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Una mujer con gafas y abrigo claro camina por una calle concurrida, rodeada de varias personas, algunas de las cuales parecen estar escoltándola.
INVESTIGACIÓN

Juanita Castro, protegida por la CIA, luchaba contra sus hermanos Raúl y Fidel

La activista cubana fallecida a los 90 años escondía perseguidos políticos y fue un icono contrarrevolucionario.

El pasado martes, la periodista y escritora María Antonieta Collins  informó del fallecimiento de Juanita Castro,  hermana menor de Fidel y Raúl Castro, crítica con su régimen y que vivía en el exilio en Miami desde los años 60. Según explicó la periodista mexicana, Juanita murió el 4 de diciembre a los 90 años por causas naturales en un hospital de Miami. María Antonieta fue además su biógrafa y amiga, gran conocedora de la historia de la hermana de los Castro.

Juana de la Caridad ‘Juanita’ Castro Ruz nació el 6 de mayo de 1933 en la pequeña localidad de Birán. Tras cursar sus estudios en La Habana abrió un cine en su lugar natal y desde principios de los años 60, mucho antes de su partida de Cuba, mostró su oposición firme al régimen de su hermano Fidel Castro. Además de colaborar con la CIA, ayudó a esconder a políticos perseguidos y a personas expulsadas de la isla en su lugar de residencia en la capital cubana, convirtiéndose en un auténtico icono de la contrarrevolución en el país.

El origen de Juanita Castro

Juanita, al igual que sus hermanos de la familia Castro Ruz, recibió educación en el prestigioso colegio católico de las Ursulinas, en La Habana. Sin embargo, el hecho que catapultaría a la fama a la familia Castro Ruz tendría lugar en 1953, cuando sus hermanos Fidel y Raúl Castro lideraron el ataque al Cuartel Moncada. Después del triunfo de la Revolución cubana en 1959, Juanita, quien previamente había estado recaudando fondos para apoyar la lucha revolucionaria de sus hermanos, se dedicó finalmente a la construcción de clínicas, escuelas y hospitales en las áreas rurales de una empobrecida Cuba.

Las políticas implementadas por Fidel y Raúl chocaron con los intereses familiares de los Castro Ruz cuando los hermanos contemplaron la idea de incluir la plantación de la familia dentro de su programa de reforma agraria, destinado a limitar la propiedad privada de tierras. 

Una mujer hablando en un micrófono con la mano levantada.
Juanita Castro durante una intervención pública | El Cierre Digital

En aquel momento, tanto Juanita como su hermano mayor, Ramón Castro Ruz, que poseía y cuidaba la propiedad, se sintieron traicionados y comenzaron a oponerse al gobierno de sus hermanos. Según recogió la revista Time, después del fallecimiento de su madre, Lina Ruz, en 1963, Juanita comenzó a vender el ganado ante las intenciones de sus hermanos de expropiar la propiedad. Esta decisión enfureció a Fidel, que la denunció y expuso como una "gusana contrarrevolucionaria”. Como resultado, Juanita comenzó a brindar apoyo y refugio a disidentes en su hogar.

El exilio

En 1964 Juanita decidió abandonar su Cuba natal y se trasladó a México a vivir con su hermana Enma, casada con un mexicano. Al llegar, convocó una conferencia de prensa para anunciar su deserción de Cuba. Allí explicó: “Ya no puedo permanecer indiferente a lo que está sucediendo en mi país, mis hermanos Fidel y Raúl lo han convertido en una enorme prisión rodeada de agua. La gente está clavada en una cruz de tormento impuesta por el comunismo internacional”, expuso la hermana de los Castro.

Después de unos meses, Juanita puso rumbo a Miami, donde ha residido hasta su muerte a los 90 años. Allí  estableció una farmacia llamada Mini Price en 1973. Fue en 1984 cuando obtuvo la ciudadanía estadounidense y más de 20 años después, en diciembre de 2006, decidió vender su farmacia a la compañía CVS Pharmacy.

