19 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

La familia del joven al que se le perdió la pista en 2020 en Cantabria se muestra convencida de que los restos hallados este jueves “son suyos”

Los enigmas de la extraña desaparición de Alejandro Mencía: Una pelea, once amigos y un grupo de Whatsapp

El Cierre Digital en Alejandro Mencía.
Alejandro Mencía.
Alejandro Mencía y otros once amigos fueron el 23 de mayo de 2020 a celebrar un cumpleaños a una cabaña cercana al municipio de Hermandad de Campoo de Suso. Ese día, Alejandro desapareció sin dejar rastro. Casi tres años después se han hallado restos óseos en la zona. La familia está convencida de que le pertenecen. De ser así, podrían resolverse algunos de los enigmas que rodean la inquietante desaparición del joven mecánico.

El 23 de mayo de 2020 Alejandro Mencía, de 31 años, desaparecía sin dejar rastro mientras celebraba un cumpleaños en una cabaña. Casi tres años después, unos senderistas encontraron, ocultos tras unos matorrales, restos humanos cerca del lugar en el que se vio por última vez a Alejandro, en Hermandad de Campoo de Suso (Cantabria). A la espera de los resultados que arrojen las pruebas de ADN, confirmando o no si pertenecen al desaparecido, se siguen analizando otros indicios. Junto a los restos óseos se halló también la única prenda que llevaba Alejandro aquel día: unos pantalones. Su familia, que ya ha identificado la prenda como suya, lo tiene claro: “No tenemos duda de que es él”.

Así lo comentaba la familia de Alejandro, que todavía mantenía la “esperanza de que estuviera bien” hasta este último hallazgo, que ha supuesto un mazazo definitivo para sus esperanzas. No obstante, una vez se hayan realizado las pruebas pertinentes a los restos encontrados, la familia de Alejandro Mencía podría obtener una respuesta sobre lo que sucedió el día que desapareció.

A lo largo de estos tres años, han sido muchas las teorías, preguntas e incógnitas que los sucesos que acaecieron aquel fatídico día para Alejandro.

Crónica de una desaparición

Es 23 de mayo de 2020. Una docena de jóvenes decide romper con la monotonía pandémica y escaparse a celebrar un cumpleaños a la cabaña de 'El Teju', a unos seis kilómetros del municipio de Hermandad de Campoo de Suso (1.600 habitantes y sito en Cantabria).

Es la una de la tarde y la cuadrilla entra en una modesta construcción hecha a base de piedra, vigas de madera y tejas de uralita en la que suelen descansar los ganaderos que suben al monte. El calimocho navega en favor del aire festivo, un vídeo grabado ejerce de testigo de la alegría vespertina y posteriormente dos jóvenes comienzan a practicar kick boxing, modo amateur.

Alejandro Mencía.

Las caídas les manchan el cuerpo y, sobre las ocho de la tarde, ambos amigos bajan al río para limpiarse. Pero solo uno de ellos vuelve a la cabaña. ¿Dónde está Alejandro? El otro 'luchador' responde que se lavó junto a él, pero que lo dejó "atrás".

Alejandro Mencía (31 años, 1,75 de altura y pelo castaño) se esfumó sin dejar rastro hace casi tres años en la que iba a ser una jornada de relax. Y es que, tras dejar atrás las fases más duras del confinamiento, el joven mecánico se escapó al monte rodeado de familiares y amigos. Su intención, aseguraron fuentes cercanas a la investigación a elcierredigital.com, "era desconectar, relajarse y tomar unas copas junto a una decena de caras conocidas". Pero algo se torció.

Alejandro y su amigo se enfadaron

Mencía, que en el momento de su desaparición solo llevaba puesto encima el pantalón que ha sido recientemente encontrado (no llevaba ni camiseta ni calcetines), se esfumó por arte de magia. Y su amigo, que ni siquiera acabó la jornada buscándolo porque aseguró que tenía que trabajar al día siguiente, sostiene que ambos se enfadaron junto al río y que subieron por separado porque el desaparecido se quedó atrás.

En la cabaña, llena de amigos e incluso de algunos primos del desaparecido, se pusieron alerta y llamaron al 112 sobre la una y media de la mañana. Fue entonces cuando se activó un operativo que conllevó la salida de unos drones térmicos que no encontraron señales de vida.

