20 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El Ejecutivo incrementa en 57 millones de euros las campañas institucionales y ya supera el dinero destinado por Mariano Rajoy para la misma partida

Pedro Sánchez inyectará 240 millones en publicidad en la Prensa: Lo mismo que construir dos hospitales como el Zendal

Exclusiva El presidente Pedro Sánchez.
El presidente Pedro Sánchez.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha elevado su plan Plan de Publicidad y Comunicación Institucional en el año 2021 en 57 millones de euros, hasta los de 123,38 millones. Este presupuesto debe unirse a otros 120 millones de euros más en campañas institucionales previstas. En total, algo más de 240 millones de euros para la Prensa, como si se construyesen dos hospitales Zendal, pero sin poner una sola piedra.

El arma electoral que manejan Pedro Sánchez e Iván Redondo es imbatible y sus límites son amplios: La publicidad institucional. La inversión total prevista en materia de publicidad y comunicación institucional para 2021 es de 123,38 millones de euros, 57,32 millones más que lo planificado en el último Plan de Publicidad y Comunicación Institucional en el año 2020, lo que supone un incremento del 86,77%. Esto ocurre cuando los socios del Gobierno, PSOE y Podemos, en la campaña electoral madrileña cuestionan la falta de inversiones en materia sanitaria y, a la vez, juzgan despilfarro destinar 150 millones para construir el Zendal. Pero el Gobierno se gastará el equivalente a dos hospitales como el Zendal en humo publicitario: Más de 240 millones de euros.

Porque a los 123 millones de la publicidad institucional hay que sumar otros 120 millones de euros de campañas comerciales publicitarias de los diferentes organismos públicos. Este año se llevarán a cabo 41 campañas, con una inversión total de 120.122.557 euros. Se realizarán, por lo tanto, diez campañas menos que las previstas en el Plan 2020, disminuyendo el presupuesto previsto para las campañas de ámbito comercial en 15.341.578 euros respecto al año 2020 (-11,33%). Significativamente, la parte que más crece es la publicidad institucional (86,7%), es decir, aquella que tiene un marcado fin político o propagandístico.

Pero el nombre poco importa, publicidad institucional o comercial, cuando se inyecta en las depauperadas arcas de los medios de comunicación. Es maná llovido del cielo para la Prensa española, que se enfrenta a una de sus peores crisis también.

La finalidad declarada de tales gastos se enmarca en la clara propaganda: “El objetivo más buscado durante el año 2021 en cuanto al número de campañas y el total de la inversión presupuestada será el de comunicar programas y actuaciones públicas de relevancia e interés social con un 45,83% respecto al número total de campañas y 57,65% respecto de la inversión total que se prevé”, proclama el plan publicitario del Gobierno.

Pedro Sánchez rodeado de micrófonos.

 Es decir, el Gobierno de España gasta 123 millones de dinero público en explicar a los gobernados en qué asuntos de relevancia ocupa su tiempo mientras grandes y pequeñas empresas buscan ayudas bajo las piedras para evitar cierres o despidos. El gobierno de Sánchez parece creer que la Prensa no da noticia diaria de lo que hace con carácter relevante e interés social. Necesita leerlo como anuncio. En cuanto a la distribución de las herramientas de comunicación, internet será, como en el año 2020, el medio más utilizado seguido, por este orden, de Prensa, radio, televisión, soportes exteriores y revistas.

El exvicepresidente Pablo Iglesias antes de enfundarse el jersey con el que ahora hace campaña mientras ingresa una pensión de 5.300 euros mensuales, dejó un buen legado de campañas institucionales a su sucesora en el Ministerio: 5,9 millones de euros de publicidad institucional para 2021, un 28% más que el año anterior. Su pareja, Irene Montero, no se queda atrás en el ministerio de Igualdad: 13,8 millones de euros, un 164% más que el año anterior. Pero un tercer ministro de Podemos les supera, ya que Alberto Garzón, desde Consumo, dispara el gasto publicitario un 1.196%, hasta alcanzar los dos millones de euros. El año pasado, apenas 160.000 euros. Algo parecido le pasa al ministro de Ciencia, Pedro Duque, que eleva astronómicamente su gasto en publicidad: Un 1.714%, aunque el montante final es escaso, 834.870 euros.

Pero la palma de un Gobierno que se resistía a bajar el IVA de las mascarillas se la lleva precisamente la ministra de Hacienda, María Jesús Montero: Eleva un 10.336,67% su gasto publicitario, que pasa de 90.000 euros a 9,4 millones de euros, más otros 78 millones de euros de campañas comerciales de sus organismos dependientes. Esta suma se repartirá mientras la Prensa afronta el escándalo de rescates como el de Plus Ultra.

El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, sabiamente ha elevado un 187% su presupuesto publicitario (2,2 millones de euros), sin contar con los anuncios comerciales de sus diversos organismos (18,5 millones de euros). Entre los que han triplicado su techo publicitario se insertan los titulares de Cultura y Universidades. En este contexto de costoso subidón propagandístico destaca la austeridad de los ministerios que han bajado su gasto publicitario institucional: Presidencia, Justicia y Trabajo.

Las cifras finales se intentan maquillar con comparativas hábilmente escogidas. “La inversión publicitaria total prevista (campañas institucionales más comerciales) de la Administración General del Estado aumenta un 20,83% en el año 2021 con respecto al año 2020. La reducción del conjunto de inversión publicitaria de la AGE es del 33,90% en el presente año 2021 con respecto a las cantidades totales recogidas en el Plan 2007”. Es decir, el Gobierno de Rodríguez Zapatero gastaba un 33% más en 2007.

Pero cuando llegó Sánchez al poder sacó pecho por el Plan de Publicidad y Comunicación Institucional 2019, que preveía una inversión de 62,85 millones de euros dividida en 118 campañas institucionales. Esa cifra suponía un recorte del 13% en el dinero destinado a la publicidad, que en el último año de Mariano Rajoy ascendió a 71,5 millones de euros repartidos en 102 campañas.

Ahora Sánchez ya no desea recortar los gastos publicitarios institucionales de Rajoy. Prefiere doblar los suyos, de 62,8 millones en 2019 a 123 millones en 2021. Es una inversión muy útil electoralmente que no le cuesta un euro a los partidos que la rentabilizan, como denunciaba el propio PSOE años atrás.

Esto es lo que se llegó a publicar antes de la llegada del PSOE al Gobierno: “El PP usó profusamente el dinero de nuestros impuestos para beneficiar, de forma desproporcionada y arbitraria, a medios que defienden su modelo. Corrupción incluida, se diría. Las contrapartidas a estas subvenciones tienen una decisiva influencia sobre la sociedad. Hurtar o manipular noticias priva a los ciudadanos del derecho a la información y fomenta creencias erróneas”.

Pero el PSOE fue incluso más lejos y lo denunció en el Parlamento: “El escándalo de cómo ha repartido Ana Mato la publicidad institucional de la única campaña contra Violencia de Género, premiando a los medios más fieles al Gobierno pese a ser los que menos audiencia tienen, ha llevado al Grupo Parlamentario Socialista a emprender una batería de medidas en aras de la transparencia. Los socialistas han presentado una enmienda a la cacareada Ley de Transparencia del Ejecutivo de Mariano Rajoy para que sea obligatoria publicar la información relativa a las campañas de publicidad institucional”. 

Sigue sin conocerse qué dinero factura exactamente cada medio por publicidad institucional. Sólo que lloverán 240 millones de euros este año.

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