España, refugio de capos italianos: del clan 'Ndrangheta a la Stidda.
La última detención en Galapagar (Madrid) ha sido la del mafioso Gioacchino Gammino, buscado durante 20 años.
A lo largo de los años han sido muchos los traficantes de la mafia italiana que se han ido asentando dentro de las fronteras españolas. Desde aquí, clanes como la Camorra napolitana, la 'Ndrangheta calabresa, la Stidda siciliana y, en menor medida, la Cosa Nostra controlan los movimientos de cocaína desde países latinoamericanos como Colombia y Venezuela para posteriormente distribuirla por Italia y el resto de Europa.
Para eludir la justicia de su país, estos capos de la droga se ocultan bajo identidades falsas consiguiendo pasar desapercibidos durante años. Sin embargo, las investigaciones policiales no cesan hasta que dan con sus paraderos y finalmente se destapa su disfraz. La última de las operaciones de busca y captura, que ha tenido lugar en Galapagar (Madrid), ha sido la del jefe de la 'Stidda', Gioacchino Gammino, condenado a cadena perpetua por asesinato.
Una frutería en Galapagar como tapadera
Gioacchino Gammino, un hombre de 61 años de Campobello di Licata, en busca y captura por fugarse de la prisión de Rebibbia (Roma) donde cumplía condena por asesinato, ha sido detenido en Galapagar el pasado 17 de diciembre. Los hombres de la DIA (Dirección Investigación Antimafia), coordinados por el fiscal de Palermo Francesco Lo Voi, seguían a Gammino, jefe del grupo mafioso 'Stidda', desde el 26 de junio de 2002.
La búsqueda del capo italiano durante casi 20 años concluyó gracias a una captura de Google Maps que le retrataba en la Avenida de los Voluntarios del municipio madrileño, en frente de la tienda de frutas y verduras 'El huerto de Manu'. Gammino, que se escondía bajo el nombre falso de Manuel, también regentaba 'La cocina de Manu', un restaurante cerrado en 2014. A pesar del tiempo transcurrido y las arrugas de su rostro envejecido, el italiano fue reconocido por su inconfundible cicatriz en el lado izquierdo de la barbilla.
Después de ser arrestado tras una persecución policial de película, Gammino le espetó a los policías: "¿Cómo me encontrásteis? No había llamado a mi familia durante diez años”, según expresa el medio local italiano Corriere della Calabria. Considerado uno de los 100 prófugos más buscados en Italia, ahora se espera que cumpla cadena perpetua. Se cree que forma parte del comando que el 29 de agosto de 1989 asesinó por error a un transeúnte en Campobello di Licata, como parte de la sangrienta disputa entre la Cosa Nostra y la Stidda, una "mafia rebelde" generalizada en Agrigento.
La actividad de 'Ndrangheta en España
La mafia calabresa N'Drangheta, que lleva operativa más de 60 años, es conocida como una de las más peligrosas y poderosas. Su zona predominante de acción es Calabria pero sus tentáculos se extienden a otras zonas de Italia y de otros países. Los ingresos de esta organización se estiman entre 35 y 40 mil millones de euros anuales, más del 3% del PIB italiano. Al igual que otras mafias italianas, se caracteriza por seguir vínculos sanguíneos, siendo bastante habitual que hijos y nietos sigan los pasos de sus padres y abuelos en la organización. Actualmente, se estima que hay entre 4.000 y 5.000 miembros, una cohesión mayor que la de otras organizaciones criminales.
En enero de 2021, hasta 350 personas acusadas de formar parte de esta organización criminal y de tráfico de drogas se sentaron en el banquillo, en uno de los juicios más importantes contra la Cosa Nostra italiana de este siglo. Entre los acusados se encontraban personajes públicos muy conocidos que, supuestamente, habrían ayudado a la mafia a prosperar en sus negocios ilícitos, como Giancarlo Pittelli, abogado y exparlamentario del partido de Berlusconi, el empresario Mario Lo Riggio, o Salvatore Rizzo, exalcalde de Nicotera, entre otros.
El sanguinario clan 'Ndrangheta también dejó huellas de su paso en España. En septiembre de 2021 la Guardia Civil detenía en Barcelona al ciudadano Italiano G.T, de 42 años de edad, natural de Vibo Valentia –Calabria- (Italia) y huido de las autoridades italianas desde 2017, tras ser condenado a una pena de más de 19 años de prisión por delitos relacionados con el tráfico internacional de drogas y pertenencia a la organización criminal.
Las investigaciones llevadas a cabo por los agentes de la Guardia Civil para la localización y detención del prófugo de la justicia italiana, permitieron conocer que se encontraba residiendo en nuestro país desde hacía más de tres años para eludir la acción de la justicia. Vivía en pleno centro de Barcelona, donde pasaba totalmente desapercibido, no manteniendo contacto con los vecinos y sin llamar la atención con su rutina diaria, si bien, en sus desplazamientos, tomaba medidas de seguridad para detectar la posible vigilancia a la que pudiera estar sometido, conocedor de su condición de huido de la justicia.
