29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

El pasado mes de abril, la Policía Nacional desmanteló el primer taller ilegal de creación de este tipo de artefactos en España

Armas fabricadas con impresoras 3D, la nueva amenaza mundial

Arma funcional creada por una impresora 3D.
Arma funcional creada por una impresora 3D.
La proliferación de armas creadas mediante impresoras 3D se ha convertido en una amenaza real para las autoridades de todo el mundo. Debido a la facilidad con la que se pueden obtener este tipo de máquinas y los planos para la fabricación de armas de fuego, cualquier persona puede crear y traficar con estos artefactos sin salir de su casa. De hecho, el pasado mes de abril se produjo en Tenerife la primera operación contra un taller de impresión de armas que se saldó con un detenido.

En el año 2013, Cody Wilson, un joven estudiante de derecho estadounidense decidió colgar en Internet los planos de la pistola semiautomática que fabricó en su propia casa con una impresora 3D con el objetivo de que cualquier persona tuviera acceso a ellos de forma gratuita. Desde ese momento, todo aquel ciudadano que tenga acceso a una impresora 3D, es capaz de elaborar sin muchas dificultades un arma de fuego completamente funcional.

Este suceso dio pie a los agentes de la autoridad de todo el mundo, incluidos los de nuestro país, a prepararse para combatir este tipo de actividades que ponen al alcance de cualquier persona la creación de un arma, incrementándose exponencialmente el riesgo de que aumente su tráfico ilegal.

Tal y como explicó en Televisión Española Fernando Iglesias, jefe de Seguridad y Protección de Aduanas, existen tres factores por los que estas armas son una amenaza real. En primer lugar, son indetectables para los rayos X de cualquier escáner por lo que, al contrario que las pistolas convencionales, resulta muy sencillo pasar estos controles de seguridad. Además, no cuentan con un número de serie, por lo que resulta imposible mantener un control de cuántas existen en el mundo y, en tercer lugar, debido a que pueden ser fabricadas por cualquier persona, existe un riesgo de explosión al ser usadas.

Ejemplo de una pistola creada mediante impresión 3D.

Pese a que los planos de Cody Wilson fueron prohibidos en casi todo el mundo, todavía pueden encontrarse en los lugares más oscuros de Internet. Por otra parte, el acceso a impresoras 3D es muy sencillo y cada día son más cuantiosos los planos con instrucciones para crear armas que surgen en la web.

La amenaza que este tipo de armas supone para nuestro país se convirtió el pasado mes de abril en una realidad. Agentes de la Policía Nacional desmantelaron en Tenerife el primer taller ilegal de fabricación de armas 3D de España. En esta operación, se detuvo a una persona que montaba las piezas fabricadas mediante este tipo de impresión produciendo armas de fuego.

Cuando las autoridades registraron el taller del detenido, encontraron dos impresoras 3D, once bobinas con el filamento que utilizan este tipo de máquinas para crear sus productos y una gran cantidad de dispositivos informáticos con los que se controlaban las impresoras. Además de las herramientas, la Policía se incautó de numerosas piezas ya creadas por las impresoras que se encontraban listas para su ensamblaje como armas de fuego.

Armas encontradas durante el registro policial.

Gracias a la rápida intervención de los agentes, se logró evitar el riesgo de que tuviera lugar en nuestro país un suceso similar al que ocurrió en Halle (Alemania) en el año 2019, cuando, un supremacista alemán que construyó cinco armas gracias a una impresora 3D acabó con la vida de dos personas en un ataque a una sinagoga.

En cuanto a las penas a las que deberán enfrentarse las personas que fabriquen este tipo de armas en nuestro país, el Código Penal establece que si se incumple la ley que dicta que la producción, el comercio, la tenencia y el uso de armas es competencia exclusiva del Estado, se deberá cumplir una pena de prisión de cinco a diez años. Además, los ciudadanos que tengan este tipo de armas sin licencia pueden ser condenados hasta a dos años de cárcel.

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