29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Pablo, un exmiembro de esta organización religiosa, cuenta que "los integrantes están adoctrinados" y "tienen prohibido contrastar información"

Los Testigos de Jehová usan la guerra de Ucrania para captar adeptos: "Así inculcan el miedo"

Testigos de Jehová, esperando a refugiados ucranianos.
Testigos de Jehová, esperando a refugiados ucranianos.
Los Testigos de Jehová están tratando de aprovecharse del miedo de la gente ante la situación de la guerra en Ucrania para sembrar la histeria colectiva y, así, captar adeptos. Elcierredigital.com ha hablado con Pablo, un exmiembro de esta confesión que fue expulsado hace siete años, y con Margarita Barranco, una psicóloga clínica con amplia experiencia con afectados por sectas. Los Testigos de Jehová aprovechan, según los entrevistados, cada suceso trágico para justificar el fin del mundo.

La invasión rusa a Ucrania no deja de causar estragos alrededor del mundo. Subida de precios, sanciones internacionales al país de Putin pero, sobre todo, miedo. El miedo se ha apoderado de un mundo que teme que esta situación desemboque en una tercera Guerra Mundial, algo de lo que algunos intentan beneficiarse.

“Es su modus operandi, siempre lo hacen”, cuenta Pablo, quien hasta hace seis años vivía en un entorno de Testigos de Jehová del que él mismo formaba parte y del cual fue expulsado. Los Testigos de Jehová están aprovechando la guerra en Ucrania para asustar y sembrar la histeria colectiva con sus profecías bíblicas que “anuncian” el fin del mundo.

Por su parte, la psicóloga Margarita Barranco cuenta que “entra dentro de su funcionamiento” y que buscan “anticipar que va a llegar la Guerra Mundial y que el mundo se va a ir al traste”. Barranco asegura, además, que “es la manera de inculcar el miedo y decir que solamente los que están con ellos se salvarán”.

El miedo, su modus operandi

“He estado 45 años ahí metido, porque nací ahí, y no tuve ninguna oportunidad de contrastar lo que eran los Testigos de Jehová desde fuera. Por circunstancias de mi vida, a los 45 años todo explotó y me di cuenta de que estaba dentro de una secta”, explica Pablo, de 52 años.

Según el hombre, que fue expulsado de la congregación hace ya siete años, no es la primera vez que hacen esto: “Lo hacen cada vez que hay una mala noticia como la Guerra del Golfo, las Torres Gemelas, la pandemia de coronavirus… y ahora la invasión rusa a Ucrania. Transmiten una conexión totalmente inventada de que esto es cumplimento de profecía”.

La psicóloga Margarita Barranco corrobora lo que cuenta Pablo y asegura que “aprovechan cualquier circunstancia externa para justificar que el mundo se acabará, lo llevan haciendo desde hace siglos. Intentan captar a gente para que puedan salvarse de esta situación”.

La psicóloga Margarita Barranco. /Imagen por: Oriol Duran

“Por lo que escucho de algunos compañeros, sé que la psicosis es tremenda”, asegura Pablo, y explica que “llevan varios años identificando una figura mitológica del Libro de Daniel, el ‘Rey del Norte’, con Rusia”. El hombre, que afirma que esta relación no tiene ningún tipo de justificación ni base bíblica, cuenta que “como ellos dicen que es así, en cuanto Rusia hace algo, ya se considera como prueba”.

“Tengo una amiga que también fue expulsada y sus padres le hicieron la vida imposible. Pues ahora ellos mismos no paran de enviarle mensajes diciéndole que vuelva a Jehová, que llega el fin… Intentando salvarla, porque desde el punto de vista del fanático, todo el que no sea testigo de Jehová va a morir porque Dios lo va a asesinar en el Armagedón, que es como ellos llaman a la culminación del fin”, cuenta Pablo.

Los Testigos de Jehová, ¿una religión?

“Los adeptos están adoctrinados al cien por cien. Todo lo que piensan y todo lo que ven lo analizan desde el punto de vista de sus publicaciones. Además, tienen prohibido contrastar la información de modo que, en sus reuniones, los mensajes son: que este es el tiempo del fin, que cada cosa que pasa es cumplimento de profecía y que tienen que ser obedientes al Cuerpo Gobernante”, que es el consejo directivo de los Testigos de Jehová.

