28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

En septiembre de 2015 falleció el jerezano en medio de los escándalos judiciales de Nueva Rumasa y tras su óbito empezaron las guerras entre sus hijos

La verdad de Ruiz Mateos (y XIII): La muerte del empresario deja indefensos a miles de acreedores

José María Ruiz Mateos.
José María Ruiz Mateos.
El final de la vida de José María Ruiz Mateos estuvo a la par de lo que fue su existencia, rodeado de polémica. En septiembre de 2015 fallecía el empresario a los 84 años, dos meses después de volver a prisión por los escándalos de Nueva Rumasa que ya acosaban tanto al jerezano como a sus hijos varones. Begoña Ruiz Mateos fue la única de las seis hijas del fundador de Rumasa que no renunció a su herencia y se enfrentó a sus hermanos varones acusándoles de los escándalos de Nueva Rumasa.

José María Ruiz-Mateos falleció a los 84 años en septiembre de 2015. Hay que recordar que solo un par de meses antes de fallecer fue detenido por no presentarse ante el juzgado mallorquín, lo que obligó a su ingreso en la cárcel de Soto del Real en junio de 2015. Entonces el empresario se había negado a presentarse ante el juzgado que luego encarceló a sus hijos en Aranjuez.

José María Ruiz-Mateos salió unas horas después de la cárcel para ser ingresado directamente en un hospital, con 84 años, dando lugar a la imagen del empresario jerezano en una silla de ruedas empujada por su abogado, Marcos García Montes, y una cierta indignación en la sociedad española en general y muy en particular en su hija Begoña, que acusó a sus hermanos de no asumir sus responsabilidades y dejar que su padre lo hiciese por ellos. Finalmente, Ruiz- Mateos falleció el 7 de septiembre de 2015.

Los líos de Nueva Rumasa

Ruiz-Mateos y sus hijos fueron imputados por la Audiencia Nacional por Nueva Rumasa, tras emitir pagarés de esta nueva empresa, una operación que afectó a los ahorros de unas 4.500 familias que confiaron en la gestión de los Ruiz-Mateos. Con su fallecimiento se extinguió la responsabilidad penal del patriarca familiar pero no de sus hijos, que están imputados en la Audiencia Nacional por estafa, insolvencia punible y fraude.

Begoña Ruiz Mateos. 

Todo comenzó con la expropiación de Rumasa en 1983. Entonces Ruiz-Mateos quiso repetir la aventura empresarial con un nuevo holding que constituyó en 1990 bajo la denominación de Nueva Rumasa. Una intrincada red societaria con estructuras escondidas en paraísos fiscales que está siendo investigada por la Audiencia Nacional. Entre 2009 y 2010, Nueva Rumasa realizó varias emisiones de pagarés por parte de empresas del grupo que prometían intereses de hasta el 12%. Con ellas obtuvo unos 300 millones de euros de 4.500 inversores.

Aquello fue denunciado como un fraude piramidal y la Audiencia Nacional imputó a los Ruiz-Mateos. Nueva Rumasa se había hecho con el control de empresas de alimentación tan conocidas como Clesa, Dhul, Elgorriaga, Trapa, Quesería Menorquina, Garvey o Carcesa, pero Ruiz-Mateos acabó yendo al preconcurso de acreedores y vendiendo la mayoría de las empresas en 2011 por una cantidad ridícula a una sociedad detrás de la cual estaba Ángel de Cabo, condenado por el vaciamiento patrimonial de Viajes Marsans en connivencia con Gerardo Díaz Ferrán.

Enfrentamiento familiar

Tras la muerte del patriarca, el cisma familiar en el seno de los Ruiz-Mateos continúa siendo hoy casi total. El problema reside ahora en que las seis hijas de Ruiz-Mateos se quedaron en su día colgadas, ya que el empresario valenciano Cabo les reunió tras coger Nueva Rumasa y les dijo a todos: "Aquí sólo hay bocadillos para seis, como os digo sólo seis bocados para repartir".

Un bocado que se quedaron los seis hijos varones, sin repartir nada con sus siete hermanas, según fuentes cercanas a ellas. Así, Begoña, la que más cerca estuvo de su padre en los últimos meses de su existencia, no se habla con el resto de hermanos. Paloma y Nuria viven en Sevilla, Rocío (la persona que llevó siempre la imagen de su padre) intentó irse a  Suiza junto a su marido, y Almudena y Patricia buscaron un nuevo camino de futuro muy incierto.

La herencia

Begoña fue la única heredera que acudió a beneficio de inventario a la apertura del testamento hace cuatro años de José María Ruiz-Mateos y Jiménez de Tejada. La paradoja es que Begoña es la única heredera legal que pidió la apertura del testamento y que se encuentra ahora mismo en libertad. Por tanto, sería actualmente la legítima administradora de la herencia, que a día de hoy permanece oculta.

Adela Montes de Oca. 

El empresario había dejado la legítima a su esposa y el resto a repartir a partes iguales entre sus trece hijos. Pero la sorpresa llegó cuando Begoña acudió al notario para llevar a cabo la puesta en blanco de todas las propiedades, empresas y cuentas de la familia y se encontró que era la única que había acudido. Ante esta inesperada maniobra, los seis hermanos varones tuvieron que acudir también al notario. Pero han pasado casi cuatro años y todavía los varones de la familia no han aportado ni un solo documento a la Notaría. Ahora se encuentran todos en prisión desde el pasado 30 de abril y, por tanto, inhabilitados para ejercer ningún trabajo.

Seis de las hijas de la familia Ruiz-Mateos, Socorro (ya fallecida), Rocío, Patricia, Paloma, Nuria, Almudena,  renunciaron a su parte de la herencia, al igual que Adela Montes de Oca, la hija ilegítima que removió el cielo con la tierra hasta obtener el reconocimiento de paternidad del empresario fallecido y, cuando lo obtuvo, volvió a Estados Unidos sin una queja ni reclamación a sus hermanos, una postura muy extraña para alguien que llegó a exhumar el cadáver de su padre para hacerse un análisis de ADN.

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