El francotirador contra Pedro Sánchez será juzgado el 15 de marzo.
Manuel Murillo, en libertad desde 2020, intentó asesinar a Pedro Sánchez en 2018.
Manuel Murillo Sánchez, más conocido como "el francotirador", será juzgado entre los próximos días 15 y 16 de marzo por la Audiencia Nacional, como ha podido saber en exclusiva elcierredigital.com. El juzgado central de Instrucción número 6 ha acordado abrir juicio oral al considerar al acusado como presunto culpable de un intento de atentado contra el presidente del Gobierno Pedro Sánchez el 18 de septiembre de 2018 en la localidad de Tarrassa (Barcelona).
Después de que la Justicia haya admitido las pruebas propuestas por la Fiscalía contra el acusado, la Audiencia Nacional ha establecido que el juicio oral a Manuel Murillo tendrá lugar a mediados del mes de marzo. Murillo espera en libertad a que se celebre este juicio desde 2020, cuando abandonó la prisión de Brians, en la localidad de Sant Esteve de Sesrovires (Barcelona)
Así fue la detención de Manuel Murillo
En noviembre de 2018 conocíamos, a través del diario Público, una noticia que se produjo el 18 de septiembre en Terrassa (Barcelona), cuando los Mossos d’Esquadra detuvieron a un hombre que tenía “clara voluntad” de atentar contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El juez ordenó su inmediato ingreso en prisión basándose en el peligro que podía tener en libertad. “No le ha cabido duda al instructor de la seriedad del propósito del investigado de llevar a efecto el crimen planeado por él mismo”, aseguró en su auto.
El detenido, Manuel Murillo Sánchez, de 63 años y aficionado al tiro olímpico, explicó su intención de acabar con la vida de Sánchez a un grupo reducido de seis conocidos a través de un grupo de WhatsApp, "motivado por la decisión del Gobierno de exhumar los restos del dictador Franco del Valle de los Caídos". En dicho grupo de WhatsApp afirmó que estaba dispuesto a “sacrificarse por España” y que quería matar a “ese rojo de mierda”, sin importarle las consecuencias.
Fue precisamente una dirigente de VOX, en la localidad barcelonesa de Tarrassa, quien informó a los Mossos de las intenciones de Manuel Murillo. Según informaron los investigadores, se trataría de una persona con “cierta proximidad con la extrema derecha”, pero sin estar vinculado a ningún grupo específico, por lo que lo calificaron como “lobo solitario”.
En el registro de su domicilio se encontraron 16 armas de fuego, rifles y un fusil de asalto CETME. Varias de ellas habían sido modificadas por él mismo y en su vehículo llevaba dos pistolas, una de ellas también modificada. Además, tenía en casa un “lanzapatatas” de gas.
Aunque inicialmente se le calificó como de experto tirador, después se ha sabido que es un mero aficionado a las armas por su profesión de vigilante de seguridad, aunque sin empresa ni trabajo fijo y carente de todo tipo de antecedentes policiales y penales.
Una vez detenido, los Mossos informaron a la Policía Nacional, a la Guardia Civil y al servicio de seguridad de La Moncloa, que dijo que la seguridad del presidente nunca se había visto comprometida. También se trasladó a la Audiencia Nacional, donde se descartó acusarle de un delito de terrorismo.
El juzgado de Instrucción número 4 de Terrassa decretó el 21 de septiembre de 2018 su ingreso en prisión acusado de homicidio con agravante de autoridad, conspiración para atentar contra autoridad con uso de arma, amenazas graves, tenencia ilícita de armas y un delito de odio. Estaba encarcelado hasta 2020 en la prisión de Brians, en la localidad de Sant Esteve de Sesrovires (Barcelona), que fue cuando quedó en libertad.
Ahora, Murillo se enfrentará al juicio oral los próximos días 15 y 16 de marzo ante la sala tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional en las dependencias de la calle Génova de Madrid.
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