25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Cerca de mil personas permanecen acampadas de forma improvisada por Colombia ante la negativa de Maduro de recibir a venezolanos exiliados

El drama del puente 'Tienditas': Los refugiados que no pueden volver a Venezuela

El cruce fronterizo más importante del norte de sudamérica lleva un año bloqueado por Maduro.
El cruce fronterizo más importante del norte de sudamérica lleva un año bloqueado por Maduro.
América Latina vive una especie de guerra fría desde hace 5 años. El año en que Maduro decidió que la democracia ya no era una opción para mantener al chavismo en el poder. Desde entonces, la crisis humanitaria ha abierto confrontaciones abiertas con sus vecinos de la región. Aunque los refugiados habían encontrado apoyo en sus nuevos países, la crisis del coronavirus ha impulsado a muchos a volver, pero ahora el régimen no quiere que vuelvan a entrar a su país.

El puente binacional Tientidas tendría que unir a Colombia con Venezuela. Sin embargo, pese a la millonaria inversión hecha por ambos gobiernos, desde hace más de tres años que Tienditas no ha sido inaugurado ni puesto en funcionamiento.

Y, además, ahora, se ha convertido en el límite que divide a Venezuela de las donaciones que Estados Unidos pretende hacer llegar a ese país a título de "ayuda humanitaria". Proceso que es liderado por la oposición venezolana y en especial por el proclamado presidente encargado Juan Guaidó, quien anunció que la ayuda se entregará este sábado.

Y a raíz de ello, el puente también se convirtió en el eje del principal evento que se desarrollará en el marco de esa entrega: sendos conciertos en apoyo a Guaidó y a su rival, Nicolás Maduro.

Del lado colombiano, el empresario británico Richard Branson organizó para este viernes 22 de febrero un recital al que llamó "Venezuela Aid Live" y que contará con la presencia de artistas como Carlos Vives, Juanes, Miguel Bosé, Juan Luis Guerra y José Rodríguez "El Puma".

Mientras que, del lado venezolano, el gobierno de Maduro señaló que también está organizando un concierto con cerca de "150 artistas" que ha sido llamado "Hands off Venezuela" (Quita las manos de Venezuela).

El drama de los refugiados en Colombia

 

Desde hace cuatro años, Venezuela ha pasado de ser un país casi desconocido para el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) a ser una de las principales prioridades. El país gobernado por Nicolás Maduro se ha convertido en el segundo país con mayor número de desplazados y refugiados, solo después de Siria.

En España, los venezolanos lideran desde hace años el ranking de solicitudes de asilo: solo en entre enero y mayo de 2019, se abrieron 16.846 trámites de refugio de personas procedentes del país caribeño. El mismo periodo del 2018 se registró 8.865, lo que supone un aumento del 90% de las solicitudes de protección de esta nacionalidad, que en poco más de un mes superará el total de los expedientes abiertos en 2018. En 2020, la crisis del COVID ha dificultado las solicitudes nuevas, pero no se espera que descienda el número de solicitudes.

Aunque nuestro país se ha convertido en la puerta para decenas de miles de venezolanos que huyen, lo cierto es que la mayoría no puede realizar un viaje transatlántico, por lo que opta por América Latina, dónde actualmente están la mayoría de refugiados. Esta situación ha creado una importante tensión con los países vecinos, que reciben migrantes a la vez que presionan al régimen chavista para que abandone el poder.

Campamento de refugiados en las Tienditas.

En el eje de las tensiones, la Colombia dirigida por Iván Duque, uno de los principales actores de la coalición antiMaduro. El país ha recibido a más de 2 millones de migrantes hasta el 2020; no obstante, también es la principal ruta de retorno para aquellas personas que desean entra en Venezuela.

Según explica la periodista venezolana María Sanz: “algunos refugiados han decidido volver a Venezuela porque no logran establecerse en otros países y aquí al menos pueden tener residencia de forma segura”. La encuesta ENCOVID 2020 de la Universidad Católica Andrés Bello cifra los migrantes retornados en el 4% del total.

La crisis del coronavirus ha puesto en jaque a estas personas, después de que el régimen chavista decidiera negar la entrada a ningún venezolano a través de las fronteras de Colombia y Brasil. El número de venezolanos que han tenido que regresar se ha disparado en medio de las medidas de confinamiento que azotan a los países de la región y que han hundido las ya frágiles economías latinoamericanas.

Según la especialista en migración, Claudia Vargas “La única manera de entrar a Venezuela, además del vuelo humanitario que ha sido escaso, es a través de Colombia, por los estados Apure o Táchira, lo que significa que todos los que regresan del resto de los países como Ecuador, Perú, Chile y Argentina deben pasar por Colombia, que es el puente que los trae a Venezuela”.

