29 de marzo de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

"La Transición significó para los intereses del franquismo el paso a la otra orilla sin tener que pagar un peaje",dijo el líder del PCE a Julio Merino

Recordamos los episodios más polémicos y controvertidos de la vida de Julio Anguita, 'El Califa Rojo' de Córdoba

Julio Anguita.
Julio Anguita.
El histórico dirigente del Partido Comunista de España y ex alcalde de Córdoba, Julio Anguita, ha fallecido este sábado a los 78 años de edad después de estar ingresado en estado crítico una semana en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Reina Sofía de Córdoba tras sufrir una parada cardíaca. Era la tercera vez que sufría un infarto. Su amigo y paisano, el periodista Julio Merino, hace un repaso personal a los episodios más polémicos y controvertidos acontecidos en su vida.

Les aseguro que Córdoba está llorando hoy tanto como aquel funesto día 28 de agosto de 1947 cuando llegó la noticia de la muerte de Manuel Rodríguez "Manolete" y si los cordobeses no se han echado hoy a la calle es, ha sido, por el criminal virus este que nos tiene a todos encerrados y acojonados (con perdón).

Tres días de luto oficial... y llanto sincero y de corazón. Porque se está demostrando que el exalcalde Julio Anguita, a pesar de su comunismo fundamentado, era admirado y querido por todos, rojos y azules, señoritos y jornaleros, hombres y mujeres, jóvenes y viejos... o sea, una institución en esta Córdoba que tan poco valora a los suyos. Ser aquí "profeta en tu tierra" es un milagro y Julio consiguió ese milagro.

Es verdad que hasta ahora sólo algunos toreros se habían ganado el máximo galardón que puede dar la ciudad califal de Abderramán III y que sólo "Lagartijo", "Guerrita", "Machaquito", "Manolete" (muertos) y "El Cordobés" (en vida) lo habían conseguido. Son los 5 Califas de Córdoba... pues, seguro estoy que el sexto será, sin duda, Julio Anguita, al que ya se lo llaman los cordobeses: el "Califa Rojo".

Y ahora les voy a hablar de mi Julio Anguita, de aquel joven Maestro de Escuela que yo conocí antes, en y después de ser comunista y líder y referente moral indiscutible de la Izquierda española.

Conocí a Julio Anguita el 22 de diciembre de 1969 (o sea, hace la friolera de 51 años) en mi pueblo, Nueva Carteya, donde había llegado de Maestro Nacional al comienzo de ese curso. Yo ya llevaba en Madrid 10 años, me había casado y tenía una hija. Un día de noviembre me llamó por teléfono mi amigo y paisano Antonio Pérez Oteros, que en esos años era Director del grupo escolar "Francisco García Amo" y me dijo:

 - Macho, este año te tienes que venir las vacaciones, sin falta.

-¿Y eso, qué pasa este año?

- Pues que ha venido de Córdoba un Maestro que nos trae locos a todos. Una eminencia.

- Hombre, Antonio, no será para tanto.

- Que sí, que te lo digo yo... fíjate como será que a la hora del recreo nos vamos todos a su clase (todos, eran los 22 Maestros que tenían plaza en el grupo) sólo para oírle hablar. ¡Qué barbaridad, el cabrón sabe de todo...y lo mismo te habla de Aristóteles que de Lenin o José Antonio, y no me digas de la Historia de Córdoba...te lo digo yo, que sabes que no soy "exagerao", este tio es una enciclopedia!.

Julio Anguita en las elecciones de 1979.

- Joder, tío, ni que fuera Unamuno.

- ¿Unamuno? ¿Qué dices?... si el otro día se pasó todo el recreo hablándonos de "La agonía del Cristianismo".

- Bueno, vale, vale. Iré este año. Ya me has puesto el anzuelo.

