguna declaración al respecto y no existen registros de sanciones, denuncias o investigaciones internas relacionadas. De momento, el asunto permanece en el terreno de las conjeturas.
Un veterano de la casa, con más de tres décadas en Nestlé
Freixe no es un recién llegado. Su trayectoria en Nestlé abarca casi cuatro décadas, en las que ha ocupado cargos de responsabilidad en mercados clave como Francia, España, Hungría, Europa occidental y América Latina.

Nacido en París en 1962 y formado en la escuela de negocios EDHEC y en el IMD de Lausana, Freixe fue considerado durante años como un sucesor de Paul Bulcke. Pero quedó fuera del cargo cuando el consejo eligió en 2017 al alemán Mark Schneider, procedente del sector farmacéutico.
Su ascenso en 2024, tras la dimisión de Schneider, fue interpretado como una recuperación del “modelo interno” de liderazgo en la compañía.
Aguas contaminadas y críticas por la falta de transparencia
Sin embargo, su llegada no ha traído la estabilidad esperada. Bajo su dirección, Nestlé ha tenido que hacer frente a una serie de controversias sanitarias en Europa que han dañado su imagen pública.
El caso más grave tuvo lugar en Francia, donde las autoridades descubrieron que Nestlé Waters había aplicado tratamientos no autorizados al agua embotellada. Concretamente usaron rayos ultravioletas o carbón activo en marcas como Perrier, Vittel y Hépar.
La compañía habría ocultado estas prácticas durante años, pese a las advertencias internas y externas, incluyendo informes de la Oficina Francesa de Biodiversidad y del Ministerio de Sanidad.

Aunque el origen de esta situación se remonta al mandato anterior, Freixe ha tenido que asumir el coste político y comunicativo. Compareció ante el Senado francés para expresar su “profundo pesar” y defendió la intención de Nestlé de reformar por completo su división de aguas, barajando incluso su venta parcial o su transformación en una empresa independiente.
La polémica ha tenido un fuerte impacto reputacional en Francia. Allí se investiga si la multinacional recibió trato de favor por parte de la administración Macron.
La herencia del 'caso Buitoni' y la desconfianza del consumidor
A esta crisis se suman las secuelas aún abiertas del 'caso Buitoni'. Buitoni es una marca de pizzas congeladas propiedad de Nestlé que en 2022 provocó la muerte de varios menores en Francia a causa de la presencia de la bacteria E. coli. La contaminación de los productos fue atribuida a condiciones de higiene deficientes en una planta de producción.
Este escándalo se originó antes de que Freixe asumiera el cargo. No obstante, las críticas por la gestión de las indemnizaciones, la falta de transparencia y la lentitud de la respuesta siguen afectando a la percepción pública de Nestlé.
Una estrategia de repliegue y recorte en plena caída bursátil
La situación interna tampoco es sencilla. En el plano financiero, la empresa cerró 2024 con un crecimiento orgánico de apenas el 2 %, el más bajo desde el año 2000.
Las acciones de Nestlé llegaron a perder más del 20 % de su valor en el mercado. Algo que obligó al nuevo CEO a anunciar un agresivo plan de ahorro de costes, valorado en 2.800 millones de dólares.

Además, ha reformulado la estrategia del grupo. En lugar de diversificar, Freixe ha optado por reforzar las 31 marcas más rentables del catálogo, como Nescafé, Purina y KitKat, en un intento por concentrar esfuerzos y recuperar rentabilidad.
El estilo Freixe, críticas a su predecesor
Internamente, ha criticado la gestión de su antecesor. A este lo responsabiliza de haber debilitado la “estructura histórica” de Nestlé al alejarse de su negocio alimentario principal.
En sus declaraciones públicas, Freixe ha insistido en que el grupo debe reconectar con sus raíces y recuperar la confianza de los consumidores. Especialmente en Europa, donde los escándalos han tenido mayor repercusión mediática.
Rumores que tensan aún más el liderazgo
En medio de esta reconfiguración, las insinuaciones sobre posibles relaciones personales y decisiones favorecedoras dentro del equipo directivo colocan un obstáculo añadido a su liderazgo.
Aunque de momento carecen de respaldo oficial, alimentan una narrativa incómoda en torno a la figura de un directivo que había sido presentado como garante de continuidad y valores tradicionales dentro de Nestlé.
La falta de transparencia en torno a estas cuestiones refuerza la idea de que el desafío de Freixe no solo pasa por reordenar el negocio. Primero deberá disipar las dudas sobre su gestión y su entorno más cercano.
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