18 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El único hijo de la baronesa no ha pactado como le habría recomendado su madre, que es su gran apoyo junto a su hermanastra Francesca

Semana negra para los Thyssen: Borja y Blanca Cuesta se sientan en el banquillo acusados de defraudar a Hacienda

Los Thyssen: Blanca Cuesta, Borja y Tita Cervera.
Los Thyssen: Blanca Cuesta, Borja y Tita Cervera.
Los Thyssen-Bornemiza se enfrentan a una de sus semanas más negras. Borja, el único hijo de Tita Cervera y el fallecido barón holandés naturalizado suizo, se sentará ante el magistrado del Juzgado de lo Penal número 22 del Tribunal Superior de Justicia de Madrid a las once de la mañana. La Fiscalía pide dos años de cárcel y 1,2 millones de euros de multa.

La sección de delitos económicos de la Fiscalía Provincial de Madrid solicita dos años de cárcel y 1,2 millones de euros entre multa e indemnización. Según el escrito de acusación, Borja Thyssen dejó de tributar casi 600.000 euros, correspondientes a una parte de los 1,4 millones de euros cobrados por las exclusivas vendidas a la revista Hola durante  el ejercicio 2007. Dado que la cantidad presuntamente defraudada supera los 120.000 euros en un solo ejercicio, se considera un delito fiscal que supondría una condena de dos años de cárcel y una multa de 1,2 millones de euros, el doble de los supuestamente defraudado. Además, la Hacienda española pide dos años de cárcel y una multa por haber estado en España viviendo más de 183 días y no en Andorra, como asegura el matrimonio.

El Ministerio Público les acusa de haber defraudado a las arcas públicas una cantidad cercana a los 600.000 euros. El escrito de acusación recuerda que el 26 de febrero de 2010 tuvo lugar la transmisión de las participaciones sociales de Cas Capetó S.L. (de la que era administradora única Blanca Cuesta), en virtud de tres escrituras públicas de compraventa otorgadas por cada uno de los tres partícipes en la mencionada sociedad.

Borja Thyssen y Blanca Cuesta. 

Por un lado, Borja Thyssen-Bornemisza Cervera (titular del 50% de las participaciones), Blanca Cuesta Unkhoff (titular del 40%) y la sociedad Caribean Breeze S.L. (titular del 10%), en favor de otras tantas las sociedades holandesas: Princess Four BV, Hermosa Beach Holding BV y Martínez Investments BV.

Negocios bajo sospecha

La Fiscalía hace hincapié en que el activo de Cas Capetó S.L. estaba constituido fundamentalmente por una casa en Ibiza, que carecía de personal contratado y sin actividad económica alguna, y en que el precio total abonado por dicha operación ascendió a 9.700.000 euros, que fueron ingresados en la cuenta bancaria de la que era titular Borja Thyssen-Bornemisza.

Del total transferido, 4.197.345,63 euros se correspondían con la venta de las participaciones de las que era titular Borja Thyssen-Bornemisza3.357.881,78 euros se correspondían con la venta de las participaciones de las que era titular Blanca Cuesta Unkhoff; 839.463,85 euros se correspondían con la venta de las participaciones de las que era titular Caribean Breeze S.L. y 1.305.308,81 euros procedían de la cesión onerosa de un crédito del que manifestaba ser titular Borja Thyssen-Bornemisza frente a la sociedad Cas Capetó S.L.

Ambos acusados presentaron en plazo la declaración de IRPF correspondiente al ejercicio 2010 en su modalidad de tributación conjunta, en la que declararon una ganancia patrimonial de 2.206.527,50 euros por la venta de las participaciones de Cas Capetó S.L. cuando la ganancia real obtenida por los acusados con la venta de tales participaciones ascendió a 3.792.564,92 euros, “ocultando por tanto a la Hacienda Pública la cantidad de 1.586.037,39 euros”.

Y es que, según la Fiscalía, la ganancia patrimonial que los acusados ocultaron procede también de la venta de participaciones realizada a través de Caribean Breeze S.L. que en realidad se trata de una operación “simulada”. De dicha sociedad eran titulares Borja Thyssen (70% de las participaciones) y Blanca Cuesta (30%).

