Denuncian la no emisión de certificados médicos a la tripulación por un error de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea del Ministerio de Transportes
Jaque a la aviación española en plenas vacaciones: Un fallo de una app del Gobierno produce el caos

La gubernamental Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente del Ministerio de Transportes que comanda Raquel Sánchez, está removiendo los cimientos de la aviación española ya que ha lanzado una aplicación ineficiente que está destinada a gestionar los certificados médicos de la tripulación de cabina en la aviación autóctona.
La app, de nombre Sigma2 (que no guarda relación alguna con la afamada casa de encuestas), presentó múltiples problemas desde que se presentó el pasado 31 de julio, tal y como denuncia la Sociedad Española de Medicina Aeroespacial.
Este "fallo garrafal", señalan fuentes del sector, "implicó que de los 237 primeros certificados aeromédicos que se intentaron subir a la aplicación entre el 31 de julio y el 11 de agosto, 234 no pudieran ser registrados y los 3 restantes, que sí se aceptaron, no fueran considerados como válidos por el gestor".
El problema llegó a tal grado, tal y como ha contado el medio temático Aviación Digital, que AESA ha pedido a los médicos examinadores que eviten emitir certificados médicos en la app y que, en su lugar, "envíen todos los expedientes médicos pendientes de certificación" a su división médica "a través de la Sede Electrónica".
Los certificados
Fuentes médicas explican a Elcierredigital.com que estos certificados médicos son obligatorios para los pilotos y azafatas con licencia española que vuelan por todo el mundo, siendo una especie de "revisión médica similar a la que se realiza con el carnet de conducir automóviles".
El momento de la revisión de los miembros de tripulación de cabina depende de la edad de los trabajadores en cuestión y del tipo de licencia, aunque todos los periodos de renovación oscilan entre el año y los cinco años.
El sector aéreo "desquiciado"
Al principio, el Ministerio de Transportes responsabilizó a los médicos de los problemas para subir el resultado de las pruebas médicas y los certificados, pero finalmente se ha evidenciado que el problema técnico es el culpable de que no se estén subiendo renovaciones de los certificados médicos.
¿La alternativa? Fuentes médicas explican que algunos pilotos y azafatas que se están realizando las revisiones en el extranjero y otros están pidiendo a los médicos que no suban los resultados a la app, sino que los envíen directamente al Ministerio de Transportes por la 'Ventana única digital'.
En el sector, señalan, están "desquiciados" mientras en Transportes se ven desbordados por el aluvión de pruebas médicas enviadas por un método alternativo al habitual.
Silencio desde la Agencia Estatal de Seguridad Aérea
AESA guarda silencio sobre esta polémica y al cierre de esta edición no ha atendido al requerimiento de este periódico. Este organismo gubernamental está dirigido desde el pasado año por Monsterrat Mestres, exdirectiva de AENA, que vino a relevar a Isabel Maestre, al frente de la Agencia desde su fundación en 2008.
Mestres en AENA, destacaban desde La Moncloa, "había conseguido mantener una operación segura en todo momento, tanto desde el punto de vista sanitario como de safety, adecuando las instalaciones a una demanda muy variante".
Pero en AESA, 83,7 millones de euros de presupuesto en 2023 y algo más de 400 empleados a su cargo, poco ha tardado en levantar una polémica que ha provocado el enfado de algunas voces del sector de los transportes.
Enfado
Carlos Velasco Díaz, presidente de la Sociedad Española de Medicina Aeroespacial (SEMA), remitió una carta de protesta el pasado 8 de agosto a la División de Licencias al Personal Aeronáutico y a la División de Medicina Aeronáutica.
En la misiva muestra su "preocupación e intenso malestar derivados de los significativos fallos que se están detectando en la implementación de la nueva aplicación informática para la gestión de certificados médicos Sigma2".
El acceso a la aplicación, que iba a implementarse el 28 de julio, comenzó finalmente a funcionar el miércoles 2 de agosto, según Velasco Díaz "presentando un sinfín de problemas técnicos que" estaban afectando "a la emisión de certificados médicos aeronáuticos".

Cabina de vuelo en un avión.
La Junta Directiva de la SEMA se puso en contacto con la Jefatura de la División de Medicina Aeronáutica de AESA, pero según Velasco Díaz "lamentablemente, tras varios días desde el inicio de los contactos no se han apreciado avances significativos en la resolución de los mismos".
Fallos
El directivo señaló que la app no permitía "completar, editar o emitir el certificado de los expedientes iniciados en la aplicación antigua" o ni siquiera "firmar el documento de solicitud de los expedientes iniciales".
La aplicación, denunciaba, aplicaba "anotaciones en los valores de laboratorio que no se ajustan a los valores de referencia del laboratorio de emisión, sin posibilidad de corrección por el médico examinador".
Y explicaba que "la obligatoriedad de introducir datos exploratorios innecesarios y no evaluados para el tipo de certificación realizada (audiometrías, test avanzados de visión cromática), suponen un problema legal". El problema, señalaba, estaba "generando incertidumbre entre los médicos examinadores aéreos, que afecta nuestra capacidad para planificar y brindar un servicio fiable a la comunidad aeronáutica".
Más de tres semanas de polémica
El 11 de agosto el directivo se ponía en contacto con la directora de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, Montserrat Mestres, para explicarle el problema: "Estos problemas no han mejorado en los 9 días de incidencias desde que entró en funcionamiento la aplicación, pese al envío de centenares de incidencias informáticas".
Esto, aseguraba, denotaba, "la escasa utilidad del sistema de notificación de incidencias informáticas actual al enfrentarse a una situación excepcional como en la que nos encontramos".
Sea como fuere, esta polémica lleva arrastrándose desde hace más de tres semanas en el mundo de la aviación y en Transportes, señalan fuentes del sector, "parecen más preocupados en que el asunto no trascienda a los medios generalistas que en solventar el fallo técnico".