19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Carmen Gila fue la única hija no reconocida del humorista junto a la bailaora Carmen Viduerte que logró que la justicia le diera la razón

La vida no contada del humorista Miguel Gila: La verdadera historia de su hija ilegítima Carmen

El Cierre Digital en El humorista Miguel Gila.
El humorista Miguel Gila.
Era conocido como "La carcajada del siglo XX" y su figura continúa inmortal. Miguel Gila fue uno de los grandes humoristas que triunfó y logró hacer reír a "Las dos Españas", al igual que conquistaba corazones. Junto a Carmen Viduerte fue padre de Miguel y Carmen, "La Consentida", quien no tuvo la misma suerte que su hermano, pues el humorista no llegó a reconocerla. Tras interponer una demanda de paternidad, la favorita de Gila logró el apellido de su progenitor y afirma que " le da pena"

Este sábado arranca una nueva entrega de la docuserie de investigación ¿Quién es mi padre?, la cual está dedicada a la figura como padre del humorista madrileño Miguel Gila quién falleció a causa de una larga enfermedad a la edad de 82 años el 13 de julio de 2001 en Barcelona. 

Tras el éxito de los cuatro primeros programas en los que se trataron en profundidad las historias de Javier Santos, Albert Solá , Adela Montes de Oca, Santiago Lara y Eugenia Laprovittola, la docuserie regresa con la historia de Carmen Gila, la hija ilegítima que nació fruto de la relación extramatrimonial que mantuvo el humorista con la bailarina de flamenco Carmen Viduerte

La historia de un padre ausente

El humor español no se puede concebir sin la figura de Miguel Gila. El madrileño cosechó un gran éxito a través de sus apariciones del soldado y fue capaz de humanizar sus propios dramas, los cuáles comenzaron desde su nacimiento. Fue su madre quien lo abandonó pocos días después de nacer para que sus abuelos le criaran y no llegó a conocer a su progenitor, pues falleció meses antes de que Gila naciera. A la edad de 17 años se alistó en las Juventudes republicanas y fue en la guerra donde se forjó su leyenda, pues estuvo muy cerca de la muerte.

La interpretación le salvó la vida, pues fingió su fallecimiento y se vió obligado a huir a Zaragoza donde contrajo matrimonio por primera vez, aunque pronto viajaría a la capital donde conocería a uno de los amores de su vida y padre de sus dos hijos mayores, Miguel y Carmen Gila. Fue el humorista, quien llegó a reconocer a su primogénito como hijo biológico, sin embargo, Carmen no tuvo la misma suerte. 

Gila, buen humorista, pero padre ausente: no reconoció a su hija

Carmen Gila.

En 1959, llegó al mundo Carmen Gila, su única hija no reconocida. El humorista se encontraba en México y a pesar de los esfuerzos de la bailaora para que conociera a la pequeña Carmen, “La consentida”, aquel encuentro nunca sucedió. Tras dejar México, el humorista decidió regresar a España en compañía de su tercera mujer, la directora de teatro Maria Dolores Cabo y su tercera hija, Malena Isabel Gila.

En una aparición en televisión, el de Madrid confesó que “Malena era su única hija”. Aquellas declaraciones ocasionaron un gran dolor a sus hijos mayores y fue Carmen quien decidió interponer la demanda de paternidad en abril de 2001. El proceso no llegó a su fin, pues Gila falleció en julio de aquel año y de hecho, Carmen no tuvo oportunidad de despedir a su progenitor, pues “no era bien recibida ni en el hospital, ni en el funeral”. Años después, la justicia le ha dado la razón, consiguió el apellido de su padre y aunque confesó que “le da mucha pena, se siente tremendamente feliz”.

Miguel Gila, “ La carcajada del siglo XX”

El humor de Miguel Gila, quien nació en marzo de 1919 en un humilde piso del barrio madrileño de Tetúan, era poderoso y aunque para él, “la vida era un chiste”, el drama que escondía su persona lo acompañó hasta su fallecimiento. Fue víctima de la sensación de orfandad desde su nacimiento y escapó a la muerte en su juventud, aunque no se libró de la cárcel.

A 20 años de la muerte de Miguel Gila, el español que triunfó en la  Argentina al grito de

Miguel Gila.

El humorista compartió prisión con el poeta Miguel Hernández y aunque nunca escondió su ideología política, logró hacer  reír a las dos Españas. Gila comenzó a ganar popularidad y su gracia llegó a oídos del general Franco, pues era uno de los invitados que no faltaba cada 18 de julio a la conmemoración de la sublevación en el Palacio de la Granja de San Ildefonso. Allí, Gila hacía llorar de la risa a Carmen Polo. 

Tal fue su legado en el humor español que Jose Luis Coll, su colega de profesión, llegó a denominar a Gila como “La carcajada del siglo XX”. El artista se convirtió en una leyenda del humor absurdo y en un Bon vivant, pues derrochaba el dinero sin percatarse de las consecuencias, de hecho falleció en la ruina absoluta. Su hijo Miguel, afirma que “Aunque mi padre falleció en 2001, continúa vivo, pues todo el mundo le recuerda”. 

 

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