25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

En 2001 abandonó el Ministerio Público y ha llevado la defensa de personajes como Emilio Botín o Francisco González en asuntos muy problemáticos

Javier Sánchez-Junco, el letrado en el que confía Juan Carlos I: Un duro fiscal reconvertido en abogado de poderosos

Javier Sánchez Junco.
Javier Sánchez Junco.
La salida de España del Rey Emérito Juan Carlos I deja muchos interrogantes sobre su futuro. El día 8 de septiembre su examiga entrañable declara ante la Audiencia Nacional como imputada en el Caso Villarejo y la Fiscalía suiza continúa con su investigación y no se sabe cuál será su futuro jurídico. Para ello cuenta con el abogado Javier Sánchez Junco.

La marcha de Juan Carlos I de España no supone ni mucho menos que el monarca no cumpla en un futuro, si así se le reclama, con la Justicia. A este respecto, el abogado del que fuera Jefe del Estado, Javier Sánchez Junco emitió un comunicado poco después de conocerse la carta pública de Juan Carlos I. 

"S.M. el Rey D. Juan Carlos me ha dado instrucciones para que haga público que, no obstante su decisión de trasladarse, en estos momentos, fuera de España, permanece en todo caso a disposición del Ministerio Fiscal para cualquier trámite o actuación que se considere oportuna", rezaba el comunicado.

Javier Sánchez-Junco Mans, sustituye a José Manuel Romero Moreno, el Conde de Fontao, el abogado real durante años, por ejemplo, en el caso Noos donde asesoró a Iñaki Urdagarin por indicación del entonces todo poderoso Rey Juan Carlos.

El Fiscal suizo Yves Bertossa. 

Pero, ¿quién es Sánchez-Junco Mans? Se trata de un brillante jurista, perfecto conocedor del Derecho Internacional y experto en asuntos económicos. En 2001 fundó su propio despacho Sánchez-Junco Abogados después de veinte años en la carrera fiscal.

Como tal ejerció en el Tribunal Superior de Justicia del Principados de Asturias y en su homólogo en Madrid. Dio después el salto a la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado y, posteriormente, a la Fiscalía del Tribunal Constitucional. Pero su fama mediática la alcanzó en 1996 con su llegada a la recien creada Fiscalía Anticorrupción. Allí trabajó duramente, codo con codo, con su jefe superior, el fiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo.

Fue su último cargo en la función pública, donde se mantuvo cinco años. De Javier Sánchez-Junco siempre se dijó  que era un fiscal muy duro en la exposición de sus argumentos. Y si no que se lo pregunten al expresidente de Banesto Mario Conde, por cierto, amigo íntimo de Juan Carlos I en los años de esplendor del banquero de Tuy. Fue en 1999 cuando mantuvo un duro careo con Conde durante el juicio del Caso Banesto, donde exigió para él 49 años de cárcel.

Mario Conde. 

En 2001 decidió salirse de la cerra fiscal y formar con otros socios su propio despacho de abogados, situado en el número 5 de la calle Fray Juan Gil, de la capital de España. Sánchez-Junco Abagados, según su página web, está especializado en “Responsabilidad Penal de la Persona Jurídica, delitos Societarios, delitos contra el Patrimonio y el orden Socio-económicos, delitos contra la Hacienda Pública, delitos contra la Propiedad Industrial e Intelectual, delitos contra el Honor, delitos contra los derechos de los Trabajadores, delitos contra el Mercado y los Consumidores y delitos contra el Medio Ambiente y Urbanismo”.

Javier Sánchez-Junco también se dedica a la docencia y es profesor en el Máster de Acceso a la Abogacía de la Universidad Carlos III, como en el Máster de Derecho Penal Económico de KPMG, además de haber impartido clase en ICADE y en la UNED, entre otros escenarios docentes. 

¿Por qué ha escogido el Rey Emérito a este letrado? Funtes jurídicas consultadas por elcierredigital.com, señalan que "como fiscal anticorrupción en excedencia puede conocer los recursos que utilizará su colega de Anticorrupción del país helvético". Se trata de Yves Bertossa, que investiga al exmonarca español por haber utilizado supuestamente a su primo  Álvaro de Orleans como testaferro. Al igual que las donaciones millonarias realizadas a su examante Corinna Larsen, la falsa exprincesa alemana que recibió 65 millones de euros a través de una de las dos citadas fundaciones. La Fiscalía Suiza cree que el origen de ese dinero podría ser una comisión por su intervención en la negociación para los contratos de las obras del AVE a La Meca.

En el polo opuesto también conoce bien lo que es el estrado mediático. Así ha ejercido de abogado defensor en casos que salpicaban directamente a la gran banca, como el de los sobresueldos de los banqueros José María Amusátegui y Ángel Corcóstegui pgados por Emilio Botín. Se trataba del conocido caso Amusátegui donde se les acusaba de percibir indemnizaciones millonarias a los dos primeros tras la adquisición del Central Hispano por parte del Banco de Santander de Botín. 

Emilio Botín. 

También ha trabajodo como abogado defensor en casos indirectamente relacionados con miembros de la monarquía española. Así, se encargó de defender a Javier López-Madrid en el caso de las tarjetas black de Bankia. López-Madrid es yerno del dueño de la constructora OHL, Juan Miguel Villar Mir, y es además íntimo amigo de los Reyes Felipe VI y Letizia Ortiz, su celebre compiyogui.

Se hizo célebre precisamente por esto. En el sumario del polémico caso de la doctora Elena Pinto se filtraron mensajes, que publicó el periódico El Mundo, en los que la Reina Letizia se dirigía a él como compiyogui.

Más recientemente en su cartera de clientes figuran nombres relacionados con el BBVA, entidad crediticia para la que ha trabajado como abogado para interponer denuncias contra organizaciones como en su día Ausbanc y Luis Pineda o contra la empresa audiovisual del presentador Risto Mejide. También en esta relación con el BBVA de Francisco González, figura en su lista de clientes Eduardo Arbizu, exresponsable jurídico del BBVA, acusado de delitos de cohecho y revelación de secretos por la Audiencia Nacional en el Caso Villarejo.

Een el caso de BBVA contra Ausbanc , el banco se retiró del juicio por decisión de su órgano interno de control disciplinario para no incurrir en estafa procesal, tal y como relata el ex magistrado de la Audiencia Nacional Eduardo Ortega expresidente de la Sala Contencioso-Administrativa.

Otro nombre, el del excomisario, que como todos los anteriores forman parte de los mayores quebraderos de cabeza del Rey Emérito y, por ende, del actual monarca español Felipe VI.

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