28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Fernando Osuna sostiene que el funcionario, de 48 años y sin patologías, sufrió antes de su fallecimiento gran estrés por la situación que vivía

La familia de un policía demanda al Estado para que declare acto de servicio su muerte por infarto en los disturbios de Melilla

Agentes de Policía Nacional.
Agentes de Policía Nacional.
El Ministerio del Interior ha negado la pensión extraordinaria por acto de servicio que solicitaba la viuda de un policía sevillano de 48 años que falleció en su horario de descanso después de una larga jornada de trabajo haciendo frente a las revueltas que entonces se vivían en Melilla. La familia del agente ha demandado al Estado pues sostienen que el hombre, de 48 años y sin patologías, sufrió un infarto por el estrés al que estaba sometido en su trabajo.

La familia de un policía sevillano ha demandado al Estado para que declare acto de servicio su muerte por infarto. El hombre, de 48 años, casado y con dos hijos mayores de edad, falleció mientras dormía, por ello el Ministerio del Interior ha negado la pensión extraordinaria que solicitaba su viuda. 

Sin embargo, tal y como explica el abogado Fernando Osuna, el policía, que en el momento en el que se produjo su muerte se había retirado a descansar, no se encontraba bien y estaba especialmente fatigado y muy tenso después de una jornada completa de trabajo tras varios días de revueltas.

Y es que el hombre fallecido formaba parte del personal operativo de la Unidad de Intervención Policial y se encontraba desplazado en Melilla por las graves alteraciones de orden público que en aquellos días se vivían en la ciudad. En concreto, se estaban produciendo saltos masivos de la valla fronteriza por extranjeros que trataban de acceder ilegalmente a España y actos violentos de grupos organizados en el interior de la ciudad. 

Los agentes tuvieron que montar un dispositivo policial integrado en el llamado "Plan de Concentración", en función del cual todo el personal de la citada Unidad debía permanecer en alerta, localizado y dispuesto para intervenir en cualquier momento, de día o de noche, para repeler los previsibles disturbios que podían surgir en la zona del barrio conocido como La Cañada de Hidum. Por ello, los agentes de la Unidad permanecieron en situación de alerta extrema, por lo que no disponían de los descansos adecuados, puesto que en cualquier momento podían ser requeridos por la superioridad. 

El abogado Fernando Osuna. 

Así estuvieron la práctica totalidad de los cuatro días que duró la comisión de servicio en Melilla. Además de montar un dispositivo especial en la frontera española de Melilla con Marruecos para impedir la inmigración ilegal procedente del área subsahariana del continente africano, tenían que alternarse en el servicio en funciones de Orden Público ante posibles altercados. 

Todo ello, tal y como expone Fernando Osuna, "suponía intervenciones policiales de alto riesgo que están dentro de los cometidos especiales de la Unidad a la que pertenecían, como sus agentes conocían perfectamente, pero eso no quita que tal situación reporte alto grado de estrés laboral en los agentes que forman parte de la misma". 

Influencia del estrés laboral 

La viuda del agente fallecido sostiene que la muerte de su marido responde, entre otras razones, a la "carga de trabajo realizada en alerta máxima, sin horarios y turnos fijos para hacer frente a las avalanchas y desordenes públicos que se estaban registrando en la Ciudad de Melilla, con un altísimo grado de estrés laboral".

En este sentido, señala que la influencia del estrés laboral en los accidentes cardiovasculares  "es sobradamente conocida en la literatura médica" y que el infarto agudo de miocardio "tiene una serie de factores considerados de riesgo cardiovascular, ya que realizaba un trabajo con riesgo, estresante, sin horarios, ya que estaba en una misión fuera de su domicilio". Hay que hacer constar que el estado de salud del policía era bueno y no presentaba ninguna enfermedad cardíaca previa, ni factor especial de riesgo.

Según los expertos, el estrés provoca episodios de angina de pecho, trastornos del ritmo cardíaco e insuficiencia cardiaca, pudiendo precipitar un ictus o un ataque cardíaco, igual que las personas que desarrollan dos trabajos con jornadas prolongadas tienen un mayor riesgo de ataque cardíaco, incluso a menor edad. La incidencia del estrés en el trabajo sobre el desarrollo de enfermedad cerebro-vascular es muy importante, llegando a la conclusión de que en el mismo trabajo, la persona que trabaja con mayor presión temporal y con problemas frecuentes en el puesto de trabajo, sufre un riesgo significativamente superior.

En opinión de Fernando Osuna, para su viuda también debería tenerse en cuenta que su marido se encontraba en misión, es decir que se desplazó a un lugar diferente del habitual para trabajar en una actividad encomendada por la empresa. "Debe extenderse la protección proporcionada por la empresa, pues los servicios y las circunstancias impiden al trabajador el regreso al domicilio y excluyen la necesidad de reintegrarse al lugar de reanudación de las tareas profesionales, porque tal lugar no es abandonado al concluir. No hay ruptura del nexo causal entre al daño soportado y la situación laboral" expone.

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