19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Las hijas renunciaron a abrir el testamento, excepto Begoña, que obligó a hacer inventario

Cuatro años después de la muerte de José María Ruiz Mateos nadie sabe donde está la herencia del fundador de Rumasa

Ruiz Mateos y sus hijos varones.
Ruiz Mateos y sus hijos varones.
Es todo un misterio. Cuatro años después de la muerte del patriarca del grupo, nadie sabe cuál es exactamente la herencia de los hijos de Ruiz Mateos ni el montante real de la deuda que han ido acumulando con las empresas de Nueva Rumasa tras el fallecimiento del fundador del grupo, José María Ruiz Mateos.

De la familia Ruiz Mateos no sale nada ¿o sí? Nadie, excepto sus hijos, lo sabe. Cuatro años después de la muerte del cabeza de familia, José María Ruiz Mateos, sigue sin conocerse el contenido del testamento. Según fuentes familiares, legó toda su herencia a todos los hijos a partes iguales. ¿Eso incluiría a Adela Montes de Oca? Cuando fue redactado el testamento seguramente no, pero luego la mujer, de 28 años, logró el reconocimiento de paternidad vía judicial después de una ardúa lucha que llevó incluso a exhumar al patriarca.

En realidad, seis de las siete hijas reconocidas del matrimonio ya habían renunciado a abrir ese testamento ante notario en abril de 2016, excepto Begoña Ruiz-Mateos, que pidió a todos sus hermanos que hicieran inventario sobre el patrimonio de su padre José María Ruiz-Mateos y Jiménez de Tejada, ya que fue la única hija que no renunció a la apertura de ese testamento. Finalmente los hijos de Ruiz-Mateos, deberán aportar antes o después todo el patrimonio del patriarca que sigue oculto, lejos del alcance de la justicia, proveniente del conglomerado de Nueva Rumasa.

Begoña Ruiz Mateos y su padre en una foto de archivo.

El 13 de septiembre de 2015 fallecía José María Ruiz Mateos y 12  de los 13 hijos no quisieron abrir el testamento. Su hija Begoña fue la única que insistió en hacerlo. Gracias a esta insistencia, el testamento se abrió y Begoña lo aceptó a beneficio de inventario, al igual que sus seis hermanos varones, que siempre han declarado públicamente no ser dueños de nada, que era su padre, ya muerto, quien hacía y deshacía en las empresas y que solo quedaban deudas. Sin embargo, son los hijos controlando y administrando las empresas del grupo sin aportar un solo documento a este inventario del patrimonio, que según fuentes familiares se calculan en unos 2.150 millones de euros.

De momento, todos los hijos varones fueron condenados a dos años y medio por estafa denunciados por la compra venta de unos hoteles en Mallorca y Canarias, tal y como contamos en elcierredigital.com y la fiscalía pide 16 años de cárcel más por la supuesta emisión fraudulenta de pagarés de la empresa Nueva Rumasa. En concreto fueron condenados por la gestión de los hoteles Beverly Playa Paguera, en Mallorca, y Beverly Park Maspalomas, en San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria).

Los hijos varones del clan han expuesto en numerosas ocasiones ante los medios de comunicación que su padre sólo les dejó deudas y que están arruinados. Sin embargo, todos continúan viviendo en Aravaca, después de que el cuartel general de Somosaguas fuese subastado y adquirido por 1.200.000 euros, sin que se conozca todavía quien se la quedó. Teresa Rivero vive actualemten en la casa que es de su hijo Alfonso y el resto casados y con hijos, en total unas 80 personas conforman el clan familiar, desde la abuela a los nietos. ¿De qué viven? La fuente de ingresos familiares sigue siendo un misterio, al menos públicamente y los 45 inmuebles que poseían se van embargando poco a poco.

Facebook de Adela Montesdeoca.

