Del éxito al olvido social, los famosos que se adelantaron a Rafael Amargo
La detención de Rafael Amargo por presuntos delitos de grupo criminal y contra la salud pública a dos días de estrenar.
Uno de los casos más sonados de la historia de España fue el de la miss, Amparo Muñoz. Nacida en Vélez-Málaga (Málaga) en 1953, hija de un obrero y un ama de casa, María Amparo Muñoz Quesada soñaba con ser secretaria, pero el destino de chica de provincias anodina no era su final prefijado. En julio de 1973 fue coronada como Miss Costa del Sol, en Marbella, por el Príncipe Alfonso de Hohenlohe en una ceremonia presentada por la periodista María Teresa Campos.
Sólo un mes más tarde, ya se alzaba con el título de Miss España en Tenerife en una gala que fue seguida por el No-Do y por todas las revistas del corazón. Una de sus competidoras fue una Miss Madrid llamada Purificación Martín, hoy conocida como Norma Duval. Amparo se hizo muy popular y hasta el programa Informe Semanal le dedicó un reportaje en horario estelar.
Con la banda de Miss llegó su entrada en el mundo del cine, debutando con un pequeño papel en la película Vida conyugal sana, de Roberto Bodegas, junto a José Sacristán y Ana Belén. Después llegaría su segunda película con la que alcanzó su primer papel de protagonista. Fue a las órdenes de Vicente Aranda en Clara es el precio. Aunque fue doblada en el filme, éste supuso todo un éxito y en él, además, conoció a su primer gran amor, Máximo Valverde, el galán más popular de la época. Pero lo que cambió su vida fue, sin duda, el ser nombrada Miss Universo en julio de 1974.
Aunque renunció a la corona unos meses más tarde, Amparo pasó a convertirse en una de las actrices más populares de la Transición. Tras su separación en 1984 de su segundo marido Flavio Labarca, Amparo comenzó una etapa polémica. Muchos productores acusaban a la actriz de falta de seriedad y de ser conflictiva en el trabajo. Además, sus continuos problemas con las drogas, así como sus detenciones por posesión de cocaína, enturbiaron definitivamente su imagen. A nivel sentimental, en esos años mantuvo un breve flirt con el hijo de Lola Flores, el cantante Antonio Flores, con el que compartía su adicción a la heroína.
Pero lo peor llegó en enero de 1990 cuando el diario Ya publicó una falsa noticia: La actriz Amparo Muñoz se está muriendo de SIDA. Fue en una época de desinformación sobre la enfermedad y con la psicosis social sobre el contagio del VIH.
Este dato fue el que faltaba para enterrar la carrera de la actriz. De hecho, la revista Tribuna llegó a publicar en un amarillista reportaje titulado ‘El Sida de Amparo Muñoz causa terror entre los famosos', donde se hablaba de que sus últimas parejas, entre ellos un joven José Coronado, se habían hecho las pruebas del VIH para estar seguros.
Por su fuera poco, se había vuelto a casar con un hombre, Víctor Rubio, con pasado delincuencial y vinculado a un grupo de ultraderecha. En 1993 se separaron y Amparo decidió volver a su Málaga natal.
Lejos del mundo de las drogas y pasados los 40 años, Fernando León de Aranoa le dio un papel en su ópera prima Familia (1997) y una nueva generación de directores la descubrió. En los años posteriores rodó en Cuba y en Bélgica y debutó en el teatro.
En el plano amoroso mantuvo un romance con un hombre más joven que ella, Andrés y con Neil, hermano del cubano Dinio García, planeando siempre sobre estas relaciones la sombra del montaje periodístico.
Sin embargo, los años de volver al trabajo acabaron pronto, ya que le fue diagnosticado un tumor en el cerebro que le hizo pasar por el quirófano y que le provocó dificultades de movilidad. Publicó sus memorias en 2006 y decidió volverse de nuevo a su Málaga natal.
Falleció el 27 de febrero de 2011, el mismo día que se entregaban los premios Óscar. Los galardones más importantes de una industria, la del cine, que a pesar de vender una imagen de solidaridad, fue cruel con uno de los rostros más bellos de los que jamás se han asomado a las pantallas españolas.
La escandalosa caída del Duque de Feria
Rafael de Medina y Fernández de Córdova, hijo de la Duquesa de Medinaceli, una de las grandes casas nobiliarias de España, protagonizó durante los 90 la crónica de sucesos. Antes protagonizó la del corazón, cuando estuvo casado entre 1977 y 1988 con Naty Abascal, la exmodelo musa de Valentino con la que tuvo a dos hijos, Rafael y Luis.
