Condenan a 21 años de prisión a la enfermera de la cárcel de Huelva que envenenó a nueve sanitarios en 2018

La Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a 21 años de prisión a la enfermera de la cárcel de Huelva que envenenó a nueve sanitarios del centro en noviembre de 2018, debido a un delito contra la salud pública y diez de lesiones dolosas. Los sanitarios comenzaron a sentir malestar general, algo que solo empeoró y dio lugar a que tuviesen que ser trasladados de urgencia al Hospital Juan Ramón Jiménez. Dos meses antes de estos hechos, el supervisor de farmacia de la prisión tuvo que ser trasladado hasta un hospital por una intoxicación similar.

En el hospital se les realizó un análisis toxicológico en el que los afectados dieron positivo en metadona, lo que provocó que los afectados pidiesen la baja psicológica por lo sucedido. La acusación particular sostuvo que esta mujer "tenía un enfrentamiento personal" con dicho supervisor porque ella había disputado con él este cargo que provocó " enfrentamientos públicos".  Además, se le ha prohibido acercarse a las víctimas durante once años y nueve meses, así como ejercer la profesión de enfermera durante el tiempo que dure la condena.

La metadona es un opiáceo que se usa para tratar los efectos provocados por el síndrome de abstinencia en los heroinómanos y que se suele administrar en las cárceles bajo control médico. Tras hallar los seis primeros casos, se comenzó a investigar y se detectaron tres casos más que apuntaron a la intencionalidad de las intoxicaciones.

En todos los casos el modus operandi fue el mismo: mezclar la metadona con los alimentos que más tarde ingerirían los afectados. Una de las víctimas aseguró que comenzó a sentirse mal después de comerse un plato de lentejas y otra, pensó que su malestar era provocado por un problema de salud, por lo que fue al médico para encontrar la razón de los mareos. Los resultados médicos descubrieron que había tomado metadona de forma involuntaria. Aunque en los otros dos casos no se hicieron pruebas médicas, presentaban los mismos síntomas que el resto de envenenados.

Centro penitenciario de Huelva

Los trabajadores sanitarios envenenados el 15 de noviembre, se sometieron a unos análisis de orina, que dieron positivo en metadona y benzodiazepinas. Esta última sustancia es un psicotrópico utilizado contra la ansiedad. Las analíticas de sangre practicadas a todos ellos tras ingresar en el hospital confirmaron la presencia del opiáceo.

En el documento recabado por las Instituciones Penitenciarias se señaló que la metadona está custodiada constantemente, guardada bajo llave en un armario dentro de una habitación cerrada en la enfermería de la cárcel. Una estancia accesible solo para el personal sanitario de la prisión. Por lo tanto, a pesar de que había dos presos trabajando en esa zona del centro, uno de celador y otro realizando labores de limpieza, ninguno tenía acceso a las llaves del armario de los medicamentos, según constaba en el informe de Prisiones. 

Desde el sindicato ACAIP exigieron a Instituciones Penitenciarias en un comunicado que se reforzase el personal sanitario de la cárcel de Huelva “ya que este suceso ha afectado a prácticamente el 50 por ciento del personal sanitario físicamente, y el resto están psicológicamente están muy afectados por esta situación”.

Del mismo modo, desde el colectivo aseguraron que este organismo dependiente del Ministerio del Interior “no ha tomado ninguna medida después de este suceso en relación a asegurar que los trabajadores realicen su trabajo con una mayor seguridad”.