Bernardo Navazo López: Europa aceptará el dolor de las sanciones.
Bernardo Navazo López analiza para El Cierre Digital el rol de la UE y España en el conflicto Rusia-Ucrania.
Bernardo Navazo López es politólogo e ingeniero aeronáutico con un doctorado en Ética y Relaciones Internacionales. Ha ejercido como consultor en diferentes organismos e instituciones y también trabajó en el Gabinete de Presidencia del Gobierno de España. Elcierredigital.com se ha puesto en contacto con él para analizar los sucesos más recientes del enfrentamiento entre Rusia y Ucrania, así como los papeles de España, la Unión Europea y la OTAN en el conflicto.
- Se está empezando a comparar la situación actual con la Segunda Guerra Mundial. ¿Ve alguna relación entre la situación actual y las acciones de la URSS durante la Segunda Guerra Mundial?
- Resulta difícil compararlo con la Segunda Guerra Mundial. Es quizá más fácil entender que, tras la desaparición de la Unión Soviética, el hegemón (la única gran potencia que queda) es Estados Unidos. Estados Unidos ofrece un paraguas de seguridad a todo el mundo, entre ellos a la Unión Europea. Y Rusia se retrae, deja diferentes espacios, como puede ser Europa del este o las Repúblicas Bálticas. Y durante varios años la Unión Europea y la OTAN hemos ido avanzando posiciones, hasta el punto de que hemos llegado a zonas que históricamente están muy vinculadas con intereses de seguridad de Rusia, como puede ser Ucrania. Y Rusia, históricamente, ha percibido que Ucrania es un espacio de seguridad ruso en el que no puede haber elementos externos. Que es una zona que está bajo su influencia.
Hasta hace muy poco, Rusia estaba incómoda y mostraba su malestar pero no se atrevía por la gran presencia que tenía Estados Unidos. La guinda de este movimiento es la retirada de Afganistán, en el que Estados Unidos se da cuenta de que ya no puede proveer ese paraguas de seguridad, o en este caso realizar una misión tan lejos, tan cara y que no tiene tantos intereses para ella. Y que aparte, el equipo de Seguridad Nacional de Biden dijo cuando entró que las prioridades son China, cambio climático y comercio. No aparece Ucrania, no aparece Europa en las prioridades de Estados Unidos.
Así que, si volvemos a lo que nos importa, que en este caso es Ucrania, lo que te das cuenta es de que Estados Unidos se ha ido. Y esto hace que Rusia, que lleva ya mucho tiempo reivindicando que sus espacios son suyos, ahora aproveche. Con lo cual, no veo una comparación con la Segunda Guerra Mundial, porque de hecho la Segunda Guerra Mundial es una pelea entre grandes potencias. Es lo que se conoce como una guerra sistémica. En este caso, si buscas la causa de la guerra, es la retirada de Estados Unidos y el intento de Moscú de recuperar espacios que consideraba de su esfera de influencia.
- El presidente de Ucrania ha pedido entrar en la Unión Europea, aunque lo rechazó en 2013 por presiones de Rusia. ¿Cree que la Unión Europea aceptará a Ucrania?
- Josep Borrell de entrada ha dicho: “Por supuesto que no”. Y ha puesto la típica excusa de: “Es que son muchos años, es mucho proceso de convergencia regulatoria”. Pero esto es una familia que tú llevas construyendo durante los últimos 60 años y por la que todo el mundo de repente está apostando tras la Covid, la compra de vacunas mancomunada, los fondos europeos mancomunados y ahora una respuesta bastante dura. La Unión Europea es un club en el que todo el mundo adquiere derechos y obligaciones. Cuando entra un nuevo socio, tiene derechos, como el Mercado Único Europeo, y obligaciones. Las obligaciones son también para el resto de estados. Entonces la Unión Europea así, de la noche a la mañana, no puede asumir todas las obligaciones que supone la entrada de Ucrania.
- ¿Cree que un posible pacto entre Ucrania y Rusia podría incluir la cesión de parte de Ucrania, si no la totalidad, a Rusia?
- Bueno, aquí hay diferentes conversaciones. Ahora mismo, si no me equivoco, en la frontera con Bielorrusia está teniendo lugar una especie de conversación. Y hay oficiales rusos y oficiales ucranios. Habrá que ver, porque esas negociaciones son súper complejas porque, por otro lado, por detrás, tienes a tus ciudadanos que están luchando, falleciendo, asesinando… Entonces, ¿qué querrá Rusia? ¿Cuáles son las negociaciones que estará haciendo Rusia? Puede ser que quiera lo que se conoce en relaciones internacionales como neutralizar a Ucrania. Puede decir que se anexiona a tres o cuatro provincias, como ocurrió con los sudetes en Chequia. Puede decir que se mantiene Ucrania, pero entonces el presidente tiene que dimitir y se instala una especie de gobierno marioneta dependiendo del Kremlin. Puede partirse por la mitad y quedarse la zona oriental del Niéper. Puede quedarse con las dos provincias del este y toda la franja del sur, que es la franja marítima.
