29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

El catalán falleció de manera sorpresiva una semana antes de comparecer en el programa de Telecinco '¿Quién es mi padre?' para contar su historia

Los presuntos hijos secretos de Juan Carlos I: De Albert Solà a Ingrid Sartiau y la sombra de Olguina de Robilant

El Cierre Digital en Albert Solà e Ingrid Sartiau.
Albert Solà e Ingrid Sartiau. / Montaje de El Cierre Digital
El repentino y sorpresivo fallecimiento de Albert Solà ha vuelto a poner sobre la mesa un tema tabú hasta hace poco en los medios de comunicación españoles: los presuntos hijos secretos de Juan Carlos I. Albert Solá e Ingrid Sartiau durante años intentaron que la Justicia española les reconociera como hijos del que fuera Jefe del Estado durante casi cuatro décadas. Sin embargo, no son los únicos que a lo largo de la Historia han reclamado ser descendientes del Rey Emérito.

El programa ¿Quién es mi padre? de Telecinco ha vuelto a poner el punto de mira los presuntos hijos extramatrimoniales del Rey Emérito, Juan Carlos I. Desde hace unos años se ha hablado con normalidad de las amantes del que fuera Jefe del Estado entre 1975 y 2014. Sin embargo, no ha ocurrido así con los presuntos desdencientes al margen de sus tres hijos con la Reina Sofía: las Infantas Elena y Cristina y el actual monarca Felipe VI

Sin embargo, más allá de la repercusión mediática, en junio de 2014, tras producirse la abdicación de Juan Carlos I en su hijo, su figura dejó de ser inviolable para ser aforado. Una característica que comparte con otros representantes del Estado como diputados o cargos del Gobierno. Es decir, sólo puede ser juzgado por el Tribunal Supremo. 

Fue a partir de ese momento cuando aparecieron dos nombres, Albert Solà e Ingrid Sartiau, que defendían ser hijos del exmonarca. En el caso de Sartiau, su andadura comenzó antes incluso de la abdiación del Emérito.  En 2013 para poder averiguar la identidad de su padre se puso en contacto con el investigador y profesor de genética humana, Jean-Jacques Cassiman. El profesor Cassiman analizó el ADN de Ingrid y el de Solà y, finalmente, descartó su vinculo de consanguinidad. 

En agosto de 2020 el docor Cassiman contó su relación profesional con Sartiu para Elcierredigital.com: “Ingrid vino a mi laboratorio para obtener un perfil de ADN. Cuando estuvo listo me dio una carta con el perfil de ADN de Albert Solà. Ese perfil se realizó en un laboratorio español algunos años antes y estaba limitado en marcadores probados. Basándome en la comparación de los dos perfiles, le dije que podrían ser hermanos de padre con un 90% de probabilidad, pero que quería poder confirmar esto con un perfil de ADN hecho por mí en mi laboratorio con una nueva muestra de saliva".

El profesor Cassiman. 

"Ingrid vino a Lovaina, hicimos su perfil y comparamos este nuevo perfil con el de ella. El resultado fue la exclusión de que eran hermanos. Ingrid no me creyó, se enfadó conmigo y dice que hice trampa. Eso es todo”, concluía el profesor. 

Con todo, Ingrid decidió seguir adelante con su proceso y puso su caso ante la Justicia española. Sin embargo, la demanda de Sartiu fue rechazada en 2015 en el pleno de la Sala Civil del Supremo por 7 votos en contra y 3 a favor y que ocasionó que el Rey Emérito no se sometiera a las pruebas de ADN, la belga se ha encargado de recopilar mucha más información y pruebas que acrediten la historia de amor entre su madre y Juan Carlos I, tal y como su progenitora le relató.

Uno de los argumentos por los que se desestimó la demanda de Sartiau la primera vez que inició el proceso legal, para demostrar que su padre era el ex jefe del Estado de España, fue que los juristas señalaron que la demanda carecía de pruebas suficientes. Además consideraban que incurría en contradicciones y resultaba “lisa, llanamente falsa, frívola y torticera”, según la calificaron de los letrados.

La carta

Entre las pruebas que Ingrid aportaba para demostrar su historia había una especialmente clave. Una carta que Elcierredigital.com mostró en exclusivaque Ingrid recibió de Paul de Merode, uno de los miembros de la alta sociedad belga.

Fragmento de la carta que Paul Merode envió a Ingrid.

En la residencia familiar de los Merode se citaban muchas de las familias más célebres de la nobleza y realeza europea. Uno de los invitados más asiduos a las fiestas que se realizaban en el castillo era el por entonces príncipe Juan Carlos I. Dentro de la residencia Liliane Sartiau trabajaba para la familia como institutriz y de esa forma conoció al ex jefe del Estado español.

