20 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Su abuelo paterno fue el jefe de la Comandancia de Pamplona en 1936 y murió defendiendo la legalidad republicana frente al alzamiento del general Mola

La historia familiar de la jueza del 8M: Carmen Rodríguez-Medel, del tricornio a la toga

La jueza y su abuelo paterno.
La jueza y su abuelo paterno.
La jueza Carmen Rodríguez-Medel se ha enfrentado a la abogacía del Estado y a la Fiscalía que pedían el archivo de la causa contra José Manuel Franco, el delegado de Gobierno en Madrid, que autorizó la manifestación del 8 de marzo y por fin, pudo tomar declaración al Delegado del Gobierno este miércoles. Pero ¿quién es la jueza que planta cara al Gobierno y defiende la actuación de la Guardia Civil con tanto fervor? Ésta es su historia familiar.

La jueza Carmen Rodríguez-Medel tomó declaración este miércoles a José Manuel Franco, Delegado del Gobierno en Madrid, que tras hora y media de comparecer antee la magistrada dijo que "no había ninguna recomendación en aquel momento que llevase a la Delegación a prohibir el ejercicio de un derecho fundamental como el derecho de manifestación".

Ante la jueza Franco dijo que intentó "dejar perfectamente claro que la actuación de la Delegación ha sido siempre con arreglo a la ley y a las noticias que de los expertos se iban tendiendo del coronavirus". El delegado del Gobierno en Madrid está investigado por un delito de prevaricación en el contexto de las manifestaciones y concentraciones que se celebraron en Madrid durante entre el 5 y el 14 de marzo, cuando se decretó el Estado de Alarma.

La jueza, hija, hermana y nieta de guardias civiles, que lo ha puesto contra las cuerdas tiene antecedentes familiares muy interesantes de recordar. La historia de la familia Rodríguez-Medel es apasionante. Aunque la protagonista de estos días, al menos del miércoles por la declaración como investigado del Delegado del Gobierno en Madrid, sea la nieta, la jueza Carmen Rodríguez-Medel que ha puesto en jaque a la Abogacía del Estado, a la Fiscalía General, al Supremo, al Ministerio del Interior y, claro está, por extensión al Gobierno.

Su abuelo paterno, el comandante de la Guardia Civil José Rodríguez-Medel Briones nació en  Siruela, Badajoz, el  9 de diciembre de 1888 y murió en Pamplona, el 18 de julio de 1936. Fue comandante de la Guardia Civil  durante la Segunda República Española con destino en Navarra y allí resultó muerto el 18 de julio de 1936 cuando intentaba organizar a los guardias bajo su mando para rechazar la previsible sublevación de las tropas del general Mola.

                                                  El comandante Rdríguez-Medel.

José Rodríguez-Medel llegó a Pamplona como oficial de la Guardia Civil en 1908, a pesar de sus reiteradas peticiones de destino a Madrid. En Pamplona conoció a la que sería su mujer y madre de sus siete hijos, la pamplonesa Lucía Carmona con la que contraería matrimonio el 21 de septiembre de 1911, transcurrido el período que el régimen disciplinario militar de la época le obligaba permanecer soltero. Mantuvo un gran amistad con Florencio Alfaro, que con el paso del tiempo llegaría a ser concejal en el Ayuntamiento de Pamplona.

Don José obtuvo el título de Ingeniero Oficial y se trasladó a Granada con su familia. En 1917 se produce la primera ruptura del sistema español de la Restauración y el afloramiento de las Juntas Militares de Defensa, Rodríguez Medel aprovecha para acogerse a la situación de supernumerario sin sueldo, postura que le permitía mantener el escalafón pero dedicarse a un trabajo civil que le proporcionara mayores ingresos para su numerosa familia. En  1933 reingresa en el Instituto Armado con el grado de Comandante, solicitando los destinos de Madrid y Pamplona. Le destinan a Madrid como ayudante de campo a las órdenes del General de Brigada Federico Santiago hasta que éste es ascendido, con lo que se queda sin puesto, al ser asumido por el Comandante De la Lama, hombre de confianza del nuevo titular de la plaza, el general José Sanjurjo. Queda disponible en su destino y esperando órdenes del general Sebastián Pozas.

