El crimen del ‘Rey de la Cerveza’, uno de los sucesos que conmocionó a Mallorca
La noche del 11 de noviembre de 1997 fue asesinado junto a su hijo de ocho años y una empleada de la casa.
La noche mallorquina es famosa en toda España. Ya sea por sus múltiples locales de fiestas o por las presuntas tramas de corrupción a la que se asocia la isla. Una de las más conocidas es la del caso Cursach, que actualmente se encuentra en pleno macrojuicio para dirimir los presuntos delitos efectuados por Bartolomé Cursach y el resto de implicados en la trama. Pero la noche mallorquina también alberga misterios, siendo uno de los más conocidos el crimen del ‘Rey de la Cerveza’ en 1997.
Manfred Meisel era el nombre del empresario alemán de 49 años que, durante los años 90, era propietario de una emblemática cervecería que gozaba de gran afluencia: el Bierkonig. Abierto las 24 horas, los alemanes eran los principales clientes de un negocio que hacía que Meisel se ganase el apodo de ‘Rey de la Cerveza’.
El alemán siguió amasando su fortuna hasta que, el 12 de noviembre de 1997, fue encontrado muerto junto a su hijo de ocho años y a una empleada. Su nombre entonces empezó a estar asociado al misterio.
La misteriosa muerte del ‘Rey de la Cerveza’, Manfred Meisel
El cuerpo de las tres víctimas fue hallado un día después, pero los sucesos que llevaron al trágico desenlace se iniciaron la noche del 11 de noviembre. Además de su conocida cervecería, Meisel tenía una finca —situada al lado de su casa, con la que estaba conectada— en la que criaba aves exóticas. Fue allí donde se encontraron los cuerpos de la empleada y del empresario alemán. El tercero de ellos estaba en su habitación dentro del chalé.
A pesar de haber muerto en diferentes localizaciones, la muerte de todos ellos fue idéntica: dos disparos en la cabeza provenientes de la misma pistola. La importancia de uno de los fallecidos, así como la brutalidad del crimen, llevaron a las autoridades a iniciar una ardua investigación.
Una de las primeras teorías que se barajaron, debido a su naturaleza de empresario, era que el móvil del asesinato fuese el dinero. Pero rápidamente fue descartada, ya que los asesinos no habían entrado para robar. Así lo demostraba el dinero que permanecía en el pantalón del alemán, en la mesilla de la habitación de su hijo y en la caja fuerte del chalé.
Debido a esto, las autoridades investigaron el pasado del ‘Rey de la Cerveza’ que pudiera explicar otro motivo para su muerte. Tras más de 300 personas interrogadas, concluyeron que el empresario no tenía enemigos. La escasa seguridad de la que disponía demostraba que tampoco era necesaria una muerte para poder robarle.
Caso cerrado sin culpables
El análisis forense del crimen intentó encontrar cómo se ejecutó el asesinato para poder establecer un posible móvil. En él, se llegó a la conclusión de que fueron dos los asesinos que entraron aquella noche a la casa, concretamente, lo hicieron por el edificio en el que se encontraban las crías de pájaros. Sin embargo, parecía que no tenían intención de matar, ya que la empleada fue amordazada.
Este fue el único cuerpo que fue encontrado con signos de violencia antes de su muerte, por lo que los forenses establecieron que, probablemente, la primera persona que murió fue el niño de ocho años. La causa podría haber sido que se sobresaltara al ver a los intrusos y uno de ellos le matara.
Después de haber matado al niño, el informe establecía que los asesinos se habrían llevado un almohadón de la habitación —que tenía sangre del menor—, que fue utilizado como silenciador para acabar con la vida de las otras dos personas. “Quizás lo que iba a ser un robo terminó en un asesinato, y los asaltantes improvisaron: decidieron no dejar testigos y abandonar el lugar”, explicaban.
Sin embargo, con el robo descartado en un principio, se llegó a barajar la posibilidad de que fuera Diana Ritter, la segunda esposa de Meisel, una de las implicadas. La mujer, ligada al mundo de la noche, estaba embarazada la noche en la que el empresario alemán murió, pero era conocido que tenía por amante a Sven Holder, uno de los hombres de confianza de Meisel en su conocido negocio.
Aunque se llegó a investigar la posibilidad de que hubieran ordenado el asesinato, no hubo pruebas al respecto. Diez años después del crimen se llegó a tomar declaración a Holder, ya que habría confesado mientras estaba borracho, supuestamente, la autoría del crimen.
La falta de pruebas hizo que Holder no fuese inculpado, y aunque el caso se ha dado por cerrado, todavía hay personas que se niegan a hacerlo debido a los posibles cabos sueltos que podrían hacer que se encontrara a los presuntos culpables.
Lo que fue del negocio del ‘Rey de la Cerveza’
El crimen del ‘Rey de la Cerveza’ sigue siendo una de las grandes incógnitas de la noche de Mallorca. El empresario alemán disponía de uno de los locales de moda de la época, que acabó en manos de otro de los reyes de la noche de la isla: Miguel Pascual Bibiloni.
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El empresario, propietario de diversos negocios en la isla, entre los que se encuentran el grupo Pabisa Hoteles -que ahora lleva su hijo Onofre Pascual Vera, también con problemas— intentó, según ha podido saber elcierredigital.com a través de fuentes del entorno, adquirir la cervecería Bierkonig varias veces. “Las ofertas para comprar el negocio fueron insistentes, Meisel se negaba a vender, pero Pascual no se rendía”, explican.
Tras la muerte del alemán, “fue Juan Gea el encargado de hacerse con el negocio”. Gea, que “regentó el negocio durante un año aproximadamente”, era conocido “por proveer de cerveza a Miguel Pascual”, comentan las mismas fuentes. Finalmente, Gea acabó “vendiendo el negocio a Miguel Pascual”.
Miguel Pascual Bibiloni investigado
Sus negocios también han llevaron a que el patriarca de la familia Pascual a ser investigado judicialmente. Precisamente, una de las tramas por las que fue investigado fue la relativa a el caso Cursach. Según recogían algunos medios como Ok Diario, Pascual era la “competencia eterna de Bartolomé Cursach”, pero “nunca se vieron ni se trataron como enemigos. Se aliaron”.
Debido a esta relación —que establecía que Pascual estaba presuntamente implicado en la trama corrupta de la noche de Mallorca— el empresario fue investigado. Además, también pesaba sobre él una acusación de delitos de abusos sexuales y de prostitución por la que se le reclamaba hasta 28 años de cárcel, pero por la que finalmente fue absuelto, ya que dos de las testigos se negaron a declarar.
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