Cartel de la desaparición de Alejandro Mencía.

Posteriormente, un dispositivo formado por técnicos de la Dirección de Interior autonómica, agentes de la Guardia Civil y del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña tampoco tuvieron éxito. Y finalmente, tal y como relataron desde SOSDesaparecidos Cantabria a elcierredigital.com, casi mil personas rastrearon la zona y solo encontraron las botas de Alejandro a un kilómetro de la cabaña.

“En aquella cabaña pasó algo”

Tras el sobreseimiento provisional del caso, la familia de Alejandro insistió en reabrirlo aportando nuevas pruebas. Unas que apuntaban directamente a los once amigos que acompañaron a Alejandro a aquella cabaña y los mensajes de Whatsapp que intercambiaron.

Según informaba la familia a elcierredigital.com, la policía judicial encargada de la investigación estuvo analizando los últimos mensajes del móvil de Alejandro que "servirían como prueba para abrir nuevas vías de investigación". Su familia seguía insistiendo en que no se trataba “de una desaparición fortuita o accidental".

El abogado de la familia transmitió a los allegados de Alejandro que las últimas pruebas se apoyaban en varios mensajes de SMS y Whatsapp, según pudo saber elcierredigital.com. "Los once chicos que fueron con él a la cabaña crearon un grupo antes de ir a la fiesta de cumpleaños llamado 'Barbacoa'. Por los mensajes que hay, tenemos la posibilidad de conseguir que se reabra el caso", aseguraba cautelosa la familia, que no quería dar más detalles para no entorpecer la investigación.

A través de una conversación telefónica con elcierredigital.com, la familia de Alejandro comentaba en exclusiva que llevaba "dos años buscando" al joven y que en todo ese tiempo "no se ha tocado ni su coche ni su cuenta bancaria". Por eso, la familia afirmaba con certeza que "en aquella cabaña pasó algo, pues fueron doce amigos y solo volvieron once". Además, insistían en que "Alejandro no se fue por voluntad propia" y mostraban su deseo de “saber qué pasó en aquella cabaña”.

Preguntas sin respuesta

Elcierredigital.com ha hecho, a lo largo de estos tres años de desaparición, una exhaustiva cobertura de esta. Cuando apenas había pasado un año desde que Alejandro Mencía se esfumó, contactó con Belén Mencía, prima del desaparecido, que exponía cinco preguntas sin resolver sobre el caso:

Alejandro Mencía.

- "Hay constancia de que algún amigo estaba buscando a Alejando pocos minutos después de las 20.00 horas. ¿Por qué no llamaron al 112 hasta la 1.30 horas de la madrugada del 23 al 24 de mayo de 2020?".

- "Algunos dicen que Alejandro se marchaba de forma repentina a casa de vez en cuando. Si en otras ocasiones no lo siguieron a su hogar, ¿por qué en este caso llamaron a su casa a las 22.30 horas del 23 de mayo de 2020?".

- "Los amigos entregan el teléfono móvil que Alejandro se dejó en la cabaña a las 5.30 horas de la madrugada del 23 al 24 de mayo. ¿Por qué el móvil dice que la última vez que alguien se conectó fue a las 4.30 horas cuando Alejandro se supone que había desparecido ocho horas atrás?".

- "En algunos medios se dice que una niebla espesa pudo desorientar a Alejandro, que sí conocía la zona aunque no fuera un experto del monte como la mayoría de sus compañeros de cabaña. Pero, surge una pregunta ¿por qué se omite que anochece a las 22.30 horas, lo que le daría más de dos horas de margen para orientarse, y que al ir descalzo no podía irse demasiado lejos de la cabaña?".

- "Las botas de Alejandro aparecieron a un kilómetro de la cabaña y una de ellas está destrozada por detrás, cuando de su casa salieron ajadas pero intactas. Hemos hablado con gente que se dedica a reparar calzado y nos dicen que es difícil que una bota se desgarre por la parte trasera de la suela. ¿Qué ocurrió para que se dañasen unas botas de monte?".

Ahora, el hallazgo de unos restos óseos podría ser la clave para averiguar qué pasó aquel día, en el caso de que pertenecieran a Alejandro. Aunque ya ha habido avisos previos de restos que podrían pertenecer al mecánico, la familia ahora se muestra convencida de que, esta vez, sí que son suyos.

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