Escándalo en el Colegio de Médicos de Madrid: Las causas de la salida de su presidente
La candidatura de Tomás Merina ha quedado invalidada tras ganar en diciembre las elecciones a la presidencia del Colegio
El Ilustre Colegio de Médicos de Madrid (Icomem), que agrupa a más de 50.000 doctores colegiados, se encuentra inmerso en una polémica sin precedentes. La Comisión de Recursos del organismo ha anunciado la invalidación de la candidatura de Tomás Merina Ortega.
Merina había sido elegido presidente el pasado mes de diciembre con el 47% de los votos. Este desenlace ha generado incertidumbre y debates sobre la gestión interna, la transparencia y los intereses corporativos.
El pasado 18 de diciembre, Tomás Merina dio la sorpresa al derrotar al entonces presidente, Manuel Martínez-Sellés. Merina presentó su candidatura bajo el lema “Icomem para todos”, prometiendo mayor transparencia y una renovación en la gestión.
Sin embargo, un mes después de su victoria y a solo una semana de su toma de posesión, su candidatura ha sido invalidada. La razón, no cumplir con los requisitos establecidos por el propio colegio.
El anuncio, realizado este jueves, dejó al actual dirigente, Martínez-Sellés, como presidente interino. En un comunicado este aseguró que no se postularía para la reelección y convocó nuevas elecciones. La decisión ha suscitado críticas y apoyo dividido entre los colegiados.
Oficialmente no se han divulgado los motivos exactos de la anulación. Aunque elcierredigital.com ha tenido acceso exclusivo a información que revela las verdaderas causas de esta decisión. Nuestro diario también ha contactado con el Colegio de Médicos de Madrid para conocer su versión de los hechos. Sin embargo, por el momento no hemos recibido su respuesta.
Los motivos tras el descarte de Tomás Merina
En su discurso electoral, Tomás Merina afirmó no tener “ningún vínculo con empresas del sector sanitario, hospitalario ni asegurador”. Esto reforzó su imagen de independencia. Sin embargo, un análisis exhaustivo de su trayectoria demostraría una extensa red de vinculaciones empresariales relacionadas con el ámbito sanitario.
Una situación que habría generado un claro conflicto de interés y que el Colegio de Médicos de Madrid parecía desconocer. Esto también ha afectado al Colegio de Médicos. Según fuentes cercanas a la institución “deberían haber sabido de las actividades de Merina mucho antes, no después de ganar las elecciones a la presidencia”.
Según indican fuentes sanitarias y corrobora el registro mercantil, Merina es administrador único de Dokter Capital S.L. Una sociedad de capital riesgo enfocada en startups de salud. Además, ocuparía cargos clave en empresas como Oncogenomics S.L., Kunsen VC y Los Ángeles de Badajoz. Todas ellas ligadas a la medicina privada y la innovación sanitaria.
Estas vinculaciones, que no fueron declaradas durante su candidatura ni detectadas por el Icomem, contradicen sus afirmaciones de independencia. Esto habría motivado la anulación por parte de la Comisión de Recursos.
Otro aspecto relevante es su presunta participación directa, junto con su familia, en múltiples empresas relacionadas con el sector de la salud. Los documentos indican que su hija, Alicia Merina Castilla, y su hijo, Antonio Merina Castilla, ostentan cargos en sociedades del mismo ámbito. Tales como Ziken Inversiones S.L. y Dokter Capital S.L.
Esta red de intereses familiares refuerza las dudas sobre la imparcialidad de su gestión como presidente del Icomem.
Transparencia y contradicciones en su currículo
La candidatura de Merina también ha estado marcada por dudas de sectores sanitarios sobre la veracidad de su formación académica y profesional. Merina afirma haber cursado varias licenciaturas y grados entre 2002 y 2018: Sociología, Ciencias Políticas, Historia del Arte y Derecho. Sin embargo, fuentes sanitarias cercanas destacan "inconsistencias" en las fechas de obtención de estos títulos.
Durante el periodo en que afirma haber cursado simultáneamente las licenciaturas de Ciencias Políticas e Historia del Arte, también ocupó cargos directivos en varias empresas. Por ejemplo, el de presidente del Hospital Fuensanta y de La Equitativa de Madrid.
La imposibilidad de compatibilizar estas responsabilidades refuerza las sospechas de varias voces. Fuentes sanitarias inciden en que “parte de su currículo podría estar inflado o falsificado”.
Reacciones de Merina y el entorno sanitario
Tras conocerse la invalidación, Tomás Merina publicó un comunicado en el que calificó la decisión de “injusta y arbitraria”. Argumentó que su candidatura había sido inicialmente validada por el propio Icomem. También que la anulación responde a “intereses opacos” que buscan frenar su proyecto de renovación.
“Mi elección fue la decisión democrática de los colegiados, y esta medida solo sirve para desprestigiar al colegio”, declaró.
Por otro lado, sectores del colegio que apoyaron su candidatura han expresado desconcierto. Otros critican la "falta de transparencia del Colegio de Médicos de Madrid y del propio Tomás Merina". Las mismas fuentes consideran que su elección hubiera supuesto una continuación de las prácticas cuestionables que prometió combatir.
El peso de los intereses empresariales
El caso de Tomás Merina pone de relieve los conflictos de intereses que afectan a la gestión de organismos colegiales como el Icomem. Los vínculos empresariales de Merina, con inversiones en startups de salud y participaciones significativas en sociedades del sector sanitario, generan preocupación entre los colegiados.
En declaraciones previas, Merina insistía en la necesidad de desvincular al colegio de intereses corporativos. “Debemos sacar del colegio a las empresas mercantiles que solo buscan su propio beneficio”, declaraba. Sin embargo, su implicación directa en empresas privadas socava la credibilidad de estas afirmaciones.
El futuro del Icomem
Con la decisión de invalidar la candidatura de Tomás Merina, el futuro del Colegio de Médicos de Madrid queda en el aire. Las elecciones de diciembre ya habían estado marcadas por tensiones internas y una creciente desconfianza entre los colegiados.
La anulación de la victoria de Merina no solo profundiza estas divisiones. También plantea dudas sobre la capacidad del Icomem para gestionar de manera transparente y justa sus procesos electorales.
Mientras se espera la convocatoria de nuevas elecciones, entre algunos colegiados surgen las dudas. Sostienen que “el caso debe servir como recordatorio de la necesidad de fortalecer los mecanismos de control y garantizar la independencia de los dirigentes colegiales frente a intereses externos”.
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