El Grupo CAF 'se enfrenta' a La Moncloa y al Gobierno Vasco al negarse a comprar Talgo
La prioridad de la multinacional radicada en Euskadi es proseguir con su expansión internacional y ganar contratos fuera
Las maniobras de La Moncloa y el Gobierno Vasco para que el Grupo CAF se haga con Talgo han resultado estériles. El presidente del Grupo CAF, Andrés Arizkorreta, ha descartado que la centenaria compañía que lidera negocie siquiera llevar a cabo la operación.
El empresario, premiado hace unos meses con la Medalla de Oro de Gipuzkoa, ha hecho valer su peso para descartar la intentona política.
Temor a Magyar Vagon
El Gobierno central ha derribado la compra de Talgo por parte de la compañía Magyar Vagon. Empresa considerada afín al polémico presidente Viktor Orbán y al Gobierno ruso de Vladímir Putin. La Moncloa, con el respaldo de Bruselas, frenó la operación por motivos de seguridad nacional.
El Gobierno Vasco, por su parte, creía que CAF era el único comprador que garantizaba mantener el número de empleados que tiene Talgo en Euskadi. En la actualidad, 700 de los 2.500 trabajadores de la constructora lo hacen en la planta alavesa de Rivabellosa.
Al enfado de los ejecutivos de España y País Vasco se le une el de Navarra, disgustada con CAF por sus altibajos en su fábrica de Castejón.
Internacionalización
CAF obtuvo beneficios por valor de 52 millones de euros en el primer semestre de 2024. Esta cifra mejora en un 52% los números del pasado año. Las ventas, entre enero y junio, ascendieron un 11% hasta los 2.080 millones de euros.
Esta mejora está directamente relacionada con la internacionalización de la constructora de trenes, tranvías y autobuses. La institución público-privada COFIDES, dependiente del Ministerio de Economía y facilitadora de la internacionalización de empresas españolas, le otorgó el pasado mes un préstamo de 35 millones de euros.
Contratos
Recientemente, CAF ha conseguido contratos por valor de 200 millones en Bolonia y Roma para suministrar y mantener tranvías en ambas ciudades italianas. Estos encargos se suman a otro de la ciudad estadounidense de Omaha por alrededor de 50 millones.
Su filial Solaris, radicada en Polonia, construirá autobuses en Suecia por algo más de 50 millones de euros. Y en España, CAF suministrará 40 trenes a Metro de Madrid por un monto cercano a los 400 millones de euros.
Los ojos de la empresa guipuzcoana están puestos en la resolución de un contrato para hacer una línea en Dubái. CAF ha entrado en un consorcio que podría hacerse con esta obra que tiene un presupuesto de 5.000 millones de euros.
Problemas reputacionales
CAF tambén está preocupada por el agujero reputacional que le puede provocar el genocidio israelí. Y es que la empresa natural de Beasáin tiene negocios en el país presidido por Benjamín Netanyahu.
"El conflicto Israel-Palestina supone un riesgo de incertidumbre en los mercados en los que opera el grupo. Por distintos aspectos como la ejecución de los contratos a largo plazo y su seguimiento", reconoce la multinacional vasca.
Estos problemas a corto plazo derivarían de "posibles embargos o sanciones que se puedan implantar a las empresas en dichos mercados. O por posibles interrupciones adicionales en la cadena de suministro".
"El conflicto actual está afectando a los ritmos de ejecución de ambos proyectos, si bien manteniéndose las operaciones en la línea del tren ligero de la ciudad de Jerusalén".
CAF asegura que mantiene "comunicaciones continuas con sus clientes". "Trabajamos de forma colaborativa en abordar los problemas derivados de esta situación", añaden.
A cuenta de este conflicto, el campus guipuzcoano de la Universidad del País Vasco (UPV) declinó firmar esta primavera un acuerdo con CAF. La intención del centro educativo y la multinacional era establecer un centro de innovación en la provincia vasca. La institución académica tomó esta medida tras dar su "apoyo a Palestina ante la catástrofe humanitaria en Gaza".
El campus pide "el cumplimiento inmediato de la decisión de la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas dirigida a que Israel tome las medidas necesarias para evitar actos de genocidio. La entrada de ayuda a la franja de Gaza. O el cese de los ataques y el asedio a la población civil, el fin de envío de armas a Israel. Así como la liberación de todas las personas secuestradas y encarceladas injustamente".
Por otra parte, CAF ha llevado a los tribunales a 12 activistas que pintaron "Israel genocida, CAF cómplice" en su planta navarra de Castejón. Los sindicalistas Aitor Martínez Barayazarra y Gaizka Etxaide Etxaburu, que ejercen como delegados de LAB en los comités de empresa de Beasain e Irún, han afeado "la falta de ética empresarial" por hacer negocios en Israel.
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