Ángel Suárez Flores 'Casper' sale de la cárcel madrileña de Soto del Real
La vida de Ángel Suárez Flores, alias Casper, se apaga. Tiene 61 años, está muy enfermo y cumple condena.
Uno de los presos más famosos de la población reclusa española, Ángel Suárez Flores, alias Casper, dejará la cárcel después de nueve años en aplicación del artículo 104.4 del RD 190/1996, de 9 de febrero, del Reglamento Penitenciario, que concede el tercer grado por motivos sanitarios y recoge: "Los penados enfermos muy graves con padecimientos incurables, según informe médico, con independencia de las variables intervinientes en el proceso de clasificación, podrán ser clasificados en tercer grado por razones humanitarias y de dignidad personal, atendiendo a la dificultad para delinquir y a su escasa peligrosidad". El subidirector de la prisión de Soto del Real propuso el tercer grado a la Junta de Tratamiento, que votó favorablemente por mayoría absoluta esta propuesta que solo puede ser vetada por Instituciones Penitenciarias.
Los cierto es que la enfermedad de Casper no tiene una cura fácil y si los responsables del Ministerio del Interior se opusieran a este tercer grado se recurriría esta decisión ante el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria que lleva su caso para que Suárez pudiera incluso ser hospitalizado si lo necesitase. Todavía no se conocen las condiciones de este tercer grado so, si Suárez tendrá que ir a firmar cada cierto plazo de días al Juzgado o se le hará un seguimiento vía telemática. Desde que se le detectó la enfermedad ha recibido cuatro sesiones de quimioterapia pero solo un trasplante puede salvarlo.
Ángel Suárez Flores, Casper, cumple 89 años de condena en Soto del Real desde 2011 por varios delitos de torturas, amenazas, lesiones, tráfico de drogas, detención ilegal y tenencia ilícita de armas, por, entre otros hechos, apoderarse de cargamentos de droga de otros narcotraficantes mediante métodos violentos y, en ocasiones, usando disfraces de guardias civiles. La sentencia condenó a otras 15 personas a penas de entre 1 y 43 años de prisión. Suárez recibió la calificación de preso FIES, penados a los que se incluye en el Fichero de Especial Seguimiento (FIES) por su supuesta peligrosidad.
Durante la primera ola de la crisis sanitaria del Covid 19 Instituciones Penitenciarias desalojó el módulo 9 de la prisión de Madrid V (Soto del Real) y repartió a todos sus huéspedes por toda la prisión, excepto por el módulo 5, donde están los presos más conflictivos y problemáticos para Instituciones Penitenciarias. Por ejemplo, aquí junto a Casper, número dos del Economato en el módulo 5, está César Román, "El Rey del Cachopo".
Casper es un viejo conocido de la Policía española y durante 20 años y recibió el apodo del famoso fantasma por su facilidad para evitar su detención. Cada vez que la Policía hacía una operación para atraparlo se esfumaba. Durante gran parte de esas dos décadas Casper capitaneó el llamado "dream team" del crimen madrileño y nacional.
Casper comenzó dando grandes golpes como butronero, luego pasó al robo de obras de arte y acabó dando vuelcos de droga. En mayo de 2011, tras 30 años de actividad delictiva, Ángel Suárez Flores fue detenido en su domicilio. La Policía daba así caza al delincuente más preparado y escurridizo de nuestro país. Actualmente, cumple una condena de 89 años de prisión por varios delitos.
Ángel Suárez Flores tenía a sus órdenes una amplia banda, cuyos miembros se dedicaban a misiones diversas. Según los investigadores la banda estaba estructura en tres apartados: Secuestros y extorsiones, tráfico de drogas y butrones y otros delitos. que, a su vez, se dividían en secciones varias.
Casper nació hace 61 años en el pueblecito burgalés de Buniel, en concreto el 9 de marzo de 1959. Con su familia emigró siendo niño a Bélgica. Allí empezaron sus andanzas, que le obligaron a abandonar el país en 1991 para evitar cumplir una condena de diez años de cárcel por tráfico de drogas. Parte de su familia se quedó en Bruselas.
Fichado en 1986
En España ya era conocido por la Policía, ya que fue fichado por vez primera en abril de 1986, en Málaga, aunque todavía residía en Bélgica. Lo acusaron de tráfico de drogas, pero quedó libre. En marzo de 1995 fue capturado en Madrid, acusado de contrabando y en julio de 1997 fue acusado de nuevo de tráfico de drogas.
A partir de entonces se especializó en delitos que él define de "cuello blanco", delitos que en caso de ser atrapados las penas fuesen pequeñas pero de tener éxito los beneficios grandes. Se hizo butronero. No reparaba en gastos durante la preparación llegando a gastar 12.000 euros en una sola herramienta y contratando a los especialistas más caros. Su banda fue la primera en usar en España perforadoras con brocas diamantadas para abrir las cámaras acorazadas y sofisticados sistemas electrónicos para inhibir las alarmas de los bancos.
