La crisis de la empresa 'Casa de Alba' reabre la guerra entre Cayetano y su hermano
El duque de Alba compró la compañía a su hermano Cayetano Martínez de Irujo el pasado mes de agosto por 300.000 euros.
La empresa de productos gourmet de los Alba, que bajo el nombre de la familia explota cervezas, aceites o legumbres elaborados en sus fincas ha presentado sus resultados de 2019 y arrojan unas pérdidas 387.047,88. Un contraste frente al ejercicio anterior cuando presentaba unos beneficios de 32.127,49 euros.
En 2019 los ingresos fueron de 1,06 millones de euros frente a los 1,03 millones que obtuvo un año antes. No obstante, durante 2019 ha logrado la contención de sus gastos de personar ya que la plantilla ha pasado de tener cinco trabajadores a solo tres, a cierre del ejercicio 2019.
Fue en agosto cuando Cayetano a su hermano mayor de la empresa gourmet creada por él mismo en 2013 para convertir el nombre Alba en una marca con la comercializar productos surgidos en las diferentes fincas de la saga: Desde carne, jamón de bellota, queso o galletas.
El precio fue de 300.000 euros, aunque esta cantidad era la inversión inicial que el propio Conde de Salvatierra había realizado. Carlos de Alba tenía que asumir la deuda de cerca de un millón de euros que tiene la empresa. Cayetano ha anunciado que, a partir de ahora, se centrará a administrar las fincas que le correspondieron en el reparto de la herencia familiar y a la hípica, deporte al que siempre ha estado entregado.
“No he tenido más remedio porque mi hermano no ha dado ninguna facilidad. Todo ha sucedido de forma opuesta a como yo había imaginado y mi madre también. Una marca que ofrecí a mis hermanos para que entre todos la sacáramos adelante y ninguno quería contraer ningún riesgo. Como les parecía difícil, asumí yo todos los contingentes que pudieran llegar”, explicaba el Conde de Salvatierra en Vanity Fair acerca de su decisión sobre la venta.
Al periodista José de Santiago le daba más explicaciones en La Razón: “El traspaso ha sido justo para ambas partes. Había una serie de cosas, créditos y demás, que Carlos se ha subrogado y, en lo que se refiere a la deuda, va a menos, porque la marca va ganando beneficios, hubo un parón por el coronavirus, pero todo se va reactivando. Yo he dejado la marca estabilizada, ganando poco, pero ganando, para que vaya pagándose la inversión. Y los 300.000 euros que me irá devolviendo mi hermano es la inversión inicial que puse de mi bolsillo. Con esto te digo que solamente he “ganado” cinco años de mi vida dedicados en cuerpo y alma a la empresa, en los que me he dejado la piel, para nada”.
La guerra de los Alba
A la muerte de Cayetana de Alba en noviembre de 2014 le siguió una ruptura familiar que se había gestado en vida de la carismática Duquesa, pero cristalizó una vez ésta falleció, el enfrentamiento entre el nuevo Duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, y su hermano Cayetano, quinto hijo de la Duquesa de Alba.
Fue en 2019 cuando Cayetano decidió poner negro sobre blanco las tensiones familiares en su libro biográfico De Cayetana a Cayetano. En él, el Conde de Salvatierra, hablaba de dos grupos diferenciados entre los descendientes de Cayetana. Él se siente más cercano a Fernando e Eugenia y considera que los hermanos mayores, Carlos, Alfonso y Jacobo, formaban otro grupo aparte.
En el libro Cayetano hacía un viaje por toda su vida a modo de catarsis. Su relación con su madre, sus historias de amor… Sobre su paso por las drogas aseguraba que “la cocaína me perturbó por completo y solo quería seducir a las mujeres”. Sin embargo, en clave familiar el punto más interesante del libro era en que aseguraba que un mes después de la muerta de su madre, su hermano Carlos, ya convertido en nuevo Duque de Alba lo expulsó de la Fundación Casa de Alba, a través de la que se gestiona el patrimonio familiar.
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