19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Su abuelo Domingo Batet luchó contra la declaración en 1934 del Estado Catalán y fue fusilado por Franco por liderar las tropas republicanas

Meritxell Batet, señalada por el cierre del Congreso: Esta es su particular y desconocida historia

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet.
La presidenta del Congreso, Meritxell Batet.
La sentencia del Tribunal Constitucional por la que se declara nulo el cierre de la Cámara durante la etapa más dura de la pandemia devuelve al epicentro de la actualidad política a Meritxell Batet, presidenta del Congreso de los Diputados. Licenciada en Derecho por la Universidad Pompeu Fabra, la vida de esta socialista catalana contiene episodios dignos de mención. Entre ellos, la vida de su abuelo, el general Domingo Batet, fusilado por Francisco Franco por liderar las tropas republicanas.

La presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, regresa al epicentro de la actualidad política tras la sentencia del Tribunal Constitucional por la que se declara nula la decisión de la Mesa de la Cámara baja de congelar los plazos para las iniciativas parlamentarias que se tramitaban durante la etapa más dura de la pandemia, entre el 7 de marzo y el 13 de abril de 2020. 

Una resolución que ha obtenido la reacción inmediata de Vox, la fuerza política que recurrió en amparo ante el tribunal de garantías por entender que la decisión vulneraba gravemente la Constitución. En este sentido, Macarena Olona, secretaria general del grupo parlamentario, se ha apresurado a exigir la dimisión de Batet, a la que ha acusado de "secuestrar el Congreso" y "dar un golpe de Estado institucional". 

La presidenta del Congreso de los Diputados, por su parte, aunque muestra su "absoluto respeto" a la sentencia ha recordado que la decisión de suspender las sesiones plenarias en el Congreso se tomó "días después de que otros órganos constitucionales, entre ellos el propio Tribunal Constitucional, tomaran decisiones similares" para restringir su actividad y ha  justificado que esa suspensión tuvo una duración "limitada en el tiempo" y que a todos los efectos "sólo tuvo eficacia durante 18 días hábiles". 

Meritxell Batet zanja así una polémica que la ha situado contra las cuerdas y que la ha devuelto a la primera plana de la política. 

Meritxell Batet, una socialista con un pasado republicano 

La presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, nació en Barcelona en 1973 y es licenciada en Derecho por la Universidad Pompeu Fabra de la Ciudad Condal. Se inició en política en la agrupación de Gràcia del Partido Socialista de Catalunya (PSC) y comenzó a destacar a principios de los noventa junto al exministro Narcís Serra

Pero sin duda, al margen de su vida personal, es la historia familiar de esta política socialista catalana la que tiene muchos flecos secretos y sorprendentes y, entre ellos, tiene un hueco en la Historia por derecho propio su abuelo el general Domingo Batet.

Domingo Batet fue un militar catalán que acabó fusilado por intentar detener el golpe de Estado previo a la Guerra Civil Española de 1936 y mantenerse fiel a la República. Ingresó con quince años en la Academia de Infantería de Toledo y con 23 se alistó como voluntario en la Guerra de Cuba. Alcanzó el rango de coronel en 1919, y en 1922 ya intervino como instructor del que fue llamado Expediente Picasso, un documento confidencial que materializó el Ministerio de Defensa tras el desastre militar de Annual, en Marruecos en 1921, donde murieron miles de soldados y civiles españoles

Domingo Batet tomando posesión de Capitán General de Cataluña.

Al ser proclamada en 1931 la II República, Batet sustituyó al destituido general López Ochoa como Capitán General de Cataluña, una etapa en la que se distinguió por el acatamiento a la autoridad civil, por el respeto al régimen autonómico catalán y por la prudencia con que actuó en las tensiones entre algunos sectores militares y la nueva administración de la Generalitat catalana.

Su papel, de hecho, fue fundamental durante los sucesos del 6 de octubre de 1934, cuando el presidente autonómico, Lluis Company, declaró el Estado Catalán.

Fiel a la República

Fue en marzo de 1935 cuando Batet fue nombrado Jefe de la Casa Militar del presidente de la República Niceto Alcalá-Zamora. En junio de 1936 ya fue designado Jefe de la Sexta División Militar, con sede en Burgos. Durante los intentos de levantamiento de algunos sectores militares, él tomó una postura de fidelidad a la República y contra la sublevación de Franco.

Así, el 16 de julio de 1936 se entrevistó en el monasterio de Irache, en Navarra, con su subordinado y uno de los principales conspiradores golpistas, el general Emilio Mola, comandante militar de Pamplona. Su intención era frenar los intentos de sublevación y calmar los ánimos de los más exaltados. Aunque Mola le prometió que no se sumaría a ninguna conspiración, dos días más tarde se producía el Golpe de Estado y Burgos pronto se convertiría en una plaza de los sublevados.

Domingo Batet. 

El coronel Marcelino Gavilán arrestó a Batet acusado de mantenerse fiel a la legalidad vigente. Su amigo, el General Mola, exigió un trato de respeto para Batet y que se le reconocieran sus dignidades militares.

El 1 de septiembre de 1936 fue acusado formalmente de Rebelión Militar precisamente por los militares que se habían olvidado de la legalidad y la Constitución. El coronel Miguel Riba de Pina se encargó de su defensa, aunque el juicio no dejó de ser una farsa con simulación de legalidad. Durante los meses del proceso Francisco Franco tomó la decisión de retirarle la pensión que iba unida a la tenencia de la Laureda de San Fernando, que había conseguido tras frenar la sublevación independestista del Estado Catalán.

El 8 de enero de 1937 fue definitivamente condenado a la pena de muerte en un Consejo de Guerra que se le abrió por "Auxilio a la Rebelión". Fue fusilado por un piquete de ejecución formado por una sección del regimiento de San Marcial, encargado de cumplir la condena el 18 de febrero. Su fusilamiento se realizó en el campo de tiro burgalés de Vista Alegre. 

A pesar de que el cruento Queipo de Llano llegó a pedir un indulto para él, Franco decidió hacer oídos sordos. Las últimas palabras de Domingo Batet fueron las siguientes: “Soldados, cumplid un deber sin que ello origine vuestro remordimiento en el mañana. Como acto de disciplina debéis disparar obedeciendo la voz de mando. Hacedlo al corazón; os lo pide vuestro general, que no necesita perdonaros, porque no comete falta alguna el que obra cumpliendo órdenes de sus superiores”. Militar hasta el final. Su nieta hoy, es presidenta del actual Congreso de los Diputados.

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