Pero sus tropiezos con la Justicia comenzaron realmente en junio de 1999, en Madrid, al ser detenido como jefe de la banda que había tiroteado al abogado José Emilio Rodríguez Menéndez por encargo de su esposa Laura Fernández.
Cuando era detenido Suárez siempre mostró la misma cara ante los policías que le interrogaban. Especialmente educado, jamás se desmoronó ni confesó ninguno de los delitos que se le imputaban, aunque sí reconoció ser encubridor en el intento de asesinato de Rodríguez Menéndez.
Suárez Flores montó varias empresas donde invertir y blanquear, la primera fue una empresa de instalación de alarmas en vehículos, Seguridad y Sonido Automóvil. Luego fue socio de Sues Impor Expor, dedicado supuestamente al comercio de artículos de madera y administrador de Berlin Cars Import, que se encargaba de la compra y venta de vehículos de lujo y de L´Espace Viva, ubicada en el madrileño Paseo de la Castellana. Los investigadores probaron también que la banda de Suárez llegó a blanquear más de 500 millones de pesetas a través de una administración de lotería de la localidad valenciana de Manises.
Como butronero fue investigado por el robo en el Banco Popular de Yecla (Murcia) donde se llevaron en la nochebuena de 1998 un botín de unos cuatro millones y medio de euros. Pero no se pudo demostrar que el trabajo era suyo ni tampoco el butrón en otra entidad bancaria de Murcia capital.
Robo de la colección Koplowitz
Posiblemente su acción criminal con mayor repercusión mediática y que curiosamente menos pena le acarreó fue robar en el verano de 2001 varias importantes obras de arte en la casa de la multimillonaria Esther Koplowitz. La Policía le tendió una trampa haciéndose pasar por un comprador de cuadros sin escrúpulos y Casper y su socio Juan Manuel Candela, alias Napo, Sapo y Candela, cayeron en la trampa. La banda de Casper se había llevado 17 cuadros y dos esculturas sin forzar ni una cerradura.
Como los ladrones no podían vender los cuadros fácilmente la policía se inventó a mister Mike, en colaboración con el FBI, y puso una trampa. El viernes 21 de junio de 2002 culminó la operación Cuba con la detención de los cerebros de la trama y la recuperación de diez de los cuadros robados.
El 21 de junio de aquel año Casper y Candela picaron el anzuelo de la Policía y acudieron a una cita con un supuesto comprador americano y un experto en arte en el hotel Meliá Castilla de Madrid, después de un mes de arduas negociaciones. Toda la zona estaba tomada por policías disfrazados de barrenderos, vendedores de ONCE y taxistas.
Candela acudió a la cita con “Las tentaciones de San Antonio”, de Brueghel, debajo de brazo y envuelto en unas bolsas negras de basura, por el que los falsos compradores iban a pagar un millón de dólares. En total, iban a pagar doce millones por diez cuadros. Los otros siete iban a venderlos a un mafioso de Europa del Este.
En aquella ocasión, todos los detenidos aceptaron una condena pactada de un año de cárcel, tras llegar a un acuerdo con el fiscal, por el robo de los cuadros, aunque para la organización de Casper aquel fue el comienzo de su final, después de veinte años de eludir a la policía, que perseguía la banda por numerosos delitos y acabó recuperando todas las obras de arte.
Vuelcos de droga
Pero en 2012 el juez Eloy Velasco lo procesó por medio centenar de delitos, junto con otros 27 miembros de su organización. Entre todos se les acusó de más de 450 delitos como por ejemplo tráfico de drogas, secuestro, lesiones, robo con violencia, mutilación o amputación de miembros, extorsión, tenencia ilícita de armas, allanamiento de morada, asociación ilícita, blanqueo de capitales o contra la salud pública.
Cásper fue condenado a 89 años de cárcel. La organización que había montado se había especializado en dar vuelcos, robar cargamento de droga a otros narcos para revenderla, con métodos extremadamente violentos. Luego la Sala de lo Penal del Supremo rebajó esa pena a varios de los acusados al considerar que uno de los delitos de lesiones sufridas por un testigo protegido merecían una pena de cinco años en lugar de seis. Además, se condenó a penas de prisión de entre uno y 43 años a otras 15 personas integrantes de esta banda. Casper estaba en prisión provisional desde el 14 de mayo de 2011 por liderar esta banda.
Durante el juicio, Casper negó utilizar este alias, si bien reconoció haber cometido delitos de "cuello blanco". Insistió en que no era responsable de ordenar secuestros ni malos tratos. "Nunca en mi vida he participado en un hecho violento", llegó a decir durante la vista oral.
Ahora Ángel Suárez Flores, alias Casper, alias El Padrino y alias El Capo Sibarita se mueve ahora por la cárcel de Soto del Real enganchado a una máquina con ruedas que le proporciona suero y medicamento para poder sobrevivir y, en caso de que Instituciones Penitenciarias no se oponga, saldrá de la prisión este mismo jueves y se irá a casa con su mujer y sus hijas.
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