La misiva rezaba así: 

“Tus padres se conocieron en el castillo de Westerlo. Tu padre todavía estaba soltero y amaba los bailes que mi familia organizaba. Él estaba invitado en todas las ocasiones. Tu madre trabajaba para mi familia en ese momento y era muy bonita y encantadora. Así se fijó tu padre en ella.

Mi familia tenía la costumbre de invitar a las personas más importantes a nivel mundial. Por ejemplo en nuestra casa el príncipe de Mónaco, Carlos III conoció a Antonieta de Merode y se llegaron a casar. Los Merode somos una familia muy importante para España, muy reconocida por la Monarquía antes de Franco.

Mi familia tiene un gran vinculo familiar con la nobleza española. Entre los muchos descendientes de los Merode, podemos contar al Archiduque Lorenz de Austria-Este, príncipe de Bélgica. Su árbol genealógico proviene del Conde Werner de Merode (1797-1840) que participó en el Congreso Nacional de 1830 y votó por las elecciones. También procede del príncipe Lépoold de Sajonia-Coburgo-Gotha, el primer rey de los belgas.

Una de las nietas de Werner, María Victoria del Pozzo, se casó con el príncipe Amadeo de Saboya, que fue temporalmente rey de España de 1870 a 1873. Son los tatarabuelos del Archiduque Lorenz.”, narra en la epístola el miembro de los Merode".

La propia Sartiu contaba en nuestro periódico cómo fue presunta historia: "Mi madre trabajaba de institutriz de una de las familia nobles de Bélgica en 1965, la familia de Merode. Tal y como me contó un miembro de su familia ellos se conocieron en el Castillo de Westerlo en una de las recepciones en las que la familia invitó al rey Juan Carlos. Mi madre estaba trabajando allí y entre ellos surgió esa relación. No fue sola una vez las que coincidieron. Juan Carlos venía al castillo con frecuencia, la familia le tenía mucho aprecio, y allí tenían los encuentros". Lo cierto es que la Justicia española no ha dado credibilidad a las pruebas aportadas por Sartiu y a día de hoy no está reconocida como hija de Juan Carlos de Borbón y Borbón. 

Dos presuntas hijas 

Y si hay un nombre que siempre aparece en la biografía del Rey Emérito es Olghina de Robilant, que falleció hace escasos meses. Conoció a Juan Carlos de Borbón, cuando aún era Juanito y los Borbones españoles vivían exiliados en Estoril, la localidad portuguesa donde encontraron su reposo la mayoría de las monarquías exiliadas. Entre Olghina y Juanito pronto surgió una atracción y mantuvieron una relación intermitente durante casi una década. 

Tanto ella como Juanito mantuvieron lo que hoy llamaríamos una relación abierta. Entre medias, el que luego sería Jefe de Estado mantuvo un noviazgo oficial con María Gabriela de Saboya, precisamente hija del exrey Humberto. Una relación que terminó porque a Franco la princesa italiana le parecía "demasiado moderna". 

Olghina de Robilant.

Olghina de Robilant contaría en 1991, en un libro, su historia de amor y pasión con el monarca español, donde daba detalles de la personalidad del entonces joven aspirante al trono. Declaraciones sorprendentes en las que describe a Juan Carlos de Borbón como un experimentado amante que "incluso ha estado con Sara Montiel". Además, aportaba un detalle sorprendente ya que, según ella, antes de anunciar su compromiso con Sofía de Grecia, Juanito quiso despedirse de Olghina en una pensión romana donde incluso le mostró el anillo de pedida. 

Entre los más de siete años que duró su relación, Olghina tuvo una hija, Paola, cuya paternidad nunca quiso revelar. Un escándalo para la pacata sociedad italiana de la época. Una hija con la que tendría después una relación complicada y que se crió con los padres de Olghina. 

María José de la Ruelle. 

No sería la última vez que los nombres de Olghina de Robilant y Juan Carlos I se cruzasen. En 2001, una mujer francesa que atendía al nombre de María José de la Ruelle presentó una demanda en los tribunales galos asegurando ser hija tanto del monarca español como de Olghina. Según su rocambolesco relato habría sido concebida durante el crucero Agamenón que la reina Federica de Grecia organizó en 1954 para promocionar al país mediterráneo e intentar que surgiera el amor entre alguna parejas reales. El asunto finalmente no prosperó y en España sólo fue seguido periodísticamente por la revista Pronto.

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