Y fui. Llegué al pueblo el día 22 de diciembre, y lo recuerdo muy bien porque en la radio del coche estaban los niños de la Lotería y cantaron el "gordo" cuando estábamos llegando, y esa misma mañana nos presentó mi amigo el Director (curiosamente los tres nos estuvimos reuniendo, ya jubilados, aquí en Córdoba, en su bar habitual de la Corredera, hasta hace unos años que murió nuestro amigo Antonio Pérez. Seguro que hoy se habrán reunido en cuanto haya llegado Julio allá donde sea)  y tuvimos nuestro primer encuentro...Y efectivamente, aquel Julio era un pozo de saberes. Lo primero que descubrí es que conocía mejor que yo a José Antonio Primo de Rivera y lo segundo es que yo conocía la obra y la vida de Lenin mejor que él. Aunque después, y no sólo entonces, eso me confirmó una de sus cualidades intelectuales más notorias: que para él, el conocimiento no tiene, ya por desgracia no tenía, límites ni fronteras, que hay que conocer todas las teorías, todas las ideologías, todas las religiones y hasta todas las mitologías (sí, las mitologías, porque me demostró que no sólo conocía la griega, sino también, la egipcia, la nórdica, la de los incas, la japonesa y todas ). Así era aquel Anguita, un hombre ansioso de saber, estudioso y, sobre todo, para mí, Maestro, pues lo curioso de Julio es que no se conformaba con saber él sino que quería que los demás supiesen lo que él sabía. Hablaba enseñando... por eso era difícil mantener una conversación con él, porque atosigaba al interlocutor con citas, con argumentos... ¡ja,ja,ja y con PROGRAMA! (Ya entonces, cuando todavía no se había afiliado al Partido Comunista, hablaba de programa)... Bueno, dejemos al Anguita de mi pueblo (y a la larga también de él, porque hasta un familiar suyo fue enterrado allí) y vayamos al encuentro del triunfante Julio Anguita que llegó a Madrid, ya como Coordinador General de Izquierda Unida. Naturalmente, en cuanto supe que ya estaba en Madrid le llamé para saludarle, felicitarle y verle. Y nos vimos en Enero de 1989. 

- Hola, tocayo   --me dijo nada más entrar en la cafetería donde habíamos quedado, en la calle Modesto Lafuente, justo frente a "Radio Intercontinental", donde yo trabajaba por esas fechas-- ¿que tal te va?. Hace tiempo que no nos vemos.

- Pues sí, más del que a mi me hubiese gustado. Pero, no te preocupes, he seguido todos tus pasos y he leído todo lo que has escrito y todo lo que han escrito sobre ti.

- Yo también. Leí tu "Trilogía de la República" en cuanto me enviaste los tres, y aunque no te escribiera te aseguro que me hiciste meditar. Sobre todo por los discursos que reproduces de Besteiro, Prieto y Largo Caballero en la Escuela de verano de Torrelodones. Felipe debía leerlos ¿se los has mandado?

Julio Anguita con José María Aznar. 

- Sí, se los mandé a la Moncloa, pero no contestó y ahí lo dejé... ya sabes que eso de leer no está bien visto en la clase política de hoy.

- Oye, Merino, es verdad, es lo primero que me ha llamado la atención, el bajo nivel cultural de esta gente. 

- Pues, macho, con esa gente vas a tener que lidiar... de eso te quería hablar, precisamente. Sé que vienes con toda la ilusión del mundo, pero te advierto que para llegar aquí hay que atravesar Despeñaperros y eso lo cambia todo, hasta los vinos, como bien sabes.

- Sí, tocayo, lo sé, pero en peores plazas he toreado.

- No, Julio, esto no es una plaza, ni siquiera de toros, esto es la selva. Aquí, y sobre todo en la "casta" (ojo, que la palabreja no la descubrió el Coletas) política, aquí te las vas a tener que ver con camaleones de todos los colores, con sapos y culebras, con serpientes venenosas, con hienas, con tigres, con leones, con sapos y cangrejos, con lobos y ratas…

- SÍ, sí... y hasta con la madre que los parió... Sí, ya lo sé, amigo mío. Pero, eso no me extraña, ni a ti, seguro, ni a cualquiera que conozca la Historia de este pobre país llamado España...¿O es que nos podemos olvidar de los asesinatos de Prim, de Cánovas, de Canalejas, de Dato, de la Dictadura, de las Repúblicas, de los golpistas del 36, de las cunetas…

- Bueno, bueno...porque yo añadiría...ni de Paracuellos. No, Julio, por lo que yo te alerto es porque conozco el paño y sé que hay que tener un corazón de piedra para aguantar las putadas y puñaladas traperas que vas a recibir. Cuidado, que aquí abundan los infartos.