Habría muchas variantes que son las cosas que Putin puede pedir, o por las que aceptaría. Y luego tienes que ver la fuerza que tienen los otros. Y nadie sabe exactamente quién está ganando y quién está perdiendo.
- Se han impuesto sanciones, pero la guerra sigue. ¿Hay algún modo de parar esta situación?
- Las sanciones son muy interesantes porque nos cuentan que como Unión Europea estamos dispuestos a apretar los dientes, luchar y aceptar que nos va a doler. Las sanciones, sobre todo en el caso de Alemania y otras ciudades, sabemos que nos van a doler porque económicamente sacábamos beneficio de esta relación. Eso es en el medio-largo plazo. En el corto plazo el comportamiento es militar, y en el corto plazo Ucrania está sola. No hay ninguna tropa de la OTAN, no hay ninguna tropa de la Unión Europea en el territorio… Están solos. Ayer prometimos 450 millones de euros en ayuda militar. Los consignamos presupuestariamente, pero todavía no se ha comprado nada. Una vez que se compre hay que llevarlo a Polonia, que va a ser una especie de centro logístico, y de ahí se mandará en carretera a Ucrania. Hasta que Ucrania reciba el material militar que nosotros hemos dado pueden pasar dos o tres semanas. Así que durante estas dos o tres semanas, Ucrania está sola.
- China ya se ha mostrado a favor de Rusia, ¿cree que podría llegar a ayudarles?
- No. Con China tenemos esta cosa de que pensamos que están muy pegados a Rusia pero en realidad tienen sus propios intereses. En algunas ocasiones les interesa, porque en su confrontación con Estados Unidos, Rusia es un aliado; y en otras ocasiones tienen muchos conflictos con Rusia. Por ejemplo, en la zona de Siberia, que está despoblada, hay mucho empresario chino que tiene parcelas agrícolas ahí compradas para alimentar a China. Hay muchos elementos de amenazas y riesgos que confrontan a Rusia y a China, aunque ahora mismo hay cierto acercamiento. Pero al mismo tiempo, a China le interesa mucho la relación económica y comercial que tiene con la Unión Europea. Entonces, ¿qué es lo que está haciendo? Pues empezó muy fuerte con un apoyo más declarado a Rusia y ahora mantiene una postura ciertamente ambivalente.
- ¿Cuáles cree que pueden ser las consecuencias a nivel global?
- Con bastante posibilidad, Ucrania no va a existir como existe hasta ahora. Habrá algún cambio constitucional, un desmembramiento, una separación, va a cambiar su forma de Estado. Luego es de celebrar —y sobre todo para los europeos— que vamos de camino a una Comisión Geopolítica, o una Comisión Europea Imperial, o una Fortaleza Europa. Es decir, construir un verdadero imperio de poder. Vamos a tener sanciones económicas a nuestra disposición y gasto militar en seguridad y defensa. Vamos a cerrar nuestras fronteras también mucho. Vamos a conseguir seguridad e independencia energética. Y vamos a tratar de que en los próximos cinco años hagamos la transición a renovables y no compremos más gas ruso.
Ayer Borrell dijo: “estamos viviendo un momento histórico, son tiempos sin precedentes. La forma en la que estamos actuando los europeos está sorprendiendo a mucha gente, incluidos a los rusos. Así es como nace un Estado”.
- ¿Qué papel tendrá España en el conflicto?
Nuestra supervivencia como país solo existe dentro del marco de la Unión Europea. Dependemos del Mercado Único Europeo —que es el sitio donde exportamos y donde comerciamos— y de nuestra moneda. Así que nosotros estamos muy atados y para bien, quiero decir, con lo que haga Alemania y lo que haga Francia. Quien marca el tono de la conversación son Francia y Alemania. Nosotros vamos a rebufo. Es decir, el papel que estamos tomando ahora es pedir lo que pida Alemania, pero en nuestra medida. Si Alemania va a aumentar el 50% en su gasto de defensa, pues yo me imagino que esta noche (la noche del 28 de febrero) el presidente hará una declaración de ese estilo. ¿Qué sanciones? Las sanciones que digan Alemania o Francia. Con lo cual, estamos ahí muy anclados.
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