28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

El extremeño fue junto a Cristóbal Colón, Hernán Cortés y Pizarro uno de los grandes protagonistas del descubrimiento y la conquista de América

El origen de las protestas contra el Gobierno: Núñez de Balboa, el conquistador de Panamá y descubridor del Pacífico

El explorador Núñez de Balboa.
El explorador Núñez de Balboa.
Estos días, la calle Núñez de Balboa, situada en el Barrio de Salamanca, está siendo el motor de una protesta popular contra el Gobierno por su mala gestión en la crisis del coronavirus que recuerda aquel otro relámpago que fue el grito del alcalde de Móstoles cuando la invasión napoleónica y el choque brutal de la Puerta del Sol del 2 de mayo de 1808 (“Españoles, la Patria está en peligro. Madrid perece víctima de la perfidia francesa. Españoles, acudid a salvarla". 2 de mayo de 1808).

Ahora, tras el arranque de las protestas, el nombre  de la calle ya se conoce en toda España , pero ¿quién fue Vasco Núñez de Balboa?

"Si tan ansiosos estáis de oro -dijo el hijo del cacique- que abandonáis vuestra tierra para venir a inquietar la ajena, yo os mostraré una provincia donde podéis a manos llenas satisfacer ese deseo". Y eso fue lo que encendió al extremeño Vasco Núñez de Balboa y al pequeño grupo de 180 soldados que le acompañaron en la hazaña más grande de la Conquista después del Descubrimiento. Aquel 25 de septiembre de 1513 los españoles contemplaron desde las alturas de la cordillera del río Chucunaque la enorme extensión de agua que estaba allá abajo y como locos se lanzaron hacia las playas. Cosa que consiguieron 4 días más tarde y allí, metido en el agua hasta la cintura, Núñez de Balboa tomó posesión, en nombre de Castilla, del nuevo mar, al que bautizó como Mar del Sur. Hoy es el Océano Pacífico.

Vasco Núñez de Balboa y su perro.

Vasco Núñez de Balboa nació en Jerez de los Caballeros (Badajoz) en 1475, y murió en Acla, actual Panamá, el 15 de enero de 1519. Se cree que su padre fue el hidalgo Álvaro Núñez de Balboa, pero sobre la identidad de su madre no se sabe casi nada. Tuvo al menos tres hermanos: Gonzalo, de profesión escribano, Juan y Álvaro y se conoce poco de su infancia, salvo que aprendió a leer y escribir, cosa rara entre los conquistadores. Así como esgrima (no sorprende, por tanto que en el Nuevo Mundo alcanzara la fama de ser el mejor espadachín de los españoles. Durante su adolescencia sirvió como paje y escudero de Pedro Portocarrero, VIII señor de Moguer, con el que vivió en el Castillo de Moguer, durante los preparativos y desarrollo del viaje descubridor. También residió en Córdoba y tuvo casa en Sevilla.

En 1500, animado por su señor y las noticias de los viajes de Cristóbal Colón y de otros navegantes hacia el Nuevo Mundo, decidió enrolarse en la expedición de Rodrigo de Bastidas al mar Caribe. Siguiendo a Bastidas y a su piloto Juan de la Cosa, en 1501 recorrió las costas del Mar Caribe desde el este de Panamá, pasando por el golfo de Urabá, hasta el cabo de la Vela (actual Colombia). Las naves pusieron finalmente rumbo a la isla Española, donde una de ellas naufragó.

Balboa, con las ganancias conseguidas en dicha campaña, se compró un terreno en la isla y allí residió varios años ocupándose de la agricultura y la crianza de cerdos. Pero no tuvo demasiada suerte en esta actividad: la climatología era adversa, por tratarse de una zona muy expuesta a los huracanes; los pobladores de la isla estaban sumidos en la pobreza, y los cerdos salvajes representaban una competencia para sus productos. Balboa comenzó a endeudarse y finalmente no vio más salida que huir de la isla (Gonzalo Fernández de Oviedo).