A finales de los 90, concretamente en el año 1998, Juanita decidió iniciar un proceso legal contra su sobrina  Alina Fernández,  lahija ilegítima de su hermano Fidel, a causa de  algunos pasajes que ella consideraba difamatorios en la autobiografía de Fernández titulada "La hija de Castro: Memorias del exilio de Cuba". Juanita afirmó que el libro calumniaba a su familia. Un tribunal español dictaminó que Fernández y su editorial, Plaza & Janés, debían pagar una compensación de 45.000 dólares americanos a Juanita Castro. En el año 2009, Juanita publicó sus memorias bajo el título "Fidel y Raúl, mis hermanos: la historia secreta".

Los contactos con la CIA

Dos años después del intento fallido de invasión a Bahía de Cochinos en abril de 1961, la esposa del embajador brasileño en La Habana,  Virginia Leitao da Cunha, amiga de Juanita, le ofreció la oportunidad de unirse a la CIA. Juanita accedió a viajar a México para entrevistarse con un agente de la institución en la capital mexicana. El 23 de junio de 1963, Juanita llegó a Ciudad de México y posteriormente se encontró con Virginia, que juntas acudieron a una entrevista secreta en el lujoso Hotel María Isabel Sheraton.

Una mujer con gafas grandes es rodeada por una multitud de personas en una escena de aparente tensión.
Fotografía de Juanita Castro | El Cierre Digital

Juanita y Virginia entraron en la habitación de Enrique, el agente de la CIA para el que Virginia hacía de enlace y cuyo nombre real era Tony Sforza. El agente le ofreció a Juanita formar parte de la agencia y ayudar en la  Operación Mangosta, una guerra económica contra el régimen cubano. Juanita aceptó colaborar con la agencia, pero puso dos condiciones: en primer lugar, no aceptaría ningún tipo de remuneración económica, ya que lo veía como una obligación como cubana; y en segundo lugar, bajo ninguna circunstancia participaría en asesinatos. Ambas condiciones eran innegociables, según mencionó en sus memorias.

Debido a la cercanía del Hotel María Isabel Sheraton a la embajada estadounidense, separados únicamente por la estrecha calle Río Danubio, Juanita sospechaba que toda la entrevista con Enrique había sido grabada. Bajo el  nombre clave de ‘Donna’, Juanita cambió completamente sus actividades clandestinas en contra del régimen de sus hermanos Fidel y Raúl. Al regresar a La Habana, recibió una radio de onda corta y continuó trabajando a favor de los perseguidos por el G2 —la policía secreta cubana— hasta su salida definitiva de Cuba el 19 de junio de 1964.

La ruptura con la CIA y el final de ‘Donna’

Después de colaborar durante varios años con Enrique, el agente fue designado a operaciones localizadas en Vietnam y Laos. El nuevo contacto de Juanita en la CIA resultó ser Salvador Lew, un cubano estadounidense. Con la llegada del nuevo presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, en enero de 1970, la situación en Cuba cambió drásticamente. Durante ese mismo año, Lew organizó una reunión privada en la casa de Juanita en Miami con dos agentes de la CIA que acababan de llegar desde Washington, D.C. Estos hombres se identificaron únicamente como el Agente A y el Agente B.

En un español perfecto, los agentes estadounidenses solicitaron a Juanita que, debido a las recientes negociaciones del secretario de estado Henry Kissinger con el gobierno de la Unión Soviética, se retractara de todas sus declaraciones en contra del régimen comunista cubano que hacía en su programa de radio llamado "Radio Periódico". Juanita, furiosa, se negó rotundamente y expulsó a los agentes de la CIA de su casa.

Casi de inmediato, la CIA suspendió la ayuda financiera a la "Fundación Martha Abreu" dirigida por Juanita, así como las emisiones de su programa de radio que se transmitían a través de Radio Nueva York. Como respuesta, Juanita decidió escribir una carta al entonces director de la CIA,  Richard Helms, en la que exigía que no coartaran su libertad de expresión. Al no recibir respuesta alguna de parte de Helms, Juanita rompió las relaciones con la agencia y dejó de colaborar bajo su pseudónimo ‘Donna’.

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