                             Guardias civiles de la Comandancia de Pamplona.

Mientras tanto, en Navarra, los distintos sectores republicanos se sentían amedrentados ante la exhibición de emblemas y la presencia de milicias armadas organizadas por el general Varela. El Diario de Navarra recogía los sucesos ocurridos en abril de 1936 en Madrid durante el desfile conmemorativo del V Aniversario de la República y otros sucesos (los desórdenes en el entierro del alférez de la Guardia Civil Anastasio de los Reyes y la detención de jefes y oficiales del Cuerpo que habían ido a entrevistarse con el presidente del gobierno Casares Quiroga).

El general Emilio Mola  fue trasladado a Pamplona por el gobierno de Manuel Azaña como castigo. Mola conspiraba para la sublevación militar con falangistas y carlistas sin que los militares abandonasen nunca su función directiva. El general Mola no contemplaba la restauración de la Monarquía, sino el restablecer una República autoritaria de derechas con vestigios liberales. Así se produjo el desplazamiento del Director de Seguridad del Estado a Pamplona por una resolución del Presidente de la República, que decide la incorporación de ocho jefes a sus destinos, como el nombramiento de José Rodríguez-Medel al mando de la Comandancia de la Guardia Civil de Navarra. Se despidió de su familia para unos pocos días.

El general Mola conocía a Medel de su etapa en la Academia de Infantería, consideró ese nombramiento un obstáculo para sus planes de sublevación. De hecho el comandante Rodríguez-Medel había presentado sus respetos al Gobernador de Navarra y al alcalde de Pamplona, Tomás Mata, pero no así a la autoridad militar, de la que Mola era jefe. Mola lo tomó como una afrenta personal, haciéndole llamar a Capitanía. El Comandante acudió con el uniforme del cuerpo. El General le indicó que debía dejar el sable fuera del despacho a lo que le contestó que sin el sable de la uniformidad no entraba, pues estaba allí ostentando el cargo que como Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Navarra.

Casares Quiroga informó al Consejo de Ministros de la constancia de una conspiración militar y en Pamplona los jefes de las milicias requetés se trasladaron a la Comandancia militar donde queda establecido el puesto de mando. Fue entonces cuando el Inspector General de la Guardia Civil, General Pozas ordenó a Rodríguez-Medel que dispusiera de sus efectivos para realizar una línea defensiva en Tafalla que permitiese aislar a Navarra por el sur.

La muerte violenta

Mola intentó negociar a última hora con Rodríguez Medel quien, fiel al Gobierno legalmente constituido, rechazó la oferta. Al parecer entre ambos se produjo esta conversación parecida a ésta:

— Comandante,  ¿qué significa para usted España? ¿le importa la salvación de España? ¿Qué haría usted si se implantase el comunismo en España?, pregunta Mola.
— Cumplir con mi deber, contestó Medel.
— ¿Y cuál sería su deber?, insistió Mola
— Obedecer las órdenes del poder constituido, concluyó tajante el comandante

Al abandonar la Capitanía Militar Medel ya sabía que para el Gobierno, Navarra estaba perdida, puesto que, además, la prima de su mujer le había advertido de las deslealtades (conocía bien la situación porque a su sombrerería acudían señoras de gran influencia política en Pamplona).

Rodríguez-Medel dirigió el operativo para trasladar los efectivos de la Guardia Civil y ponerlos a resguardo. Pero cuando poco después de las siete de la tarde reunió y arengó a sus hombres, vio enseguida que la mayoría  no estaba con él y a su grito de ¡Viva la República! le respondieron con un ¡¡Viva España!!  más fuerte.  Al verse perdido intentó huir y trató de defenderse pistola en mano y disparando, a consecuencia de lo cual un guardia resultó malherido. Entonces otro guardia, supuestamente su conductor, le disparó con un subfusil y cayó muerto. El coronel Beorlegui se hizo con el control de la situación y ordena la detención de los oficiales Martínez-Friera y Fresno Urzaiz, 2º jefe de la comandancia y capitán Cajero respectivamente.