Mientras las hijas renunciaban y los hijos respondían ante los acreedores y la Justicia, Adela Montesdeoca obtenía el reconocimiento de paternidad y extrañamente renunciaba también a su herencia y volvía a Estados Unidos hace un año, ya que ella nació y reside en Chicago.

Pero, lo cierto es que algunos miembros de su nueva familia paterna ponen entre interrogantes ahora las causas de esta renuncia y su regreso a Estados Unidos "con las manos vacías", ya que "alguien que ha luchado tanto porque se reconozca su paternidad cuando lo logra, renuncia a todo y ni siquiera se interesa por saber qué hay en ese testamento al que renuncia". De ser esto cierto, se supone que Adela renunció, gratis, a su parte de 2.150 millones de euros, que en una cuenta simple supone renunciar a 153 millones de euros. De hecho, la mujer ni siquiera ha cambiado, al menos públicamente, su apellido y continúa llamándose Montesdeoca.

Página de Instagram de Adela Montesdeoca.

Dicen los expertos que es el juicio por los pagarés de Nueva Rumasa el proceso que amenaza con destruir el clan Ruiz Mateos, pero el camino es lento. Los perjudicados con el impago, entre los que ha habido ya al menos un suicidado, culpan de la lentitud a la Fiscalía y, en concreto, al anterior Fiscal General del Estado, Eduardo Torres Dulce, muy amigo del abogado de los Ruiz-Mateos, el ex fiscal Ignacio Peláez.

El Juzgado número 5 de la Audiencia Nacional recibió en su día un escrito donde se recogían todos los negocios de los hijos de Ruiz Mateos, firmado por Antonio Biondini, yerno del patriarca por el matrimonio con Begoña Ruiz Mateos: "Uno de los negocios en los que se están moviendo mis seis cuñados, es la apertura de diez emisoras de radio que se han incorporado a Radio Libertad, esta nueva cadena de radio ya cuenta con once emisoras en toda España, que se han sumado a la programación que desde hace más de 20 años realizaba para Nueva Rumasa Radio Libertad desde la Calle Velázquez de Madrid. Esta emisora cabecera se puso a nombre de su última responsable, que también lo era del Partido Político “Agrupación Ruiz-Mateos”, Doña Carmen Lovelle Allen.

Una nueva sociedad es la que figura como actual propietaria de dos de las once emisoras, Nature Radio, S.L., y su administrador es Maximino González Barreira, natural de Verín, la misma localidad de Carmen Lovelle, que en la época de Nueva Rumasa, hizo que se contratara para la asesoría jurídica de Clesa a las órdenes de su hija Sonia Fernández Lovelle, número dos de José María Ruiz Mateos Rivero”.

También se puso entonces en conocimiento de la Audiencia Nacional que los hijos de Ruiz Mateos recuperaron la bodega que tenían en la Rioja y que se llamaba Marques de Camponuble S.L. y que comercializaba las marcas Conde Romanones, Campoburgo y Marques de Campo Nuble. "El desembolso que hicieron para tomar el control de la Bodega fue de unos 3 millones de euros y se quedaron con unos activos, libres ya de cargas, de más de 20 millones, a los que sumaron las marcas que tenían en una sociedad de Belice, denominada Engel Overseas Ltd”, decía el escrito, que se puso a nombre de sociedades controladas por Ángel Cabo, con el que los hermanos Ruiz Mateos se reunieron en su día para cerrar todo el tema de marcas y empresas derivadas a su nombre tras el escándalo de Nueva Rumasa.

Las investigaciones policiales indicaban que los hijos de Ruiz Mateos mantenían todavía en sus oficinas, una especie de “Rumasa 3” que empezaron a crear en el año 2011 meses antes del desfalco público de Nueva Rumasa, en la calle Aguaron 23, de Madrid, en donde compartían planta de oficinas con sus socios y presuntos testaferros, los hermanos Joaquín y Francisco Capel Alcaraz, hijos de un gran amigo de su padre, Joaquín Capel. En este domicilio residió una empresa que tenían para franquicias los hermanos Capel denominada “Best Meals, S.L.”.