De polizón a conquistador

En 1509, queriendo librarse de sus acreedores en Santo Domingo, se embarcó con su perro como polizón dentro de un barril en la expedición comandada por el bachiller y Alcalde Mayor de nueva Andalucía Martín Fernández de Enciso.

Según el escritor panameño Octavio Méndez Pereira, “Núñez de Balboa acudió al llamado Nuevo Mundo a los 25 años de edad, en la expedición que encabezaría Rodrigo de Bastidas… en esa primera experiencia americana el extremeño contemplaría las cosas atlánticas de Panamá, Colombia y el mar Caribe”.

      La estatua de Núñez de Balboa.

En este punto, el capitán de navío y experto en Núñez de Balboa, José María Blanco Núñez, destaca las palabras que fray Bartolomé de las Casas dedicó al descubridor del Pacífico: “… de buen entendimiento y mañoso y animoso y de muy linda disposición y hermoso gesto y presencia…”.

Otro personaje, menos conocido que las Casas, Bartolomé Hurtado escribió: “Este hombre, se llama Vasco Núñez de Balboa, por otro nombre el Esgrimidor, pues sabe manejar la espada como nadie…su bravura es solo comparable con la de su perro Leoncico, este animalico que le lame ahora las botas… él solo es capaz con su amo, de hacer más estragos que todo un regimiento de soldados aguerridos”. Esa era su personalidad, según estos testimonios. Según Pereira al llegar a Santa María la Antigua los españoles tuvieron que enfrentarse a la tribu del cacique Cemaco que con sus gentes “esperaban desde la altura el avance de los blancos”. La lucha fue corta pero encarnizada y en ella destacó Núñez de Balboa. “Balboa –escribe el panameño – había peleado como un Aquiles, con su tizona invencible, hiriendo incansable y múltiple, parando golpes, empujando al enemigo desde lo alto del cerro, multiplicándose para infundir coraje a sus compañeros” y siempre acompañado con su perro “Leoncico”, que era tan feroz en las batallas como su dueño.

El paso por el Itsmo de Panamá, un milagro de la Naturaleza que hizo posible la separación de los dos grandes mares, el Atlántico y el Pacífico, y que por su parte más estrecha tenía 82 kilómetros, lo resume de este modo el escritor: “Rendidos de cansancio y de angustia, el cielo parecía abrirse en cataratas de lluvia, el viento desgarraba las hojas y las ramas retumbaba el trueno con ecos quejumbrosos que la selva repetía hasta el infinito… Pero había que avanzar, avanzar siempre, hasta que llegara la noche con el espanto de las fieras, el sonido espeluznante de la serpiente cascabel, las picadas de los insectos, la algarabía de los monos aulladores”.

Núñez de Balboa se alió con el cacique Careta para atravesar el istmo de Panamá. Como en toda la Historia de la colonización de América, el español trabó amistad con algunas tribus y peleó con otras. A finales de 1512 llegaría a los dominios del cacique indígena Careta, quien pactó la alianza con el español llegando a ser bautizado. Con este pacto, españoles e indígenas se internaron en territorios de los caciques Ponca y Comagre, siendo en la región de este último donde Núñez de Balboa escucha por primera vez ecos de un lago de oro, otro mar, otro azul... un nuevo reto.

Lucha con caciques

Ante ese desafío de llegar al mar de oro, Núñez de Balboa se pertrecha de nuevo con más hombres y emprende la aventura hacia el mar del Sur. Tras otras luchas con caciques locales, mil indígenas y 190 españoles se internaron de nuevo por el istmo de Panamá. La batalla final fue con el cacique Torecha, que fue vencido y muerto en combate, aliándose sus hombres con Núñez de Balboa tras su derrota.

“El día 23 de septiembre de 1513 tomaba posesión el capitán Balboa del caserío de Torecha, y ese mismo día tuvo informes, sin lugar a dudas, de que la montaña que se levantaba por el lado occidental, en este valle dilatado y fértil de Cuarecuá, era la última barrera que cubría el mar del Sur”, relata el biógrafo.

