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Vista aérea nocturna de una prisión iluminada con varias torres de vigilancia y edificios dentro de un perímetro cercado.
INVESTIGACIÓN

Así es la nueva megacárcel más 'hermética' del mundo

La prisión de El Salvador con la que el presidente Bukele combate a las temidas 'maras'

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, inauguró este martes 31 de enero –sin permitir el acceso a la prensa– el Centro de Confinamiento del Terrorismo. Este penal, que tiene una capacidad para 40.000 reclusos, comenzó a construirse mientras estaba vigente el régimen de excepción que impera desde marzo en el país. La medida es una más de las que el presidente ha puesto en marcha tras iniciar hace diez meses una ‘guerra’ contra las pandillas o 'maras' del país. El gobierno de El Salvador presentó la cárcel a través de sus redes sociales. 

La megacárcel ha sido construida en una zona rural aislada, en un valle cercano a Tecoluca, a 74 kilómetros al sureste de San Salvador, y ha sido inspeccionada por el propio presidente Bukele. El ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, ha afirmado en una cadena nacional de radio y televisión que la finca, de 166 hectáreas, tiene una decena de pabellones que ocupan 23 hectáreas, asegurando que se trata de la prisión más grande en todo el continente.

Llamada por el gobierno “Centro de Confinamiento del Terrorismo”, posee sistemas de vigilancia con circuitos de vídeo y escáner para la revisión de quienes ingresan a las instalaciones. El viceministro de Justicia y Seguridad Pública, Osiris Luna, ha asegurado que “toda persona perteneciente a una estructura terrorista es la que va a ingresar a este centro de confinamiento”. 

También se han contemplado sesiones preventivas de inteligencia y contrainteligencia para que no salga de la cárcel ninguna orden o comunicación al exterior. La cárcel es tan hermética que los presos no saldrán ni siquiera a las audiencias judiciales, sino que se conectarán a éstas desde allí.

En cuanto a las celdas, éstas son de acero reforzado y cerrojos certificados internacionalmente. Cada celda cuenta con dos lavabos y dos inodoros por lo que los reclusos condenados solo podrán salir de su cubículo para trabajar dentro de la penitenciaría, asistir a sus audiencias con la justicia en una sala virtual o ir a la zona de aislamiento como castigo.

Vista del Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) al atardecer, con montañas y humo en el horizonte.
Entrada a la megacárcel de El Salvador. Twitter | El Cierre Digital

Esta megacárcel cuenta con un muro perimetral de 2,1 kilómetros, que será vigilado día y noche por 600 soldados y 250 policías. En el interior la seguridad estará a cargo de guardias de la Dirección General de Centros Penales. Para atender cualquier posible disturbio, los soldados, policías y guardias contarán con todo tipo de armería, para cualquier tipo de intervención que deban llevar a cabo, destacando los equipos de seguridad para los guardias.

Asimismo, se garantiza que el suministro de energía eléctrica y agua potable será totalmente independiente de la población, pese a que está retirado de la misma. El centro cuenta con fábricas para albergar 64 talleres de pintura, pupitres, textilería, entre otros, en las que los presos trabajarán a diario.

Motivo de su construcción

Esta cárcel ha sido calificada como sobresaliente en seguridad, a diferencia de otras del continente que son consideradas de las más peligrosas del mundo, donde los reclusos son denigrados, torturados y asesinados si no mueren por condiciones insalubres, de hacinamiento o desnutrición. 

Actualmente, la peor prisión del mundo es la del Delfín Negro, Rusia, seguida de la cárcel de Gitamara en Ruanda y la de Antanimora en Madagascar. En algunas de ellas los reclusos recurren al canibalismo. Por otro lado es muy conocida la prisión de Guantánamo, en Cuba, en la que destacan sus técnicas de interrogatorio, que incluyen el ahogamiento simulado y la privación de los sentidos.

Este nuevo macropenal de El Salvador, con capacidad para 40.000 reclusos, fue una promesa de Bukele pocos días después que el Congreso decretara el régimen de excepción para perseguir a las pandillas o las temidas 'maras', a las que se les atribuyeron 62 homicidios durante la jornada de violencia del 26 de marzo. El día que ordenó la construcción de la cárcel exclusiva para estos grupos criminales, Bukele advirtió a las pandillas que, si aumentaban los homicidios, les quitaría la comida a sus compañeros detenidos. 

El mandatario salvadoreño no ha precisado cuándo serán trasladados a la megacárcel los primeros de los casi 63.000 presuntos pandilleros detenidos en el marco de la guerra contra las pandillas declarada bajo su gestión. De hecho, los masivos arrestos, criticados por organizaciones de derechos humanos, se amparan en un régimen de excepción que permite detenciones sin orden judicial.

La veintena de cárceles del país tiene actualmente capacidad para 30.000 presos. Bukele había dicho inicialmente que la megacárcel estaría terminada en septiembre. Sin embargo, las autoridades no han explicado las causas de este retraso.

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