El italiano G.T., como muchos otros, se mantuvo en la clandestinidad, con documentos de identidad falsificados y llevando una vida discreta, sin grandes lujos que pudieran llamar la atención, para poder dedicarse a su actividad ilícita con funciones más directivas, cediendo las actividades de ejecución a otros miembros de la organización no reclamados. Fue abordado por agentes de la Guardia Civil de Barcelona en las proximidades de la Plaza de la Universidad de la misma ciudad, cuando abandonaba su domicilio.
Esta operación, al igual que la llevada a cabo unas semanas antes que la de G.T., se repitió con el ciudadano italiano F.S en Málaga, fruto de la fluida colaboración de la Guardia Civil con el ROS (Reaggruppamento Operativo Speciale) del Arma de Carabinieri italiana.
Por otro lado, el famoso líder de la misma mafia calabresa, Massimiliano Cornegliani, fue detenido durante el verano de 2019. El hombre, de 51 años, se había fugado de su arresto domiciliario en 2017 después de cumplir diez años de los quince que tenía por condena. Cornegliani era reclamado por la justicia italiana por delitos de tráfico de drogas y extorsión y residía en un piso de Valencia cuando fue capturado.
Massimiliano era uno de los mafiosos más peligrosos de la lista de la justicia italiana. Durante sus años más activos en el crimen organizado, llegó a convertirse en un nombre popular y temido, extendiendo sus tentáculos a la mafia siciliana. Su nivel de violencia hizo que llegara a a amenazar públicamente de muerte al juez que instruía varias causas en su contra. Este magistrado, conocedor de los modos del mafioso, llegó a estar acompañado por escoltas que vigilaban su integridad.
Juicio a la mafia calabresa
A principios del año 2021 la organización se enfrentó a un macroproceso. El objetivo era la desestabilización de los pilares sobre los que se asienta la organización que, durante décadas, tanto ha decidido en la región de Calabria. Para ello, se contó con la ayuda de diferentes cuerpos pertenecientes a la institución, como es el caso del fiscal jefe de Catanzaro, Nicola Gratteri, quien fue amenazado de muerte y lleva escolta desde hace 30 años por seguridad, y que ha dirigido la investigación que ha permitido arrestar a más de 400 personas en diferentes puntos del mundo, como Italia, Alemania, Suiza o Bulgaria, a finales del año 2019.
El nombre que se le dio a la investigación fue Rinascita-Scott, y 88 de estas 400 personas serán juzgadas a partir del próximo 27 de enero. El resto de los acusados son los que se sentaron en el banquillo durante el mes de enero.
A partir de estas detenciones, dio comienzo la operación por parte del fiscal jefe de Catanzaro, quien lleva años investigando los pasos de la mafia calabresa, aunque con fuertes medidas de seguridad, debido a la alta probabilidad de atentados, ya que Gratteri estaba en el ojo del huracán y había recibido numerosas amenazas contra su vida, tal y como comentó la periodista Alessia Candito en La Repubblica, uno de los diarios italianos de información general más importantes.
Por otro lado, aunque Gratteri precise de escolta, defendió en numerosas ocasiones la enorme relevancia que tiene este juicio y la fidelidad que mantiene a su cargo, dado que no se ha planteado abandonarlo pese a la situación de peligro que vive.
A él se han referido con frases como "un hombre muerto que camina", o le han asegurado que "terminará como Falcone", uno de los magistrados antimafia al que le fue arrebatada la vida en el año 1992 después de que investigase los procesos que tuvo la organización siciliana ‘Cosa Nostra’.
Ese fue un momento histórico, en el que se hizo pasar ante un tribunal de justicia a más de 460 personas dedicadas al mundo criminal y también a algunos de los jefes que controlaban la organización. Ahora se juzga "solo" a 355 de los miembros de la mafia calabresa.
Las autoridades estudiaron la posibilidad de hacer el juicio en otras regiones del país dado que Calabria es la región más pobre, según afirma el ministro de Justicia Alfonso Bonafede. Pero finalmente se decantaron por llevarlo a cabo en el mismo lugar en el que opera la mafia ‘Ndrangheta. Sin cámaras y a las afueras de Lamezia Terme, una localidad poco conocida.
La mafia, aunque se encuentre en una de las regiones más pobres del país italiano, es una de las organizaciones criminales que más dinero factura, alrededor de 50.000 millones de euros anuales. La geografía calabresa no resultó un impedimento para la organización que se hizo internacional por el tráfico de drogas que mantenía con América Latina.
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