                              El coronel Rodríguez-Medel, jefe de la comandancia de Málaga.

La noticia de su muerte llega a su familia por las ondas de la radio. Su mujer y su hija María se desplazaron a Pamplona donde los militares sólo les ofrecieron una fosa común para su entierro. La prima de la mujer de Rodríguez-Medel logró la autorización de la familia Chueca para enterrarlo en su panteón pero sin inscripción alguna. Ahora una placa en el cementerio de Pamplona le recuerda y al menos su familia tiene un lugar donde acudir.

Placa en honor al comandante Rodríguez-Medel.

No es cierta la afirmación de algunos autores de que fue la primera víctima peninsular de la guerra civil, puesto que a las tres de la tarde de ese mismo día, 18 de julio, ya se habían producido en Sevilla las primeras víctimas mortales peninsulares.

Paradojas de la vida, los seis hijos varones de Rodriguez-Medel hicieron la carrera militar y uno de ellos. Ramón, se convirtió en padre de la actual jueza del número 51 de Madrid.

Su nieta, la jueza

 

Carmen Rodríguez-Medel se ha convertido para algunos en la jueza de la discordia. En su biografía consta que nació el 24 de abril de 1972, por lo que acaba de cumplir 48 años y que su abuelo paterno fue el comandante de la guardia civil, José Rodríguez-Medel Briones,  asesinado el 18 de julio de 1936 en Pamplona por uno de sus subordinados. En ese momento era Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Navarra.  Estaba casado con Lucía Carmona Valentín y eran padre de 7 hijos.

Uno de ellos, Ramón Rodríguez-Medel Carmona, el progenitor de la hoy magistrada, como la mayor parte de sus hermanos, siguió la tradición familiar y acabó en la Academia Militar de Zaragoza. En 1982 ascendió a General de Brigada de la Guardia Civil acabando su vida profesional en 1985 como Jefe de la 5ª Zona de la Guardia Civil, la actual región de Murcia.

José Manuel Franco, delegado del Gobierno en Madrid.

Un hermano de su padre, su tío José Rodríguez-Medel Carmona, también alcanzó el grado de Coronel de la Benemérita, falleció en 1983 estando al mando de la Agrupación de Tráfico y pendiente de ascender a General de Brigada. Y como no podía ser menos, su hermano Antonio Rodríguez-Medel  está actualmente destinado como Coronel jefe de la Comandancia de Málaga. La propia Carmen Rodríguez-Medel estuvo incluida en las quinielas para Directora de la Guardia Civil en sustitución de Félix Azón.

Carmen es licenciada y doctora en Derecho por la UCM. 1990-1995 (23 años), y licenciada en Ciencias Políticas por la UNED. En el 2017 se publicó su tesis doctoral,   dirigida por Fernando Gascón Inchausti. Está casada con Jaime Serret Cuadrado, que  ha sido titular del Juzgado número 5 de lo Penal de Getafe (Madrid). Con posterioridad fue destinado en comisión de servicio como juez de refuerzo en la Sección 17 de lo Penal en la Audiencia Provincial de Madrid y en la actualidad ocupa interinamente el Juzgado de Instrucción número 28 de Madrid, mientras su titular Ángel Luis Ortiz González se encuentre en la situación administrativa de servicios especiales por su nombramiento como Secretario General de Instituciones Penitenciarias. Carmen y Jaime son compañeros de promoción y padre de dos hijos. 

