20 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Se pide dos años de cárcel y una multa de un millón de euros por vivir en España más de 183 días por lo que no pueden justificar residencia en Andorra

Borja Thyssen y Blanca Cuesta se sientan en el banquillo por delitos contra la Hacienda Pública

Borja Thyssen y Blanca Cuesta.
Borja Thyssen y Blanca Cuesta.
Borja Thyssen-Bornemisza Cervera, hijo de la Baronesa Thyssen Carmen 'Tita' Cervera, y su mujer la catalana Blanca Cuesta tienen un cita frente al juez. En concreto es en el Juzgado de lo Penal número 22 del Tribunal Superior de Justicia de Madrid a las diez menos diez de la mañana del 13 de noviembre. La sección de delitos económicos de la Fiscalía Provincial de Madrid solicita tres años. Hacienda pide dos años y una multa por haber estado en España viviendo más de 183 días y no en Andorra.

Borja Thyssen y su mujer Blanca Cuesta tienen una cita con la justicia para el miércoles 13 de noviembre. En concreto será en el Juzgado de lo Penal número 22 del Tribunal Superior de Justicia de Madrid a las diez menos diez de la mañana. 

La sección de delitos económicos de la Fiscalía Provincial de Madrid solicita tres años de prisión para Borja Thyssen-Bornemisza Cervera y para su mujer, Blanca Cuesta, así como una multa de un millón de euros por “un delito contra la Hacienda Pública”. Además, el Fisco pide dos años y una multa por haber estado en España viviendo más de 183 días y no en Andorra, como asegura el matrimonio.

En concreto, el representante del Ministerio Público les acusa de haber defraudado a las arcas públicas un total de 336.417,89 euros correspondientes al ejercicio fiscal de 2010, tal y como se desprende del escrito de la Fiscalía de la Comunidad de Madrid.

El escrito de acusación recuerda que el 26 de febrero de 2010 tuvo lugar la transmisión de las participaciones sociales de Cas Capetó S.L. (de la que era administradora única Blanca Cuesta), en virtud de tres escrituras públicas de compraventa otorgadas por cada uno de los tres partícipes en la mencionada sociedad.

Por un lado, Borja Thyssen-Bornemisza Cervera (titular del 50% de las participaciones), Blanca Cuesta Unkhoff (titular del 40%) y la sociedad Caribean Breeze S.L. (titular del 10%), en favor de otras tantas las sociedades holandesas: Princess Four BV, Hermosa Beach Holding BV y Martínez Investments BV.

La Fiscalía hace hincapié en que el activo de Cas Capetó S.L. estaba constituido fundamentalmente por una casa en Ibiza, que carecía de personal contratado y sin actividad económica alguna, y en que el precio total abonado por dicha operación ascendió a 9.700.000 euros, que fueron ingresados en la cuenta bancaria de la que era titular Borja Thyssen-Bornemisza.

El matrimonio Thyssen-Cuesta. 

Del total transferido, 4.197.345,63 euros se correspondían con la venta de las participaciones de las que era titular Borja Thyssen-Bornemisza3.357.881,78 euros se correspondían con la venta de las participaciones de las que era titular Blanca Cuesta Unkhoff; 839.463,85 euros se correspondían con la venta de las participaciones de las que era titular Caribean Breeze S.L. y 1.305.308,81 euros procedían de la cesión onerosa de un crédito del que manifestaba ser titular Borja Thyssen-Bornemisza frente a la sociedad Cas Capetó S.L.

Ambos acusados presentaron en plazo la declaración de IRPF correspondiente al ejercicio 2010 en su modalidad de tributación conjunta, en la que declararon una ganancia patrimonial de 2.206.527,50 euros por la venta de las participaciones de Cas Capetó S.L. cuando la ganancia real obtenida por los acusados con la venta de tales participaciones ascendió a 3.792.564,92 euros, “ocultando por tanto a la Hacienda Pública la cantidad de 1.586.037,39 euros”.

Y es que, según la Fiscalía, la ganancia patrimonial que los acusados ocultaron procede también de la venta de participaciones realizada a través de Caribean Breeze S.L. que en realidad se trata de una operación “simulada”. De dicha sociedad eran titulares Borja Thyssen (70% de las participaciones) y Blanca Cuesta (30%).

Desde fuentes de la Hacienda Pública consultadas por elcierredigital.com aseguran que lo más previsible es que “se llegue a un pacto entre el matrimonio y la Fiscalía”. Máxime si tenemos en cuenta que los problemas de los Thyssen-Cuesta van in crescendo debido al juicio por la residencia fiscal en Andorra al que en breve también se enfrentará el hijo de la Baronesa.

