19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

A diferencia de las mujeres, la mayoría de los hombres que se dedican al trabajo sexual lo hacen, según afirman, de forma voluntaria

Los prostitutos venezolanos hacen carrera en Madrid y acaparan casi todo el mercado

La prostitución masculina aumenta.
La prostitución masculina aumenta.
La situación que vive Venezuela no solo ha trastocado la economía de Sudamérica, sino también varios sectores de la economía española. El flujo de exiliados ya supera los 4 millones de desplazados entre refugiados y migrantes, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). En Madrid, el Ayuntamiento estima la población de venezolanos en 70.000. Muchos de ellos han entrado con fuerza en uno de los mercados negros de la capital española: la prostitución masculina.

A diferencia de la prostitución feminina, la mayor parte de los hombres que se prostituyen en Madrid tanto con clientes hombres como con mujeres, ejercen de forma independiente sin chulo de por medio. En calles como Desengaño, en pleno centro de Madrid, es fácil ver a jóvenes venezolanos esperando ser contratados para prestar servicios.

Desde COLEGAS-Confederación LGBTI Española han informado que en los últimos años “este mercado ha sido ocupado por chicos jóvenes recién llegados a España". Adolfo Martini, portavoz de la organización que trabaja con población LGBTI vulnerable, ha asegurado que desde el año 2013 la llegada de venezolanos ha supuesto un cambio importante en la prostitución masculina.

Martini explica que “el mercado que mayoritariamente ha estado ocupado por personas originarias del Caribe o Sudamérica, destacando colombianos, brasileños y cubanos; ahora, ha crecido por la oferta de venezolanos que ejercen el trabajo sexual”. La organización no maneja cifra exactas, pero se estima que los originarios de Venezuela podrían llegar a ser el 50% de los trabajadores sexuales de este tipo.

Prostitución masculina.

“El aumento de venezolanos ha correspondido con la migración. Los últimos 5 años el flujo ha sido impresionante” explica Marcos, que trabaja para otra organización que acoge a personas que se dedican al trabajo sexual y ofrece formación y apoyo para su ingreso al mercado laboral. Marcos también coinciden en que la nacionalidad más común entre los trabajadores sexuales masculinos es la venezolana. “Han desplazado de forma importante al resto de nacionalidades”, indican desde la asociación.

En los últimos tiempos, los patrones de consumo sexual han cambiado. Los venezolanos han tenido una aceptación importante dentro del público madrileño y es común encontrar a “chaperos” que utilizan su nacionalidad como medio de promoción. En portales como pasion.com o telechaperos.com es común conseguir anuncios de venezolanos, siendo la nacionalidad más repetida entre decenas de perfiles.

Documentos, dinero y drogas: las tres D vulnerables

En España el trabajo sexual se encuentra en una situación de alegalidad. No existe una regulación que específique la adaptación a la vida laboral de las personas que hacen este trabajo, aunque la explotación de personas sí es ilegal. Este aparente vacío legal ha servido para la expansión de un lucrativo mercado negro con importantes riesgos.

Desde la organización COLEGAS, identifican tres vulnerabilidades básicas en la situación quienes práctican esta actividad. Primero, la necesidad económica, ya que la mayoría de las personas que huye de países como Venezuela, suele buscar entornos entre los que pueda subsistir o crecer de forma económica. “Al llegar aquí, es dinero fácil” asegura Adolfo Martini, portavoz de la organización y añade que frente a otros trabajos en el mercado negro hay muchos jóvenes que ven más factible vivir de su cuerpo, antes que trabajar en ambientes laborales que rozan con la explotación, la precariedad y la ilegalidad.

Por su parte, Marcos, especialista en la materia, comparte que la inquietud económica es el principal factor que empuja a los venezolanos a trabajar en este oficio. En su organización han atendido varios casos de venezolanos que han ejercido  la prostitución y concluye que ganar dinero rápido es el motivo principal de iniciarse en el oficio.

Marcos asegura que “muchos llegan aquí y escapan de una dictadura, aunque puedan ingresar en otro tipo de trabajos, la prostitución es el más sencillo para ellos. Cobrar por un servicio 50 euros y tener para comer y dormir ese día es motivo suficiente para iniciarse en este área”.

La documentación es un factor importante, ya que al impedirse el acceso a un trabajo formal, los migrantes buscan alternativas. De hecho, en sectores como la prostitución fememina, el estatus migratorio sirve a los proxenetas para ejercer presión sobre los explotados. En el caso de muchos de los jóvenes que se prostituyen, la falta de acceso al mercado laboral, les impulsa a buscar alternativas.

Por último, COLEGAS encuentra un factor de vulnerabilidad importante en el uso de drogas. Martini explica que es común que algunos clientes utilicen drogas durante el servicio. En muchos casos, los clientes piden a los trabajadores que también las utilicen y aunque es posible negarse, algunos no están dispuestos a perder un cliente.

“Conocemos casos de personas que ha iniciado incluso a facilitar como extra, las drogas en el servicio que prestan” ha dicho Martini. También asegura que hay casos en los que el trabajador se vuelve adicto a este tipo de sustancias y compromete su salud, por estar expuesto al mundo de las drogas.

La mayoría con estudios de bachillerato e incluso universitarios

La crisis politíca, económica y social que vive Venezuela ha expulsado del país a muchas personas con altos niveles formativos. A causa de las mismas condiciones económicas y legales que comentaban las asociaciones, es común encontrar personas con titulos universitarios entre los venezolanos que se dedican a la prostitución.

Algunas organizaciones han encontrado casos de profesionales que por falta  de documentación han comenzado a prestar servicios sexuales. Marcos, miembro de una organización, asegura que casi todos poseen estudios de algún nivel medio y es común encontrar también graduados en estudios superiores.

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