La familia Thyssen. 

Desde fuentes de la Hacienda Pública consultadas por elcierredigital.com aseguran que lo más previsible es que “se llegue a un pacto entre el matrimonio y la Fiscalía”. Máxime si tenemos en cuenta que los problemas de los Thyssen-Cuesta van in crescendo debido al juicio por la residencia fiscal en Andorra al que en breve también se enfrentará el hijo de la Baronesa.

Los Thyssen-Cuesta: crónica de desencuentros familiares

Ahora, que el matrimonio Cuesta-Thyssen se encuentra en un momento crítico con el Fisco español, la familia se muestra más unida que nunca. Borja ha decidido plantar cara a Hacienda, aunque su madre, Carmen Cervera, es partidaria de llegar a un acuerdo con la Fiscalía, harta de guerras estériles que sólo puede perjudicar su abultado patrimonio y sus acuerdos con el Estado español para la permanencia de su colección privada de arte.

Borja es el único hijo del matrimonio de Carmen Cervera y el Barón Heini Thyssen. Realmente, Borja nació en 1980 fruto de la relación sentimental de su madre con Manolo Segura, pero fue adoptado por el aristócrata suizo de origen alemán luego de casarse con su madre en 1985.

Carmen jugó durante años al despiste sobre la paternidad biológica de Borja, llegando a afirmar en 1995 que había conocido a Heini un año antes de la fecha en el que siempre se da como la oficial del inicio del noviazgo en 1981. Borja y Carmen formaron un tándem durante las dos primeras décadas de vida del joven. Juntos protegieron y pelearon por su parte de la herencia del Barón frente a los otros descendientes del aristócrata.

La ruptura entre madre e hijo tendría nombre de mujer: Blanca Cuesta. Esta extrovertida modelo de Tarrasa (Barcelona), un año mayor que él, conoció a Borja en Sant Felíu de Guixols durante el verano de 1998 “gracias a un flechazo”. Un amigo común, que era el socorrista de la piscina del complejo náutico donde Borja atracaba su barco, les presentó.

Francesca Thyssen-Bornemiza. 

Dicen que su primer encuentro fue en altamar, a bordo del yate de Borja. Que éste la impresionó a base de una cena de exquisitos mariscos preparados por el cocinero de Tita. Gracias a su relación con el heredero de la baronesa Thyssen, Blanca desfiló en la pasarela Gaudí luciendo bañadores de Dolores Cortés. Antes de ser modelo, había estudiado la carrera de Enfermería y llegó a trabajar en el servicio de urgencias como auxiliar clínica, continuando así con la tradición familiar ya que su padre era médico cirujano y su madre enfermera. También hizo sus pinitos en el mundo de la publicidad apareciendo en la portada de la revista barcelonesa Bar-ona.

Sin embargo, Blanca saltó a la fama, al igual que hizo en su día su futura suegra, al salir semidesnuda en la portada de la revista Interviú gracias a unas fotos tomadas también en la Costa Brava. Fue en marzo de 2004 y tras aumentarse el pecho. Dicen que la operación de senos fue un regalo de la familia Thyssen. “Si lo hace todo el mundo ¿por qué no lo puedo hacer yo’”, llegó a decir la modelo. Sin embargo, esta aparición pública no gustó nada a la Baronesa viuda. Desde ese momento, dejaron de ser “amigas”.

Las comidas en restaurantes de lujo y las compras en tiendas exclusivas junto a ella desaparecieron. Borja y Blanca han mantenido una relación muy tormentosa antes de formalizar su matrimonio. Sobre todo, en el periodo comprendido entre septiembre de 2004 a enero de 2005, donde rompieron todos sus vínculos. La modelo regresó a la rutina del hogar paterno en Tarrasa. Pero parece que la idea no le convenció mucho y pronto volvió al regazo de Borja, que la recogió encantado. Tanto que por ella se realizó dos tatuajes en su cuerpo: uno que ocupa su hombro y brazo derecho y que representa el símbolo de Blanca en el horóscopo chino (un enorme tigre); y, otro, en la pierna con el nombre de su chica en japonés.

