Arnaldo Otegi busca eternizarse al frente de EH Bildu con el objetivo de tocar moqueta
Euskal Herria Bildu celebrará primarias en junio del próximo año y el favorito para mantener el puesto de coordinador.
El bloqueo judicial de las primarias de Eusko Alkartasuna, donde los contrarios de la histórica dentro de la coalición Euskal Herria Bildu han denunciado supuestas irregularidades en las últimas primarias, es el único nubarrón visible que se cierne sobre Arnaldo Otegi.
El histórico líder abertzale renovará en junio con facilidad su tarea como coordinador general de la segunda fuerza en Euskadi tras haber logrado varios de los objetivos con los que salió de la cárcel en marzo de 2016 por un fallo de la justicia española que fue imparcial, según una sentencia de Estrasburgo en 2018.
Los éxitos de Otegi
Otegi contribuyó al final de la violencia de ETA, tal y como reconocieron miembros del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El de Elgoibar ha certificado que la izquierda abertzale se mueva por vías pacíficas a pesar de las dudas que existen en ATA (escisión de la banda terrorista).
Y además ha conseguido disparar los votos e influencia de Euskal Herria Bildu, convertida en alternativa de Gobierno en Euskadi tras haberse convertido en látigo del PNV con la ayuda de sindicatos como ELA y LAB.
EH Bildu también ha batido récords de voto en Navarra y está consiguiendo un gran nivel de influencia en Madrid gracias a sus cinco diputados. Estos podrían abstenerse en los próximos Presupuestos Generales del Estado mientras parte la izquierda abertzale cierra su mayor herida al advertir con alegría el regreso de los presos de ETA hacia cárceles vascas.
Guerra con el PNV
Otegi pretende continuar cuatro años más como coordinador general de EH Bildu y tendrá dos objetivos políticos claros: que Sortu o Eusko Alkartasuna echen la persiana para integrarse en una coalición que va a consolidarse como partido político y conseguir que la izquierda abertzale pueda estrenarse en el Gobierno Vasco en 2024.
Este segundo hecho inquieta al PNV, ya que su presidente Andoni Ortuzar ha sufrido al ver que el lehendakari Iñigo Urkullu no tenía más remedio que 'entregar' una vicepresidencia del Ejecutivo a los socialistas a cambio de que el PSE ni siquiera contemplarse conformar un tripartito de izquierdas con EH Bildu y Podemos que hubiera provocado ampollas en las filas jeltzales.
Competencias e inversiones
Es evidente que Arnaldo Otegi, siguiendo la estela 'posibilista' de ERC', ha girado hacia una socialdemocracia pactista con la intención de que EH Bildu conquiste el poder en Euskadi y se convierta en la alternativa de Gobierno a UPN en Navarra (donde Geroa Bai les dificulta el paso).
El histórico líder abertzale ha conseguido influir en Madrid para enfado del PNV, que lleva décadas recibiendo ataques desde el entorno del abertzalismo por conseguir competencias e inversiones para Euskadi y Navarra. Ahora, sin embargo, Otegi está jugando la carta pragmática y Ortuzar está que trina.
Y es que el PNV, que durante años fue calificado en la política española y vasca como 'el más listo de la clase', ahora sabe que su influencia ha menguado en Madrid, que su eterno poder en Vitoria está más que puesto en duda, que sus alianzas en Barcelona se rompieron en el procés y que en Pamplona su lucha contra Uxue Barkos les puede dejar incluso fuera del Parlamento foral.
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