“Es una secta milerista, es decir, que sigue los pasos de un tal William Miller, un predicador del siglo XIX que empezó a anunciar el fin del mundo en base a unos cálculos sacados de la manga a partir de versículos de la Biblia”, explica Pablo. “Anunciaban que el tiempo del fin había empezado en 1799. Luego han ido retrasando esta fecha”, expone, y asegura que, “en realidad, es una multinacional que tiene varios miles de millones de dólares acumulados en base a donaciones y chanchullos inmobiliarios”.

“Cuando una persona nueva llega al lugar de culto, un salón del reino, todo el mundo le da una bienvenida alucinante. Entonces, esa persona siente lo que se llama ‘love bombing’, que es una explosión de amor que está totalmente preparada para que las personas bajen sus defensas. Después, se encarga a algún miembro de la congregación que se interese por ti, te llame… Y así, poco a poco, te enganchan”, asegura Pablo, quien ha podido observar las técnicas de los Testigos de Jehová para captar nuevos adeptos.

Él, que formó parte de los Testigos de Jehová, está convencido de que los miembros “están completamente asustados y siguiendo todas las directrices que les mande el Cuerpo Gobernante, porque de eso depende que se salven o no”, porque “es un culto basado en el miedo y en el control mental”. “Controlan tu comportamiento, tus sentimientos, toda tu vida, y además te la fiscalizan, porque tienen grupos de comités judiciales”, asegura, y cuenta que “los miembros tienen que ser espías unos con otros y comentarles a los ancianos si alguien ha cometido algún pecado. Es una persecución constante”.

Asociación Española de víctimas de los Testigos de Jehová

“Mi familia no me habla. Hay más de 100 testigos de Jehová en mi familia y a mí me dan por muerto por haber dejado la religión”, cuenta Pablo, quien fue expulsado hace años. “En España hay unos 110.000 testigos de Jehová según las cifras que ellos mismos ofrecen, que no son demasiado fiables. Aun así, si fuera verdad que hay 110.000, puedo asegurar que hay otros tantos expulsados”, asegura. 

“Se expulsa a alguien por haber contravenido cualquiera de los cientos de reglas que ellos tienen escritas en un libro que, además, no es de acceso público, sino que solamente lo tiene la élite, los ancianos”. Pablo explica que “ser expulsado es ser condenado a muerte social” y que en la congregación dan instrucciones a las familias para que no tengan ningún contacto con los expulsados: “Les ponen la vacuna, así se aseguran de que no conocen nada de los ‘mundanos’, que es como llaman a quienes no pertenecen a los Testigos de Jehová”. 

La psicóloga Margarita Barranco ha trabajado en numerosas ocasiones con víctimas de sectas y familias afectadas por las mismas, y asegura que “ser expulsado es que ya no eres bienvenido por nadie de dentro del grupo” y, en el caso de que la familia también forme parte del grupo, “ellos se quedan dentro, y tú estás fuera, lo que implica que tienes que rehacer tu vida o entrar en redimirte, pedir perdón y que te afecte la culpa de lo que has hecho”.

Imagen de la web de la Asociación Española de víctimas de los Testigos de Jehová.

Pablo forma parte de la Asociación Española de víctimas de los Testigos de Jehová, una asociación que, pese a ser “relativamente pequeña”, ha sido denunciada por la Watchtower, la organización dirigida por los líderes de la congregación: “Nos han demandado por su honor, porque dicen que lo que decimos en nuestra página web y nuestras redes sociales es mentira, que ellos no causan víctimas”.

Sin embargo, Pablo, que vivió 45 años en el seno de una familia de Testigos de Jehová, asegura que “la gente que ha vivido esa vida, por más o menos años, dependiendo del grado de fanatismo o involucración con el grupo, sale destrozada emocionalmente”. Es por eso que una de las grandes labores de esta asociación es la de acompañar a las víctimas que, como el resto de miembros, llegan a sentirse completamente desahuciadas.

Otra de sus labores “es la de concienciar y alertar a la gente para que tengan mucho cuidado, porque tienen un proselitismo muy agresivo y, en cuanto alguien tiene una situación delicada o está débil emocionalmente, ellos lo captan y le prometen un futuro eterno sin enfermedades, guerras, e incluso que van a volver a ver a sus seres queridos fallecidos”, cuenta.

Pablo se pregunta, además, cómo esta confesión puede gozar de la situación que tiene en España: “A nosotros nos parece muy sorprendente que en España se permita que una secta de control mental campe a sus anchas y además tenga un estatus de notorio arraigo por parte del país”. Los Testigos de Jehová llevan inscritos en el registro de entidades religiosas desde 1970 y se les reconoció notorio arraigo en el 2003.

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