Negocios bajo sospecha

En cuanto a la Hacienda Pública, Blanca Cuesta ha generado diversos riesgos fiscales tanto a la sociedad patrimonial como a su marido Borja Thyssen, al no haber realizado declaraciones trimestrales ni anuales desde el año 2004, habiendo sido sancionados con importantes cantidades como lo refleja los expedientes 0499075528114 y 0499075528123. Estas sanciones aún no han sido liquidadas y por las cuales, en unión de las acciones judiciales de proveedores, pueden desembocar en el embargo y subasta de la finca y casa propiedad de B&B en Ibiza.

Otra sociedad, Nandia Management S.L. es propiedad de Blanca Cuesta, fue fundada en el año 2006 con un capital social de 3.010,00 € y con domicilio social en la calle Velázquez número 94 de Madrid, como administrador único figura Blanca y el 100% de su accionariado está compuesto por la limitada Euroconfi, que es en realidad un bufete de abogados, a través de ésta se facturan los ingresos por exclusivas y mediante la intervención de su abogado e integrante de Euroconfi S.L., Pedro Mejías Villatoro.

La familia Thyssen en Ibiza. 

Así mismo la pareja Thyssen-Cuesta formalizaron el 17 de Noviembre de 2005 la constitución de la mercantil Caribbean Breeze S.L con domicilio en el chalet Mas Mañanas de Sant Feliu de Guixols, herencia que recibió Carmen Cervera de su primer marido, Lex Baxter. Su objeto social: Construcción General de Inmuebles y obras de ingeniería en general. El informe mercantil de la citada empresa es demoledor con un riesgo superior al de la media del sector y un riesgo máximo del 100% de insolvencia. En septiembre de este año aun no habían presentado ningún balance de cuentas anuales ante el registro mercantil y mucho menos ante la Hacienda Pública.

Estas actuaciones de Blanca Cuesta como administradora de los bienes y sociedades en las que figura Borja Thyssen han llevado a éste a una situación de “alto riesgo” de su patrimonio heredado. Tanto que los agentes policiales de las agencias tributarias actualmente realizan un amplio estudio de las sociedades y movimientos realizados por Blanca CuestaBorja Thyssen, sus propios hermanos y su abogado Mejías Villatoro, este último en una evidente situación peligrosa al ser administrador, consejero o delegado de infinidad de sociedades, bien en su nombre o de los clientes del bufete arriba mencionado.

Blanca y Borja se casaron en régimen de separación de bienes y con un documento privado que acota las propiedades de cada uno el 11 de octubre de 2007 en Terrassa, en una ceremonia secreta y nocturna, ya que la pareja había vendido la exclusiva. Blanca estaba embarazada de cinco meses. La baronesa no asistió y cesaron los espléndidos regalos (casas, coches) con los que hasta entonces había obsequiado a su hijo. Ella dijo públicamente que su hijo formaba parte de una secta, y los abogados de él empezaron a presionar para que dispusiera de toda la herencia del barón Thyssen. El ritmo de vida de los nuevos esposos no bajó, y con él, la urgencia por conseguir liquidez.

Los Thyssen-Cuesta: crónica de desencuentros familiares

Ahora, el matrimonio Cuesta-Thyssen se encuentra en un momento crítico con el Fisco español, pero no es ni mucho menos la primera vez que se ven en una situación similar. Él es el único hijo del matrimonio de Carmen Cervera y el Barón Heini Thyssen. Realmente, Borja nació en 1980 fruto de la relación sentimental de su madre con Manolo Segura, pero fue adoptado por el aristócrata suizo de origen alemán luego de casarse con su madre en 1985.

Carmen jugó durante años al despiste sobre la paternidad biológica de Borja, llegando a afirmar en 1995 que había conocido a Heini un año antes de la fecha en el que siempre se da como la oficial del inicio del noviazgo en 1981. Borja y Carmen formaron un tándem durante las dos primeras décadas de vida del joven. Juntos protegieron y pelearon por su parte de la herencia del Barón frente a los otros descendientes del aristócrata.

Blanca Cuesta al desnudo. 

La ruptura entre madre e hijo tendría nombre de mujer: Blanca Cuesta. Esta extrovertida modelo de Tarrasa (Barcelona), un año mayor que él, conoció a Borja en Sant Felíu de Guixols durante el verano de 1998 “gracias a un flechazo”. Un amigo común, que era el socorrista de la piscina del complejo náutico donde Borja atracaba su barco, les presentó.

