29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

La policía señala que a través de los códigos qr capados por el teléfono los ciberdelincuentes pueden acceder y robar datos personales y bancarios

Alerta de una nueva modalidad de estafa al escanear los códigos de tiendas y restaurantes

Los códigos QR se han convertido en una forma muy extendida actualmente de consultar información a través del teléfono móvil de forma rápida y sencilla ya que solamente es necesario escanear con la cámara el código concreto para acceder a cartas de restaurantes, información turística y otras muchas cosas. La pandemia del coronavirus ha relanzado el uso de estos códigos, que cada vez están más presentes en nuestro día a día. Sin embargo, estos códigos no están libres de estafas.

Los estafadores se han aprovechado de esta nueva tecnología para idear un nuevo engaño con el objetivo de que los ciudadanos escaneen códigos QR fraudulentos y, de este modo, hacerse con los datos personales y bancarios de las víctimas. 

Al igual que en muchas ocasiones se alerta de que no hay que pinchar en enlaces desconocidos o sospechosos que llegan a través de las redes sociales o de SMS, ahora también es importante no escanear los códigos QR desconocidos, así como no clicar en el link al que conduce dicho código fraudulento.  Y es que en algunos casos, el escaneo de estos códigos es utilizado para robarnos nuestros datos personales, nuestros datos bancarios y para acceder a nuestro teléfono móvil.

La Policía Nacional ha informado de esta nueva práctica engañosa que, por el momento, se ha detectado en la provincia de Málaga, aunque conviene estar pendientes de forma general para no caer en ella.

 

Andrés Román, jefe de la sección de ciberdelincuencia de la Policía Nacional de Málaga, ha explicado cómo funciona este tipo de estafas: “El código QR es un método de comunicación muy intuitivo, muy rápido y aparentemente inocuo. Detrás de esa maraña jeroglífica de blancos y negros se puede esconder un enlace. Sabemos que no debemos pinchar en ningún enlace extraño que nos venga por medio de emails o SMS, pero desconocemos que cuando nuestro programa de escaneo automático lee estos códigos QR nos lleva a sitios que pueden ser infecciosos".

"Hay que ser muy precavidos, desconfiar de todos aquellos QRs que aparezcan solitariamente colgados en lugares públicos, ya sea en metro o bares. A algo que está solo no debo escanearlo. Un código QR que este pegado encima de alguna publicidad aparentemente limpia tampoco debemos escanearlo porque el delincuente ha podido utilizar ese cartel para meter su anzuelo” continúa.

Además, Román ha explicado los efectos que puede tener caer en esta estafa: “Escanearlo (un código fraudulento) puede tener varias consecuencias, desde llevarnos a una página aparentemente lícita en la que te piden los datos, o bien directamente te puede llevar a descargar un programa malicioso (malware) con consecuencias nocivas. Desde estar espiándonos con nuestra cámara o registrar todas nuestras claves, lo que se llama un troyano bancario. Sería lo más parecido a abrir las puertas de nuestra casa al enemigo, las consecuencias pueden ser insospechables”. “La mejor protección es la información y la prevención” concluye.

Sobre qué hacer si sospechamos que hemos picado en esta estafa, el jefe de la sección de ciberdelincuencia de la policía Nacional de Málaga cuenta que: “Hay dos posibilidades, si el enlace nos dirige a una página, nosotros decidimos si picamos poniendo nuestros datos o no, pero en el caso de tener un malware inmediatamente hay que desconectar la conexión y meter un antivirus o analizarlo, es la única manera de solucionarlo. En el peor de los casos habría que desconectar el móvil de la red y realizar un reseteo profundo. En caso de duda se restaura el dispositivo a origen de fábrica”.

La Policía explica que debemos configurar la App que escanea los mismos para que no redirija automáticamente a la página o al contenido al que apuntan, o bien instalar una App lectora que permita una visualización previa del enlace.

Por otra parte, hay que evitar aquellos códigos QR que estén pegados encima de publicidad aparentemente 'limpia' o de los que estén desprovistos de cualquier publicidad y sobre todo de aquellos carteles con códigos que anuncien ofertas, sorteos o regalos.

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