En octubre de 1990 se le relacionó con un turbio asunto en un prostíbulo de Sevilla llamado El Payaso. Dos prostitutas lo acusaban de querer pagar sus servicios con cocaína. Sin embargo, lo peor para el aristócrata estaba por llegar. El 4 de marzo de 1993 fue detenido y tras tomársele declaración en la Jefatura Superior de Policía ingresó el Centro Penitenciario Sevilla 1.
Los hechos que le llevaron a prisión dejaron a todo el país impactado. Según la investigación policial, la tarde de ese mismo 4 de marzo, Ana María, una niña de seis años, jugaba en un parque en la hispalense plaza de Santa Teresa de Jesús junto a otras crías. Sandra Álvarez, una joven de 17 años con problemas de toxicomanía, con el pretexto de ofrecerle caramelos se llevó a la niña en brazos. Un vecino del barrio se sorprendió de la escena y dio el aviso a Flora Trabajo, madre de la niña. Flora acudió a denunciar el secuestro de su hija y en la misma comisaría se presentó el taxista que había trasladado a la pequeña y a Sandra hasta el número 2 de la Plaza López Pintado. Allí se encontraba el apartamento del Duque de Feria. Justo a espaldas del Palacio de Pilatos, el buque insignia de los Medinaceli.
La Policía encontró allí al Duque, a la niña y a otra joven, Mercedes Almeida, a la que el Duque presentó con su secretaria. La Policía encontró también fotos de la niña desnuda, papelinas de cocaína e instantáneas de otras niñas.
El escándalo fue mayúsculo y el Duque de Feria nunca se recuperó de lo que le vino encima. La aristocracia en pleno le hizo el vacío. Incluida su madre, la Duquesa de Medinaceli. Su exmujer Naty Abascal llegó a denunciarle por el daño moral que este asunto pudo causar a sus hijos a los que envió a estudiar a Estados Unidos para evitar que el escándalo pudiera salpicarles. La exmodelo aprovechó el asunto para hacer caja en la revista ¡Hola!.
En los primeros momentos del caso, apareció en escena una tal Mariló Fernández que se anunciaba como futura esposa del Duque. Lo cierto, es que era la única en visitarlo en prisión, aunque cada vis a vis era luego contado por ella en la prensa. Realizó algún desfile como modelo y visitó los platós de Cita con la vida de Nieves Herrero en Antena 3 y de Misterios sin resolver de Julián Lago en Telecinco. Sin embargo, Mariló tan pronto como llegó se fue.
El 25 de marzo de 1994 el Duque de Feria fue condenado a 18 meses de prisión por corrupción de menores y tráfico de drogas. Tras obtener el tercer grado, Rafael de Medina fue hallado muerto en su casa sevillana en agosto de 2001. Nunca se confirmó oficialmente que se tratara de un suicidio.
Sonia Martínez
En la misma época en la que los problemas judiciales de Rafael Medina llenaban los periódicos también lo hacía la caída en desgracia de Sonia Martínez, una actriz aquejada de sida que vio cómo todos sus problemas con las drogas la convirtieron una especie de paria para el mundo del cine.
Sonia nació el 23 de septiembre de 1963 y desde jovencita destacó por su belleza y su afición al deporte, especialmente la natación, llegando a ser subcampeona de Castilla en esta modalidad. Su salto a la fama se produjo cuando Televisión Española la escogió para ponerse al frente de un programa de divulgación científica enfocado al público juvenil llamado 3, 2, 1… contacto.
Este primer trabajo le sirvió para ponerse al frente Dabadabadá, un programa infantil heredero de Sabadabadá que presentaba Mayra Gómez Kemp. De ahí pasó a El Kiosko junto a Verónica Mengod. El éxito era cada vez mayor y pronto el cine y el teatro llamaron a su puerta. En la pantalla grande debutó a las órdenes de Gonzalo Suárez en Epílogo y alcanzó un rápido éxito de taquilla con Perras callejeras (1985), enmarcada en el cine kinki.
Su suerte cambió por culpa de un desnudo. Fue en 1986 en Ibiza. La joven actriz se encontraba en la isla pitusa rodando una serie para la televisión alemana. Allí fue fotografiada en topless y las imágenes se publicaron Interviú. La dirección de Televisión Española decidió despedirla porque, al parecer, su trabajo en programas divulgativos podría resentirse por la imagen citada. Una decisión que sorprendía en un país donde el desnudo ya había sido asumido desde los años del destape. Un diputado socialista, Javier Rojo, llegó a llevar el asunto al Congreso.