Dicen que su primer encuentro fue en altamar, a bordo del yate de Borja. Que éste la impresionó a base de una cena de exquisitos mariscos preparados por el cocinero de Tita. Gracias a su relación con el heredero de la baronesa Thyssen, Blanca desfiló en la pasarela Gaudí luciendo bañadores de Dolores Cortés. Antes de ser modelo, había estudiado la carrera de Enfermería y llegó a trabajar en el servicio de urgencias como auxiliar clínica, continuando así con la tradición familiar ya que su padre era médico cirujano y su madre enfermera. También hizo sus pinitos en el mundo de la publicidad apareciendo en la portada de la revista barcelonesa Bar-ona.

Sin embargo, Blanca saltó a la fama, al igual que hizo en su día su futura suegra, al salir semidesnuda en la portada de la revista Interviú gracias a unas fotos tomadas también en la Costa Brava. Fue en marzo de 2004 y tras aumentarse el pecho. Dicen que la operación de senos fue un regalo de la familia Thyssen. “Si lo hace todo el mundo ¿por qué no lo puedo hacer yo’”, llegó a decir la modelo. Sin embargo, esta aparición pública no gustó nada a la Baronesa viuda. Desde ese momento, dejaron de ser “amigas”.

Las comidas en restaurantes de lujo y las compras en tiendas exclusivas junto a ella desaparecieron. Borja y Blanca han mantenido una relación muy tormentosa antes de formalizar su matrimonio. Sobre todo, en el periodo comprendido entre septiembre de 2004 a enero de 2005, donde rompieron todos sus vínculos. La modelo regresó a la rutina del hogar paterno en Tarrasa. Pero parece que la idea no le convenció mucho y pronto volvió al regazo de Borja, que la recogió encantado. Tanto que por ella se realizó dos tatuajes en su cuerpo: uno que ocupa su hombro y brazo derecho y que representa el símbolo de Blanca en el horóscopo chino (un enorme tigre); y, otro, en la pierna con el nombre de su chica en japonés.

En diciembre de 2006, Blanca volvió a salir desnuda luciendo sus atributos personales en una revista y en su familia política no se armó tanto revuelo. Se trataba de la publicación GQ, donde además realizaba unas declaraciones fuera de tono. Por ejemplo, se confesaba defensora a ultranza de los vídeos pornos caseros, “pero, eso sí, en privado”. También afirmaba que en su relación con Borja es él quien lleva los pantalones, pero “soy yo quien se los bajo (…) a mi novio le hace gracias que los demás puedan ver, pero no tocar”. “Cuando una pareja lleva estos años de noviazgo es normal que vaya pensando en casarse y tener hijos. Nuestra relación está muy consolidada”, ha llegado a afirmar el heredero de la baronesa, quien en su día le regaló a su prometida un caprichito: un Porsche de color rojo, que se unía a otros caprichos más diarios como son el champán francés de marca junto a latas de caviar iraní.

A pesar de que la pareja le dio dos nietos, la relación durante años entre Carmen Thyssen y su hijo y nuera pasó por situaciones dignas de un astracán. Llegó a exigir pruebas de paternidad de sus nietos y cruzó con ellos desagradables declaraciones en las revistas. La aristócrata llegó a ser timada por unos personajillos que la ofrecieron un vídeo que supuestamente acabaría con la reputación de Blanca. Por su puesto, esa grabación no existía.

Uno de los episodios más inquietantes para los que temen que pueda haber alguna repercusión en el futuro de la colección Thyssen (totalmente blindada por ser propiedad del Estado español) lo protagonizaron Borja y Blanca el día que se presentaron en el museo, en mayo de este año, para llevarse dos obras que colgaban junto a la colección Carmen Thyssen, prestada temporalmente por la baronesa al museo: El bautismo de Cristo, de Giaquinto, y Una mujer y dos niños junto a una fuente, de Goya, valorados en unos siete millones de euros.

La seguridad del museo invitó a la pareja a abandonar el edificio y el patronato acordó que las telas no saldrían del museo. Los abogados de Borja llevaron la reclamación a los tribunales y el tema sigue pendiente de resolución. Para la baronesa no hay caso. "Podría dejárselos en herencia si yo quisiera porque, a sugerencia mía, Heini los compró los días de su bautizo en Nueva York. Él no tiene ningún documento que acredite esa propiedad. No se entera. Ya veremos qué hago".

El matrimonio Thyssen-Cuesta con el Ministro de Cultura José Guirao y la viuda de Balthus en la inauguración de una exposición/ Bernardo Paz. 

Sin embargo, desde hace unos años, coincidiendo con el cerco de Hacienda. Los Thyssen-Cuesta se muestran más unidos que nunca. Se necesitan y, sobre todo, buscan proteger a toda costa el inmenso patrimonio que atesoran, sabedores de que dividir los dejaría mucho más débiles.

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