El tapón humanitario que viven los puentes Simón Bolívar y las Tienditas inició el pasado marzo de 2019, cuando Juan Guaidó y un equipo del parlamento intentó ingresar a Venezuela con ayuda médica y comida. Desde entonces, el ejército leal a Maduro bloqueó los puentes con contenedores y el cruce esta totalmente controlado por el chavismo.

Las últimas semanas, el régimen ha optado por no permitir que ningún venezolano entre al país por “el riesgo de contagio”, por lo que miles de migrantes se encuentran del lado colombiano, que vive una situación de colapso. El paso fronterizo de Las Tienditas, el último establecido por los países y uno de los más modernos del continente se ha transformado en un mega campamento de refugiados, en el que más de un millar de personas esperan el beneplácito del dictador para poder entrar a su país.

Según denuncian las autoridades colombianas, la situación ha podido ser atendida, pero no podrán aguantar mucho más tiempo. Mientras, miles de venezolanos se encuentran atrapados en el limbo del coronavirus y un Estado casi fallido.

El coronavirus al servicio de Maduro

Actualmente hay 2.632 casos positivos de coronavirus en Venezuela, una cifra cuestionada por grupos democráticos y organizaciones de Derechos Humanos. El país que vive una profunda crisis económica, social y política desde hace una década y que, según ACNUR ha provocado la mayor crisis de refugiados de la actualidad, enfrenta la pandemia en medio de la feroz represión del gobierno no solo a opositores y medios de comunicación, sino al propio personal sanitario.

La tasa de crecimiento del virus anunciada por el régimen ha crecido de forma infrecuente y casi discrecional. No obstante, las alarmas saltaron con la declaración de Human Right Watch y la Organización Panamericana de la Salud que no solo cuestionaron las cifras de Maduro, sino que alertaron del riesgo que supone para el resto de América Latina el débil sistema sanitario del país.

Venzolanos atrapados en el cruce fronterizo.

“La absoluta falta de preparación del sistema de salud venezolano para la llegada de la pandemia de Covid-19 agudiza el riesgo para la salud de los venezolanos y podría contribuir a una propagación regional de la enfermedad”, inicia una declaración de Human Right Watch (HRW) con respecto a la situación sanitaria del país dirigido por Nicolás Maduro publicad a finales de mayo.

Maduro decretó una alerta por Coronavirus y el inicio de la cuarentena a mediados de marzo, pocos días después de que España tomara medidas. No obstante, no se generaron poderes especiales, ya que el país vive en Estado de excepción desde hace más de 6 años cuando la crisis económica se intensificó. La reclusión no ha sido total, aunque la policía se ha mantenido constantemente en la calle.

La ONG de derechos humanos, PROVEA, denunció que durante el confinamiento se produjeron diversas detenciones arbitrarias contra decenas de personas por supuestamente “incumplir la cuarentena”. No obstante, los opositores al régimen han manifestado que las restricciones decretadas por Maduro estarían relacionadas a la escasez de gasolina que vive el país petrolero.

Según denuncia Luis Martínez, miembro del partido ilegalizado Voluntad Popular, a elcierredigital.com, el régimen mantiene la presión sobre la sociedad civil, que ha estado obligada a encerrarse sin servicio de agua, luz y con hambre generalizada. Una visión que comparte HRW que asegura que la exposición al virus es constante a causa del “hacinamiento en zonas populares y cárceles, así como los problemas generalizados para acceder al agua en hospitales y hogares”.

Martínez recuerda que las últimas semanas decenas de médicos han sido detenidos por informar a la prensa sobre los casos reales de COVID-19 o simplemente por mostrar desacuerdos con la gestión sanitaria del régimen. Las amenazas a médicos residentes han sido frecuentes por parte del gobierno desde hace años. 

Fuentes del área de la salud del Estado Bolívar al sur del país y que han pedido permanecer en anonimato han explicado a elcierredigital.com que hace dos años cuando la difteria y la malaria comenzaron a propagarse por las zonas mineras, funcionarios, militares y grupos paramilitares cercanos al chavismo amenazaban a los médicos para que no firmaran ningún informe que contuviese dichas enfermedades.

El portal local "Voz de Ámerica", explica en un reportaje sobre la represión gubernamental, que algunas de las medidas asumidas por el chavismo han sido: “Aislamiento forzado de pacientes sospechosos del nuevo coronavirus, detención arbitraria de periodistas, arresto de médicos que filtran datos sobre casos de la pandemia, persecución de líderes políticos cercanos a Guaidó y la promesa del mismo Maduro de una “furia bolivariana” que defendería al chavismo en todo el territorio venezolano”.

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