Desde entonces todo fue cuesta abajo para la bella Sonia. En esos años la prensa la fotografiaba con Cayetano Martínez de Irujo y pronto se habló en los papeles de sus juergas y de su posible relación con las drogas. La propia Sonia confesó sus adicciones en una revista primero y en el programa matinal de Pepe Navarro después, a cambio de dinero ya que llevaba tres años sin obtener un papel en el cine.
La prensa del corazón fue testigo de su errática evolución: se trasladó a Burgos, entraba y salía de las clínicas de desintoxicación y se internó en el centro ‘El Patricarca’. La forma que tenían aquí de enfrentarse a las adicciones generó escándalos en la prensa y fue clausurada.
En 1990 supo que era portadora del virus del sida pero su suerte empezó a cambiar en parte gracias a una boda y al nacimiento de Yaiza, su hija, que vino al mundo con anticuerpos para el sida. Su aparición en La máquina de la verdad hizo que muchos vieran una cara distinta de la joven, la que luchaba contra la enfermedad y las adicciones. Consiguió un papel en el filme Dame fuego y José María Cano, uno de los pocos famosos que estuvieron a su lado, se ofreció a ayudarle a pagar un tratamiento de desintoxicación. Sin embargo, ya era tarde. En esos años el sida mataba y no estaba controlado como enfermedad. El 4 de septiembre Sonia falleció con tan sólo 31 años.
Rodrigo de Santos, un político en la picota
En España, rara vez se han publicado escándalos con intención de mostrar las posibles incoherencias de los cargos públicos. Bien distinto ocurre en otros lugares, como Reino Unido o Estados Unidos. En los primeros 90 se puso de moda la práctica del outing, sacar del armario a aquellos cargos públicos que, siendo homosexuales, defendieran políticas perjudiciales para el colectivo.
En nuestro país vivimos un caso similar en 2008, con Rodrigo de Santos, que en esos momentos era una figura emergente en el PP balear, casado y con cinco hijos. El escándalo fue enorme cuando se supo que había gastado 50.000 euros con una tarjeta de crédito pública en un club de prostitución masculina de Palma de Mallorca. En ese momento era el político con más proyección de futuro en el PP balear encargándose del área de Urbanismo del Ayuntamiento palmesano.
Cuando fue descubierta su doble vida, Rodrigo de Santos pertenecía a la organización católica Camino Neocatecumenal, conocidos como los kikos. De Santos desde el Ayuntamiento de Palma, se negó a celebrar matrimonios homosexuales y sus opiniones sobre la aprobación del matrimonio igualitario indignaron a muchos. Al destaparse la malversación de fondos públicos en prostíbulos, Rodrigo de Santos fue expulsado del partido.
En septiembre de 2009 fue condenado a dos años de prisión y a cuatro años de inhabilitación absoluta por un delito de malversación de fondos públicos en clubes de alterne y casas de masaje. Por otra parte, en julio de 2010, el Tribunal Supremo rebajó desde los 13 años y medio a los cinco años la pena de prisión impuesta al exregidor de Urbanismo al absolverle de dos de los cuatro abusos sexuales a menores por los que fue condenado también en octubre de 2009.
Sin embargo, los escándalos no acabaron. En mayo de 2019 un juez de Madrid abrió un auto de procesamiento al expolítico del PP Javier Rodrigo de Santos que entonces trabajaba en la ONG Horizontes Abiertos con presos en semilibertad, por abusos y agresión sexual a dos de estos presos tal y como publicó eldiario.es.
El auto del 6 de mayo recogía que "prevaliéndose de su condición de coordinador del programa, y bajo la amenaza de emitir informes desfavorables que determinarían que se le retirara el aval frente al centro penitenciario, con la consiguiente pérdida de los permisos, Javier Rodrigo de Santos López obligó a Benjamín (nombre ficticio), en siete ocasiones, a mantener relaciones sexuales con él, consistentes en todos los casos en la realización de felaciones a dicho interno, obligándole a continuación a que éste le realizara penetraciones anales, usando preservativo".
En el caso del segundo preso, cuyo nombre ficticio es Richard, De Santos le realizó tocamientos, que rechazó, por lo que le amenazó con la posibilidad de "realizar informes negativos que determinaran la retirada del aval, con la consiguiente imposibilidad de disfrutar de permisos penitenciarios y visitar a su hijo menor de edad", añadía la resolución de José Escalonilla.
En diciembre de 2017 fue detenido por las presuntas agresiones sexuales en la ONG y la Fiscalía pidió su ingreso en prisión incondicional, aunque el juez rebajó la medida cautelar a la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de las dos víctimas que le denunciaron y a las casas de acogida de la ONG.
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