En el mismo lugar también estuvo radicada la empresa de los hijos de Ruiz Mateos destinada a la restauración a través de franquicias y controlada por la sociedad “All 4 Food, S.L.”, cuyos administradores oficiales serían los hermanos Capel. Es precisamente a través de la sociedad “Grupo All 4 Food, S.L.” desde la que, en teoría, controlaron los cuatro restaurantes que ya tiene abiertos con el nombre de “SteakBurger”.

Como es y ha sido costumbre en la familia, los Ruiz Mateos crearon una sociedad para cada negocio y local: “SteakBurger Fuencarral S.L.”, “Steak Burguer Luchana S.L.”, “Oven Fuencarral, S.L.” y “Steak Burguer Atocha, S.L.”. A las inauguraciones de todos estos restaurantes solía acudir Teresa Rivero junto a algunos de sus hijos con sus esposas, y los nietos. Así ocurrió en la inauguración del último restaurante vinculado presuntamente a la familia de nombre Macarela, situado en la calle de Montesquinza, en Madrid.

Otra de las franquicias que explotaban dentro de esta especie de Rumasa 3 es la de “Pecaditos”, con una de sus últimas aperturas en la Plaza de Santa Bárbara, de Madrid. Según fuentes policiales, fueron varios los restaurantes abiertos bajo este nombre de franquicia. En la familia es conocido el hecho de que ya son más de 14 los restaurantes abiertos y controlados por ellos. Del montaje y apertura de todos se encargó en su día Álvaro Ruiz-Mateos, que estuvo internado en la cárcel de Navalcarnero.

También controlaron en su día la cervecería que Nueva Rumasa tenía en la Plaza de Santa Ana de Madrid con el nombre de Naturbier y cuyas acciones pusieron a nombre del suegro de José María Ruiz Mateos Rivero, Agustín de Figueroa, y de sus hijos, tras haberles introducido en el escándalo de los pagarés de Nueva Rumasa, como si fuera una compensación por el dinero perdido. La sociedad Naturbier se puso a nombre de los hijos de Figueroa, como Sofía Figueroa, hermana de la mujer de José Maria, hijo. Pero hasta febrero de 2013 los administradores eran los de Nueva Rumasa: Jesús Fraile Delgado y Susana Álvarez Ampuero. Después vendieron la cervecería al grupo Five Guys.

La familia Ruiz Mateos.

Pero los deudores comenzaron a aparecer y para hacer frente a las deudas de la familia la casa del segundo hijo varón, José María, fue subastada el mes pasado. Casualmente, o no, fueron Patricia Ruiz Mateos y su marido, Joaquín Bohórquez, conocido familiarmente como "Quincho", quienes se quedaron con el inmueble a mitad del precio de salida, 1.600.000 euros. La casa, en Aravaca, salió a subasta en el mes de marzo y tiene 320 metros cuadrados, repartidos en dos plantas, además de un doble sótano. El embargo fue ejecutado por Alguer Inversiones como reclamación de una deuda de 600.000 euros contra Caserna Peninsular, propiedad de José María y su esposa, Cristina Figueroa.

Otro de los inmuebles familiares, el museo de los Ruiz Mateos en Rota, fue recuperado gracias a la intervención de Begoña Ruiz Mateos y su marido Antonio Biondini, que tras pleitear contra el banco de Santander y el ayuntamiento de Rota consiguieron que la Justicia les diese la razón. Antonio Biondini había llegado a un acuerdo previo con el Banco de Santander, que había embargado el inmueble, para recuperarlo por 180.000 euros. Pero el Ayuntamiento de Rota se había interesado por el inmueble ofreciendo 230.000 euros y se interpuso en la operación. Ahora el juzgado le ha dado la razón a Biondini y solo falta ejecutar la sentencia.

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