19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Poseía la empresa que fletó el famoso petrolero Prestige y entre su conglomerado de empresas Alfa Group se encuentra el mayor banco privado de Rusia

La extravagante vida del empresario ruso Mikhail Fridman, dueño de los supemercados DIA imputado por el caso Zed

Mijail Fridman, el magnate ruso dueño de DIA, ha sido imputado en el caso Zed
Mijail Fridman, el magnate ruso dueño de DIA, ha sido imputado en el caso Zed
Mikhail Fridman, el empresario ruso máximo accionista de la cadena de supermercados DIA, ha sido imputado en el caso Zed, acusado de forzar la insolvencia de la empresa española de videojuegos Zed WorldWide y poder hacerse con su control después a un “precio irrisorio”. El nombre de este oligarca ruso ya apareció en los medios de comunicación por ser el dueño de la empresa que fletó el petrolero Prestige. Controvertido y extravagente, afirma que no dará su herencia millonaria a sus hijos.

El magnate ruso dueño de la cadena de supermercados DIA, Mikhail Fridman, ha sido imputado este miércoles por el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, quien pretende citarle para interrogarle el 12 de septiembre sobre la quiebra de la empresa española Zed WorldWide, dedicada a los videojuegos.

El multimillonario ruso y máximo accionista de la cadena de supermercados DIA, aprovechó su posición de privilegio en Zed para forzar su insolvencia y poder hacerse con su control después a un “precio irrisorio” de 20 millones de euros, cantidad notablemente inferior a la del mercado. Así lo considera la Fiscalía Anticorrupción, que, a través de un escrito del fiscal José Grinda, asegura que el entramado societario controlado por Fridman llevó a cabo un “raid”, lo que se conoce en el entorno criminal como una absorción ilegal.

Hasta hace poco tiempo su relación con la cadena de supermercados era mínima, pero el multimillonario comenzó a hacerse con DIA hasta lograr controlar la mayor parte de sus acciones. Fue hace un año cuando adquirió el tres pòr ciento del Grupo Dia, a través de una de sus compañías, Letterone Investment Holdings.

En esta operación, Mikhail compró 18,7 millones de acciones valoradas en 97,05 millones de euros y después de esta inversión, el grupo de alimentación se disparó en bolsa. Estos días su nombre ha invadido la prensa económica después de que la cadena de supermercados se hundiera en bolsa y después de que el oligarca ruso se convirtiera en el principal accionista de DIA. Actualmente Mikhail ostenta el 29% de la cadena de supermercados.

Aunque el nombre de Fridman ha irrumpido de manera contundente en los medios españoles en estos últimos meses, no es la primera vez que el magnate ha dado que hablar en nuestro país. Así, hace quince años (2002) Mikhail era dueño de TNK, la compañía petrolera responsable de fletar el conocido Prestige. El barco petrolero se hundió frente a la costa gallega, provocando una de las peores catástrofes ambientales de la historia de este país. Su relación con el mundo del petróleo terminó cuando vendió su parte de TNK en 2012.

Del acero a ser uno de los hombres más ricos de Rusia

De este controvertido personaje se dice que comenzó su fortuna revendiendo entradas en la puerta de los teatros. “Hay que vivir allí donde está el dinero”, le gusta decir. Según publicó Serguéi Stepovói en el periódico Stringer, Mijail Fridman tiene todas las cualidades que hacen de él un típico oligarca ruso: "codicioso, cobarde, rencoroso, desconfiado, no cree en nadie, tiene tendencia a las depresiones y al suicidio, pero nunca muestra en público su mal estado de ánimo".

Fridman, de familia judía, nació en Ucrania, sin embargo, los destinos donde su vida le ha situado son muy variados y diversos. Desde Moscú, hasta Amsterdam, Hamburgo, París y Londres, donde reside actualmente.  Además de la nacionalidad ucraniana y rusa, también posee la israelí.

El magnate ruso llegó a formar parte a sus 38 años de la lista denominada “Los cuarenta más ricos con menos de 40 años”. Según la lista Forbes, su patrimonio actual está estimado en cerca de 11.300 millones de euros, siendo el segundo magnate ruso más rico del mundo

Es hijo de unos ingenieros con una vida acomodada, quienes tuvieron a Mikhail de forma tardía, pero eso no impidió que fuera querido y mimado. Durante su infancia, estuvo ingresado en el hospital por una circuncisión mal operada, razón por la cual, según cuentan, no siente especial simpatía por los judíos ortodoxos.

Mikhail-Fridman

Es dueño del conglomerado Alfa Group

Se graduó en 1986 en el Instituto de Acero y Aleaciones de Moscú y, aunque trabajó durante dos años en una fábrica de la compañía Electrostal, la vocación del magnate iba más encaminada a ser jefe que a ser mandado. De esta manera, cuando el dirigente ruso Gorbachov permitió la apertura de cooperativas y negocios privados, Fridman supo aprovechar la ocasión y en 1988 fundó Alfa Foto, una empresa de venta de ordenadores, y Alfa Eko, dedicada productos como el azúcar, cigarrillos, té y tapices hechos a mano.

Las dos entidades conforman el conglomerado Alfa Group, donde se integra el mayor banco privado de Rusia, Alfa Bank y Alfa Capital, junto a un conjunto de empresas dedicadas a la fabricación de materiales de construcción.

“No quiero dejarles nada a mis hijos”

Según cuenta la revista Vanity Fair, Mikhail se casó en segundas nupcias con una compatriota, Olga, de la que ahora está ya divorciado. Con ella tuvo cuatro hijos: Laura, la mayor, se ha graduado en Yale, donde también estudia su segunda hija, Katerina. La más pequeña, Katia, vive en Moscú con su madre y el único chico, Alex, estudia en un internado en Kent.

Hace un año compró la mansión victoriana Athlone House, un edificio construido en 1872 en Londres y que sirvió de vivienda para algunos conocidos empresarios británicos. Se hizo con la compra de la casa por 65 millones de libras que pagó a una familia kuwaiti que pretendía derribarla y construir una vivienda el doble de grande ante la firme oposición de los vecinos.

Fridman ha pensado una reforma respetando la construcción original, aunque no ha renunciado a algunos detalles propios de millonarios, como lo es una piscina en el interior de la casa, una pista de tenis y una sala de fumadores.

Pero, a pesar de ser uno de los hombres rusos más ricos y poderosos, el mensaje que lanzó a sus hijos el año pasado sobre su herencia durante un discurso en el Club Forbes de Rusia fue, como mínimo, para asustarse: “Voy a donar toda mi fortuna a organizaciones benéficas. No quiero dejarles nada a mis hijos”.

Ahora su fortuna y millonario patrimonio está ya siendo investigado por el Juzgado número 6 de la Audiencia Nacional de España.

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