18 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Chapuzas ocasional, fervoroso devoto de la Esperanza Macarena, 46 años, de complexión fuerte y con antecedentes por malos tratos en el ámbito familiar

Éste es Juan José, el albañil sevillano presunto homicida del jubilado Roberto García en Casarrubios del Monte

Juan José V.C. en una imagen de redes sociales.
Juan José V.C. en una imagen de redes sociales.
Juan José V.C. tiene 57 años y es fervoroso devoto de la Esperanza Macarena, una de las vírgenes sevillanas más conocidas. Solo confesó ante la Policía Judicial de la Guardia Civil haber sacado dinero de dos cajeros automáticos porque, según él, encontró una tarjeta -con su pin de cuatro dígitos- en la calle. Los investigadores no le creen y siguen acumulando pruebas contra él. La familia considera prioritario encontrar el cadáver de Roberto para "darle una sepultura digna".

Todavía Juan José V. C. no ha confesado el crimen de Roberto García, su vecino de Casarrubios del Monte, en Toledo. El detenido tiene cuarenta y seis años de edad, es sevillano, albañil y de complexión fuerte. Tiene antecedentes por malos tratos en el ámbito familiar y vivía de alquiler en un piso abuhardillado frente a la casa de Roberto, 63 años cuando desapareció, en esta localidad toledana.


Juan José en una foto de sus redes sociales.

La Guardia Civil no ha logrado arrancarle ninguna confesión, excepto que sacó dinero de la tarjeta de Roberto en dos ocasiones. No le quedaba otro remedio que confesar estos hechos, porque hay imágenes suyas sacando dinero de dos cajeros automáticos, en Casarrubios y en El Álamo, unos días después de la desaparición del hombre. Durante el registro de su casa admitió que había usado la tarjeta porque se la encontró en la calle con el pin pegado. Algo difícil de creer. Además, los perros de la Guardia Civil detectaron en el piso del detenido restos biológicos, que los investigadores creen de la víctima, a la falta de un análisis más profundo.

Roberto desapareció el día 19 de febrero, poco después de cobrar 30.000 euros de la venta de una propiedad. Su hermano, Manolo, que siempre pensó en un móvil económico, cree que "lo tenían vigilado y lo sabían". No iba desencaminado, porque en total Juan José sacó 600 euros, en dos extracciones, ya que la tarjeta tenía un límite de 300 euros. Ahora, la familia "solo queremos saber dónde está el cuerpo para darle una sepultura digna", explicó Manolo, uno de sus dos hermanos.


Juan José, principal acusado de la desaparición de Roberto García.

Nadie conoce en realidad demasiado bien al detenido, excepto su presunto cómplice, otro hombre interrogado un día antes en la cercana localidad madrileña de El Álamo y puesto en libertad, un día antes de la detención de Juan José.

La policía científica de la Guardia Civil ha buscado en los coches de ambos restos de cómo pudo ser transportado el cuerpo de Roberto García, ya que a estas alturas nadie duda de que el hombre haya sido asesinado para robarle o secuestrado para extorsionarlo. Las primeras hipótesis barajadas sostienen que los dos hombres imputados llevaron dos coches, el del fallecido -mal aparcado en El Álamo- y otro donde transportaron el cadáver. Después habrían regresado a Casarrubios en este vehículo.

Mientras tanto, Juan José V.C. continúa detenido e incomunicado y ayer viernes por la tarde pasó a disposición judicial. A pesar de los numerosos indicios en su contra, Juan José V.C. se ha mostrado frío y callado durante las 48 horas que permaneció bajo custodia de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Toledo.


El detenido en otra foto de redes sociales.

Muy conocido sin embargo era Roberto García, su presunta víctima. Tenía el pelo canoso y medía 1,70 metros. Era el menor de tres hermanos y una persona muy querida en el pueblo, por su carácter afable y extrovertido. Su familia era de allí, de siempre. “Los hermanos somos como uña y carne. Somos hermanos, pero hermanos de verdad, de los que hay que ser. Siempre que necesitábamos algo nos ayudábamos”, señaló unos días después  de su desparición Manuel, su hermano mayor, a elcierredigital.com. 

Roberto trabajó como alguacil de Casarrubios del Monte y vivía solo en su casa con sus dos perros. “Es soltero de toda la vida, solterón vamos. Tiene dos perros y si alguna vez le surgía un imprevisto nos avisaba para que les fuéramos a dar de comer”, apuntaba Manuel.

El vecino desaparecido, Roberto García.

El miércoles 20 de febrero sus hermanos empezaron a preocuparse por Roberto, una persona metódica y que siempre avisaba a su familia en caso de cambiar alguno de los movimientos que formaban parte de su rutina. Fue entonces cuando empezaron a llamarle al teléfono para intentar localizarlo, pero no daba señal. El jueves 21 formularon la denuncia y poco después encontraron su vehículo en El Álamo, donde precisamente vivía su hermano Manuel y al que, al parecer, iba a visitar con frecuencia. El coche de Roberto se encontró cerrado, pero mal aparcado, "algo muy raro en mi hermano", según Manuel, y además de que parecía que había sido abandonado con prisa.

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