En diciembre de 2006, Blanca volvió a salir desnuda luciendo sus atributos personales en una revista y en su familia política no se armó tanto revuelo. Se trataba de la publicación GQ, donde además realizaba unas declaraciones fuera de tono. Por ejemplo, se confesaba defensora a ultranza de los vídeos pornos caseros, “pero, eso sí, en privado”. También afirmaba que en su relación con Borja es él quien lleva los pantalones, pero “soy yo quien se los bajo (…) a mi novio le hace gracias que los demás puedan ver, pero no tocar”. “Cuando una pareja lleva estos años de noviazgo es normal que vaya pensando en casarse y tener hijos. Nuestra relación está muy consolidada”, ha llegado a afirmar el heredero de la baronesa, quien en su día le regaló a su prometida un caprichito: un Porsche de color rojo, que se unía a otros caprichos más diarios como son el champán francés de marca junto a latas de caviar iraní.

Tita Cervera. 

A pesar de que la pareja le dio dos nietos, la relación durante años entre Carmen Thyssen y su hijo y nuera pasó por situaciones dignas de un astracán. Llegó a exigir pruebas de paternidad de sus nietos y cruzó con ellos desagradables declaraciones en las revistas. La aristócrata llegó a ser timada por unos personajillos que la ofrecieron un vídeo que supuestamente acabaría con la reputación de Blanca. Por su puesto, esa grabación no existía.

Uno de los episodios más inquietantes para los que temen que pueda haber alguna repercusión en el futuro de la colección Thyssen (totalmente blindada por ser propiedad del Estado español) lo protagonizaron Borja y Blanca el día que se presentaron en el museo, en mayo de este año, para llevarse dos obras que colgaban junto a la colección Carmen Thyssen, prestada temporalmente por la baronesa al museo: El bautismo de Cristo, de Giaquinto, y Una mujer y dos niños junto a una fuente, de Goya, valorados en unos siete millones de euros.

La seguridad del museo invitó a la pareja a abandonar el edificio y el patronato acordó que las telas no saldrían del museo. Los abogados de Borja llevaron la reclamación a los tribunales y el tema sigue pendiente de resolución. Para la baronesa no hay caso. "Podría dejárselos en herencia si yo quisiera porque, a sugerencia mía, Heini los compró los días de su bautizo en Nueva York. Él no tiene ningún documento que acredite esa propiedad. No se entera. Ya veremos qué hago".

El matrimonio Thyssen-Cuesta con el Ministro de Cultura José Guirao y la viuda de Balthus en la inauguración de una exposición/ Bernardo Paz. 

Sin embargo, desde hace unos años, coincidiendo con el cerco de Hacienda. Los Thyssen-Cuesta se muestran más unidos que nunca. Se necesitan y, sobre todo, buscan proteger a toda costa el inmenso patrimonio que atesoran, sabedores de que dividir los dejaría mucho más débiles.

No es el primer desencuentro que se soluciona cuando aparece un enemigo común. Los últimos años de vida de Heine Thyssen por el conocido Asunto Tornuaboni que enfrentó al fallecido aristócrata y a Tira contra George y Francesca Thyssen, hijos de su primer y tercer matrimonio respectivamente. Tita y Francesca se dedicaron palabras poco amables en la prensa internacional. Sin embargo, decidieron hacer las paces ante el temor de que su guerra judicial sacara a luz informaciones poco favorecedoras para ellos. Sellaron la paz en el llamado Pacto de Basilea, en honor a la ciudad suiza donde se reunieron.

Por su parte, Francesca, antes mortal enemiga de Tita y Borja, les ha dado su apoyo. Tanto es así que ahora, la hija del Barón, llevó al museo Thyssen de Madrid la exposición Más Que Humanas a cuya apertura asistió el matrimonio Thyssen-Cuesta. Una saga marcada por el dinero, el arte, los escándalos y las batallas contra Hacienda.

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