Trayectoria profesional

Después de tres años en la Escuela Judicial obtiene plaza como juez en 1999 con 27 años cumplidos. Su promoción la componen 167 colegas.  Muy resumidamente sus destinos han sido los siguientes:Juzgado de Instrucción y Primera Instancia de Santoña en Santander (1999-2002). Juzgado de Instrucción y Primera Instancia de Marbella, Málaga (202-2007). Juzgado de Violencia sobre la Mujer nº 1 de Marbella (2007-2012). Jzgado de Instrucción nº 3 de Fuenlabrada (2012-2016). Letrada del Gabinete Técnico en el CGPJ, en relaciones internacionales (2012-2014). También fue asesora de la Secretaría de Estado de Justicia, adscrita a la Dirección General de Relaciones con la Administración de Justicia (2017-2018). En ese momento el Ministro de Justicia era Rafael Catalá Polo, diputado del PP por Cuenca.  En 2016 fue nombrada titular del Juzgado de Instrucción nº 51 de Madrid y es miembro de la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura (APM). En la actualidad figura en el número 2527 del escalafón de la carrera con cerca de 21 años de antigüedad.

La jueza recibió un premio tras su paso por Marbella.

Las presiones que tuvo que soportar la juez Rodríguez-Medel fueron especialmente intensas el lunes, tras la publicación del informe forense encargado por la jueza a la Guardia Civil y que asegura que la Delegación del Gobierno conocía la peligrosidad del coronavirus, así como la información que debía transmitir a los ciudadanos para su autoprotección, pero que ocultó, menos a los trabajadores del organismo, a los que sí alertó, tal y como publicó elcierredigital.com.

Todos contra la jueza que, sin embargo, ha decidido mantener la imputación del delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, por un delito de prevaricación administrativa. Y eso a pesar de que, tanto la Fiscalía, bajo el mando de Lola Delgado, como la Abogacía del Estado, que dirige Consuelo Castro, han pedido ante la Audiencia Provincial de Madrid el archivo de la causa. Franco ya declaró este miércoles en el Juzgado en calidad de investigado.

A la magistrada no le han gustado nada las presiones y este martes, en un nuevo auto, ha arremetido contra las instituciones del Gobierno por sus "demoras" y "reticencias" para entregarle la información solicitada. "La razón a esto (al establecimiento de plazos para la entrega de la documentación, algo que criticó Consuelo Castro), que efectivamente se corresponde con la realidad de lo actuado tal y como se desprende de autos, se encuentra en las demoras que algunos órganos oficiados transmitían a la Policía Judicial sin causa justificada y que los agentes trasladaban a esta instructora", ha señalado.

 Su hermano Antonio

El nuevo jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga, desde enero de 2020, es el coronel Antonio Rodríguez-Medel, el hermano de la jueza. Se convirtió en enero de este año nuevo jefe tras la jubilación del coronel Jesús Esteban, retirado del servicio activo. El acto de presentación, realizado con todos los honores, se celebró bajo la presidencia de la Directora General de la Guardia Civil, María Gámez, en el que ha sido su primera aparición pública en su Málaga natal desde que renunció al cargo de subdelegada del Gobierno para dirigir el Instituto Armado.

Rodríguez-Medel cuenta con décadas de servicio en la Guardia Civil. Es malagueño de nacimiento, está estrechamente ligado a Fuengirola y ha pasado gran parte de su vida profesional fuera de su ciudad natal, liderando diferentes equipos en los que se especializó, entre otros aspectos, en la lucha contra el terrorismo de ETA. Para dirigir la Comandancia de Málaga abandonó su cargo anterior al frente de la Academia de Suboficiales del Escorial (Madrid). Antes de llegar a este destino fue jefe de las comandancias de Jaén y Zamora.

Su especialización en la lucha contra ETA, en los años más duros, le llevó a estar al frente del Grupo Antiterrorista Rural (GAR) de Logroño, una unidad de élite que ya ha evolucionado a nivel nacional como el Grupo de Acción Rápida, un grupo de apoyo altamente cualificado y entrenado en maniobras de intervención armada. En su discurso, Rodríguez-Medel hizo referencia a esta época y esa lucha para referirse a los compañeros caídos en acto de servicio: "Guardo un emocionado recuerdo a los que perdieron la vida por el compromiso del deber, por mi trayectoria especialmente bajo las balas de ETA".

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