25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El consistorio de Almeida tacha el proyecto de innecesario, mientras los promotores aseguran que no ha revisado ni recibido a los ejecutores del mismo

El buda de 40 metros de Manuela Carmena quiere quedarse en España a pesar de Almeida y el Partido Popular

El proyecto incluía un buda de 40 metros de altura
El proyecto incluía un buda de 40 metros de altura
El cambio de gobierno municipal y las campañas electorales han convertido en polémicos muchos proyectos considerados como beneficiosos. Las acusaciones cruzadas han derribado, por ejemplo, la construcción de un templo budista en Madrid. El recinto religioso incluía el llamado “Buda de Carmena”, una estatua de 40 metros de altura que resguardaría piezas de importancia para la religión budista para ser un supuesto enlace con Asia. El nuevo consistorio del PP en Madrid ha decidido no seguirlo.

En el mes de septiembre, José Luis Martínez Almeida, alcalde de Madrid, aseguró que el proyecto sería eliminado, ya que “Madrid no lo necesita”. En su declaración, el primer edil descartó el proyecto iniciado por su predecesora que pretendía ceder un espacio de 5.000 metros cuadrados propiedad del consistorio para la construcción del templo y jardines con fines religiosos.

Ahora, el proyecto se disputa entre dos ciudades de España, ya que los promotores, se niegan a abandonar un acercamiento entre España y los países asiáticos. Jose Manuel Vilanova, presidente de la Fundación Lumbini Garden, una organización dedicada a la promoción de la cultura asiática en Madrid, ha explicado a elcierredigital.com que el proyecto buscaba acercar comercialmente Madrid y la marca de ciudad a los mercados asiáticos.

Vilanova ha explicado que ya hay dos consistorios importantes que están negociando con la fundación y las autoridades de Lumbini, la ciudad natal de buda. El empresario ha afirmado que “es un tema político”, ya que considera que el alcalde de Madrid concurrió en inexactitudes en su declaración y que ha empañado el proyecto de tinte electoral cuando realmente solo tenía intereses económicos para empresas españolas y el ayuntamiento.

Promotores del proyecto y autoridades de Lumbini en el IFEMA.

Una forma de demostrar que el problema no es el proyecto, son las ciudades españolas que quieren recibir la iniciativa. Aunque la fundación prefiere mantener las ciudades en secreto, si trascendió que una es gobernada por el Partido Popular y otra por el PSOE, por lo que podría tratarse de Sevilla, Zaragoza o Málaga.

La pérdida de este proyecto supondría perdidas millonarias para los empresarios madrileños, así como la posibilidad de recibir 5 millones de turistas anuales, según cálculos de los promotores del proyecto.

“De los 700 millones de budistas, una parte importante peregrinan hacia lugares santos”, asegura Vilanova, que añade que “habíamos acordado con varios países traer reliquias de buda al templo que se construiría en Madrid, por lo que perdemos una gran oportunidad”.

Va de lazos, no de inmuebles

El proyecto que costaría 30 millones de euros sería financiado puramente por capital privado o por representaciones diplomáticas de países asiáticos. El proyecto intentó ser explicado por el consistorio de Lumbini y por los empresarios, pero el consistorio no contestó las solicitudes de reunión y se limitó a concluir la iniciativa.

Entre las justificaciones para finalizar el proyecto se encuentran la supuesta construcción de espacios deportivos en los terrenos en cuestión, no obstante, Vilanova rechaza la afirmación, ya que asegura que los terrenos con estos fines no están en el proyecto.

Lumbini es una ciudad hermanada con Madrid.

Pie de la foto

Según explica el empresario, el proyecto va de “lazos entre Madrid y Asia”. “La mayoría del mercado crece y se mueve en Asia y nuestra idea es llevar la marca Madrid, que está bien posicionada en América al oriente” explica Vilanova, que agrega que “el proyecto permitiría promover empresas de Madrid en países de mayoría budista, que verían este templo como un gesto para acercarse a la ciudad”.

En la planificación, Madrid no sería la única ciudad intervenida. Lumbini pretendía construir en un espacio de 2,5 hectáreas la “Casa de Madrid”. Finalmente, los promotores visualizaban el proyecto no como una forma de obtener beneficios inmuebles, sino como la puerta a entablar nuevos lazos con Asia.

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