El coronavirus diezma a guardias civiles, presos y funcionarios en las cárceles
El coronavirus ronda las cárceles madrileñas, en concreto las de Navalcarnero, Valdemoro y Soto del Real.
El coronavirus ronda las siete prisiones madrileñas, hasta el punto que hace una semana y media Institucioes Penitenciarias tuvo que suspender los permisos y salidas programadas de todas las prisiones de Madrid por la Covid-19.
La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, decidió tomar esta medida el pasado 28 de septiembre y no la revisará hasta el 19 de octubre. Según Prisiones la decisión se tomó después de poner en común los datos de todos los centros penitenciarios y el avance de la pandemia en las prisiones, tanto dentro como fuera de los muros. La medida no afecta por igual a las comunicaciones ordinarias, por locutorio, y se refuerza el sistema de videollamadas para paliar las restricciones. Sin embargo, los vis a vis o comunicaciones íntimas o de convivencia familiar también resultaron suspendidas.
La vigencia de estas restricciones se revisa cada tres semanas para su prórroga o cancelación, según Instituciones Penitenciarias, que añade que la suspensión de las comunicaciones se enmarca en la orden ministerial INT/407/2020 de 12 de mayo, en la que se establecía la posibilidad de revertir la vuelta a la normalidad "si la situación epidemiológica así lo aconseja". También se remitieron a lo dispuesto en el artículo 51.1 de la Ley Orgánica General Penitenciaria sobre restricciones a las comunicaciones.
Parece evidente pues que el coronavirus ha llegado a las cárceles de Madrid. Las prisiones de Navalcarnero, Valdemoro y Soto del Real parecen ser las peor paradas, aunque sin duda Soto es la peor teniendo que cerrar por completo el pasado fin de semana.
En Navalcarnero 17 trabajadores han resultado contagiados por COVID-19. Además otra veintena de funcionarios de esta prisión han tenido que ser puestos en cuarentena por haber mantenido contacto con los afectados por el coronavirus.
Muchos de ellos se contagiaron supuestamente en la cafetería de la prisión tras una comida, ya que dos camareras dieron positivo y la cafetería cerró el 28 de septiembre. Otros tres funcionarios del centro de inserción social próximo a esta prisión han acabado también enfermos por la COVID-19.
Pero no solo la enfermedad ha llegado a funcionarios sino que otros diez guardias civiles que prestan servicio en la cárcel también han dado PCR´s positivas. Los agentes comparten cafetería con los funcionarios, ya que presta servicio a todos los que trabajan en esta prisión. El miedo ahora es que no todos los agentes de la Benemérita se hayan realizado las pruebas pertinentes y el virus pueda entrar dentro de la prisión, ya que la Guardia Civil es la encargada de realizar las conducciones de presos a los juzgados o los traslados a otros centros penitenciarios y el contacto con los reos es bastante directo y contínuo.
En Valdemoro, otra de las cárceles madrileñas que tuvieron problemas hace unos días, prestan servicio cuarenta guardias civiles y cuatro de ellos resultaron afectados por el COVID, pero ahora mismo no tienen ningún caso activo. Los funcionarios de esta prisión creen que han logrado dejar el virus fuera de los pabellones y las celdas sobre todo después de que se prohibiesen los vis a vis íntimos.
La cárcel de Soto del Real no puede presumir de lo mismo, hace solo cinco días Instituciones Penitenciarias decidió aislar este centro por el elevado número de casos positivos de coronavirus que se dieron justo antes del fin de semana. El motivo del cierre es que se superaron los 32 contagios entre los reclusos.
Todo el personal extrapenitenciario como voluntarios, familares o amigos de los presos que hacen visitas a locutorios no pueden acceder al recinto. La dirección solo permite el acceso a personal laboral y funcionarios de prisiones. En Soto como en muchas otras prisiones madrileñas los vis a vis y las salidas de reclusos también habían quedado en suspenso.
La cárcel de Soto del Real es la segunda prisión que cierra por completo en España, después de la Las Palmas II, en Gran Canaria. La mayoría de los casos detectados en Soto del Real son asintomáticos. Para que los presos sigan teniendo comunicaciones con sus familiares, Instituciones Penitenciarias ha incrementado el número de llamadas telefónicas que se pueden hacer desde dentro de la prisión cada día, así como videollamadas.
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