Pero en medio de tanta lucha y de tantos peligros y haciendo un alto en el camino hay que dedicar atención a “una mujer extraña, dotada de una belleza singular y de un espíritu sutil y delicado”, que surgió en su vida. Era la hija del cacique Careta y se llamaba Anayansi, la que robó el corazón del victorioso Balboa. Curiosamente esta mujer, como la Marina de Cortés, le ayudaría por el conocimiento de las lenguas nativas y según el biógrafo llegó a ejercer gran influencia sobre el español extremeño: “Siempre que se trataba de proteger al indio, y sobre todo a la mujer, Balboa obraba bajo la influencia de Anayansi. Ella le había enseñado que no había diferencias fundamentales entre las dos razas, que las diferencias en las costumbres y los hábitos eran cuestión de ambiente y de grado de civilización más bien que de vicios o torpeza innata”.

El istmo de Panamá que atravesó Núñez de Balboa.

Méndez Pereira nos relata así la primera visión del “mar del Sur”: “Núñez de Balboa se internó en las cordilleras del río Chucunaque el 25 de septiembre de 1513. Según los indígenas que le acompañaban, desde allí podría ver el nuevo mar... "De pronto, como a eso de las diez de la mañana, uno de los indios que servían de guía se volvió hacia el jefe y le señaló con el dedo una cresta pelada. [...] Balboa mandó entonces hacer el alto. Y luego, ante la expectación ansiosa de sus hombres, continuó subiendo solo hacia la cumbre señalada. De improviso lo vieron clavar la vista en el espacio, quitarse el sombrero empenachado y caer de rodillas, en uncioso recogimiento [...] Con lágrimas de gozo estos endurecidos aventureros abrazaron a su capitán y juraron seguirle hasta la muerte. El padre Andrés entonó un "Te Deum Laudeamus" y las voces de los soldados, ennoblecidas y puestas al unísono con la grandeza del momento se elevaron solemnes aquel glorioso domingo [...] Entonces con voz estentórea y temblante de emoción, Vasco Núñez de Balboa anunció a todos los vientos que tomaba posesión de aquellas tierras bañadas por el mar del Sur en nombre de los soberanos de Castilla. Y mientras algunos soldados daban gritos y vivas de contentos, otros se pusieron a cortar un gran árbol, hicieron con él una cruz, grabaron el ella los nombres de los Reyes Católicos y la clavaron con los brazos extendidos hacia los dos océanos". No era el oro, ni los palacios lo que esperaba a Núñez de Balboa... era el azul inmenso lo que aguardaba”.

También es curioso que el primer hombre del grupo que comandaba el extremeño que pisó las aguas del nuevo mar se llamara Francisco Pizarro, el que más adelante conquistaría el Perú.

El triste final

Sin embargo, el final de Balboa fue triste, pues a pesar de que los reyes le habían nombrado “Adelantado del Mar del Sur”, conflictos internos y celos hicieron que se enfrentaran unos españoles con otros y que el gran descubridor y conquistador muriese decapitado. Según los biógrafos el pregonero que iba a cometer la ejecución dijo: “Esta es la justicia que el Rey y su Teniente Pedro Arias de Ávila mandan hacer contra este hombre por traidor y usurpador de territorios de la Corona”. Núñez de Balboa no pudo contener su indignación y a gritos respondió “Mentira, mentira, nunca halló cabida en mi semejante crimen, he servido al rey como leal, sin pensar sino en acrecentar sus dominios”.

En 1520 Fernando de Magallanes rebautizaría aquel inmenso azul con el nombre de Pacifico, dada la apariencia de calma en sus aguas. Balboa no tuvo hijos por lo que a su muerte sus bienes los heredaron sus hermanos. Tampoco se sabe qué sucedió con su compañera india…, pero actualmente en Panamá llevan el nombre de Vasco Núñez de Balboa parques y avenidas de la capital y existe un monumento que mira al Océano Pacifico dedicado a su toma de posesión del Mar del Sur y la máxima condecoración que otorga el Gobierno panameño a personajes destacados y sobresalientes en el orden nacional e internacional es, desde enero de 1933, La Orden de Vasco Núñez de Balboa.

 

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