- Lo sé. ¿Y qué quieres que haga, que abandone ahora y por miedo a la casta, como tú dices?.

- No, tocayo, ya sé que eres un luchador nato y además, que ya tienes callos en las espaldas, pero, como amigo y como admirador, no me gustaría que te aplasten.

Sus años en Izquierda Unida

Y después siguió su guerra, por cierto casi triunfal, ya que con él Izquierda Unida sacó los mejores resultados en las urnas que ha conseguido desde su fundación. Y la vida nos fue separando. Eso sí, las tres veces que se presentó a las elecciones por Madrid tuvo mi voto más sincero.

Pero no puedo olvidar varias cosas nuestras:

Uno- Que en cuanto me instalé en Córdoba tras la jubilación y nos vimos en "El Sótano", su bar de tertulias en la Plaza de la Corredera, lo primero que me dijo fue: "Tocayo, ¿te acuerdas de lo que me dijiste aquel primer día que nos vimos en Madrid sobre Despeñaperros, la selva y los infartos?", "Claro que me acuerdo"... "Pues tenías razón, las fieras pudieron más que mi corazón y se lo hubieran comido del todo si sigo en aquella selva y no abandono y regreso de vuelta dejando atrás Despeñaperros" (sí, amigo mío, pero al final ya lo ves, tu corazón enfermo se ha rendido) 

 

El hoy ministro de Comercio, Alberto Garzón, junto a Julio Anguita. 

Dos- Tampoco puedo olvidar el "Manifiesto de Córdoba" que pensamos hacer juntos la noche que me presentaste en el Círculo de la Amistad mi novela-ficción, “El Príncipe Republicano”,  y que en principio pensamos que fuese dirigido a las autoridades cordobesas y andaluzas, pero después, siendo tú el padre de la criatura, nos fue saliendo un “manifiesto político a la Nación” , o sea una “Aproximación a la III República”, como tú lo llamaste y eso me hizo pensar que el manifiesto debía ser suyo en exclusiva.

Naturalmente, no voy a reproducir la copia del escrito que me entregó, pero sí creo que merece la pena recordar las palabras que él le dedicaba a la Transición:

"Sin entrar en un análisis muy profundo sobre la Transición podemos afirmar que a estas alturas aquella operación significó para los intereses del franquismo el paso a la otra orilla sin tener que pagar un peaje importante. Pero además debemos tener presente que desde 1945 el departamento de Estado USA ya había diseñado una salida al régimen fascista de Franco a través de una operación denominada entonces como Transición pacífica con dos partidos políticos: uno denominado demócrata y otro socialista. La Guerra Fría con su consecuencia y los temores a que en España pudiera ocurrir otra Revolución de los Claveles marcaron y acotaron el terreno de juego”... 

Y adelantaba los ejes fundamentales de su “soñada” Constitución de la III República, que a su juicio eran: 

I.- Los Derechos Humanos

II- Democracia Radical y Participativa

III.- Un Estado Laico

IV. La Paz: un Objetivo, un camino, una cultura, un aprendizaje, un Derecho y un Deber-

V.- El protagonismo de la Educación, la investigación y las virtudes cívicas que deben informar los derechos y deberes ciudadanos así como el funcionamiento de las administración públicas: austeridad, rigor y primacía de lo público.

VI.- Un Estado Federal

VII.- Una Europa Federal

Y para terminar no quiero dejar de recordar algo que me dijo en varias ocasiones, siendo ya Alcalde de Córdoba, hablando de las corrupciones y escándalos económicos que se estaban produciendo a nivel nacional: "Merino, tenlo por seguro, habrá corrupción en España, habrá corrupción en Andalucía, pero te aseguro que donde esté yo, a poco que mande, no habrá corrupción"...

 Y por eso, aunque sólo fuera por eso, Córdoba le debe ya un Monumento.

Tocayo, amigo, compañero, descansa en Paz... y si puedes tenme informado de tus conversaciones con tu admirado San Agustín, aquel obispo de Hipona que discutía con Lenin en tu privilegiada mente. Hasta la inmortalidad.

COMPARTIR: