19 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Luis Valls Taberner y Rafael Termes, miembros numerarios, entregaron al dueño de Rumasa al PSOE a cambio de favores y ventajas políticas

La verdad de Ruiz Mateos (III): La "traición" del Opus Dei y sus fugas a Londres y Frankfurt

Ruiz Mateos.
Ruiz Mateos.
Televisión Española estrena una serie documental de cuatro capítulos dedicada a la vida del empresario José María Ruiz Mateos. La serie biográfica titulada 'Ruiz-Mateos: el primer fenómeno viral' relata la historia de este controvertido personaje conocido en toda España. En dicho documental participa el director de El Cierre Digital, Juan Luis Galiacho. En el periódico relatamos los episodios más relevantes del creador del imperio Rumasa.

La colaboración con el Opus Dei, conocido también como "la Obra”, que D. José María Ruiz Mateos mantuvo viva a lo largo de muchos años, se remonta a los años en los que Álvaro del Portillo asumió la responsabilidad de suceder como “Padre” de la “Prelatura de la Santa Cruz y del Opus Dei” a don José María Escrivá de Balaguer.

José María Ruiz Mateos entabló contacto con José María Escrivá de Balaguer, hoy elevado a los altares, e ingresó en el “Opus Dei” en el año 1963 como miembro Supernumerario. Ruiz Mateos aceptó y asumió la especial preponderancia que tenía sobre él otro miembro Numerario del “Opus Dei”, especialmente designado para este caso, Luis Valls Taberner, a quien profesó fe ciega, obediencia y sumisión plenas, como hermanos en la fe.

Obediencia a Luis Valls Taberner

Siempre obediente y fiel a las consignas e indicaciones que le transmitía Luis Valls Taberner, José María Ruiz Mateos siguió con el desarrollo empresarial de Rumasa. La muerte del fundador del “Opus Dei”, Monseñor Escrivá de Balaguer, impactó especialmente en él aunque su fe y obediencia para con "la Obra” siguieron siendo una constante, reforzada más aún si cabe, ante el relevo del Padre José María Escrivá cuya sucesión recayó en la persona de Álvaro del Portillo. Todo esto sucedía en el año 1975.

Luis Valls Taberner, padre.

En diversas visitas pastorales en las que José María Ruiz Mateos tuvo el privilegio de coincidir con Álvaro del Portillo, éste lo alentó, como hijo fiel de "la Obra”, para que apoyase la puesta en marcha de iniciativas sociales y educativas que el “Opus Dei” pretendía llevar a cabo por todo el mundo.

El IESE fue uno de los Institutos creados en 1981 por el “Opus Dei” de Álvaro del Portillo, con la intención de poder cobrar el dinero de sus miembros. Se estima en más de cincuenta millones de dólares (44.620.830 euros) la suma de los fondos desviados por las empresas de Ruiz Mateos a "la Obra", según los periódicos españoles, pero esta cifra, no sería más que la punta del iceberg. En realidad, había sumas más importantes en juego como prueban las sumas que pasaron de Rumasa al “Opus Dei”, entre ellas, los diez millones que donó para la Universidad de  Navarra.

Permitió, mediante la obediencia extrema a la que estaba sometido, que los estrategas del “Opus Dei”, con Luis Valls Taberner a la cabeza, usaran su corporación en todos los órdenes, de tal manera que en Rumasa ocho de quince directores generales pertenecían a "la Obra”. Cuando se le pidieron diez millones de dólares para la Universidad de Navarra los dio igualmente sin preguntar.

En este sentido, a José María Ruiz Mateos, miembro supernumerario del “Opus Dei”, de superinteresante dependencia, de superobediencia ciega y hermano en la fe, los hombres que gobernaban el “Opus Dei”, de Álvaro del Portillo, lo exprimieron a base de bien.

Álvaro del Portillo.

Los requerimientos financieros del “Opus Dei” eran vastos. Con cinco Universidades sudamericanas a imagen y semejanza de la de Navarra, una docena de instituciones educativas existentes o planeadas alrededor del globo y el santuario de Torreciudad que salió por unos treinta millones de dólares, "la Obra” necesitaba recurrir a un grupo de empresas como Rumasa.

Entre sus iniciativas sociales y educativas estaban el Centro de Capacitación de Junkabal, el Centro Educativo Técnico Laboral Kinal, la Fundación para el Desarrollo Integral en Guatemala, la Escuela Montemira, el Colegio Lamatepec, el Centro de Capacitación Profesional para la Mujer Siramá en El Salvador, la Asociación Uruguaya de Escuelas Familiares Agrarias, el Instituto Valle Grande de Perú, el Rosalede Center en Nueva York y la Escuela Familiar Agraria Fonteboa en La Coruña.

Estas son solo una pequeña muestra de las iniciativas impulsadas por Álvaro del Portillo que se vieron beneficiadas por las aportaciones efectuadas por Ruiz Mateos.

La expansión del grupo Rumasa no conocía límites, ante lo cual el Banco de España advirtió en 1978 a José María Ruiz Mateos que aflojara el acelerador. Además pidió auditar las cuentas del holding nombrando a Navarro Rubio como “auditor”. Pero el empresario jerezano, a instancias de Luis Valls Taberner, no tenía intención de enseñar las cuentas del holding porque se pondrían al descubierto y se descubrirían las transferencias efectuadas a la red del “Opus Dei” en España y en el extranjero.

Hay que entender que Rumasa era propiedad privada de José María Ruiz Mateos y de sus cuatro hermanos (uno de ellos sacerdote “Redentorista”) y de su hermana pero con un socio oculto, el "Opus Dei".

Rumasa era un grupo muy diversificado que contaba con sus propios bancos en España y en el extranjero lo que significaba que podía ser utilizado por una parte para camuflar transferencias internacionales y por otra para sacar contribuciones millonarias destinadas a "la Obra". De esta forma, la empresa era clave para la organización religiosa por sus cualidades de confidencialidad, flexibilidad, disponibilidad y fungibilidad, características éstas muy importantes para los estrategas que gobernaban el Opus Dei.

Pero fatídicamente, a José María Ruiz Mateos le quedaba por vivir la experiencia más amarga de su vida. La expropiación de Rumasa. Este hecho suscitó lógicamente la máxima atención de los medios de comunicación que, dejando aparte el problema económico y financiero en sí, estaban pendientes de cómo iba a tratar la acción gubernativa del PSOE a los Bancos y a la Iglesia, y más concretamente al Opus Dei, que por entonces acababa de ser erigido en Prelatura personal, precisamente Álvaro del Portillo.

Rafael Termes en una imagen antigua.

La opinión generalizada era proclive a la evidencia de una actuación conspirativa pactada entre representantes de los siete grandes bancos españoles, la Asociación Española de Banca, cuyo presidente era Rafael Termes (miembro Numerario del “Opus Dei”), el Presidente del Banco Popular, D. Luis Valls Taberner (miembro Numerario del “Opus Dei”) y Felipe González Márquez, presidente del Gobierno de España.

Rumasa, moneda de cambio

Rumasa sería la moneda de cambio para no empañar las relaciones amistosas que debían existir entre los socialistas, el gran capital y la Iglesia, aunque fuesen rescoldos de la herencia de la dictadura franquista.

Tras la expropiación, José María Ruiz Mateos, siguiendo los consejos una vez más de Luis Valls Taberner, huyó a Londres el 4 de marzo de 1983. El 25 de abril de 1985 fue detenido en el aeropuerto de Francfort y el 1 de diciembre fue extraditado a España desde Alemania.

Durante el amargo calvario que le supuso la estancia fuera de España, se dio cuenta de que en realidad a él lo habían utilizado como "cabeza de turco". De hecho, para “salvar los muebles” sus “amigos” del “Opus Dei” habían tramado una conspiración que lo transformó en chivo expiatorio. Intentó defenderse de la calamitosa traición en la que los dirigentes del “Opus Dei” le habían incriminado y se dirigió al Padre Álvaro del Portillo en búsqueda desesperada de ayuda. Ayuda que nunca llegó.

Desconsolado y decepcionado, tanto con "la Obra” como con Álvaro del Portillo,  José María Ruiz Mateos rechazó los consejos de Luis Valls Taberner y trató de defenderse, aunque ya fue demasiado tarde.

En mayo de 1986, la dirección del “Opus Dei” dio a José María Ruiz Mateos un ultimátum: Le excluirían de la organización ("la Obra") si no retiraba las acusaciones que vertía en contra de Luis Valls Taberner. Pero Ruiz Mateos no se mordió la lengua y siguió con los planteamientos de su defensa.

Quienes influyeron decisivamente para entregarlo a los socialistas fueron los miembros numerarios que componían el Sanedrín opusdeísta, los gobernantes del “Opus Dei” con Álvaro del Portillo a la cabeza, y por mediación de Luis Valls Taberner y de Rafael Termes, miembros numerarios. A cambio, "la Obra" recibiría a posteriori favores y ventajas políticas. Ese fue el verdadero motor de la expropiación de Rumasa. 

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